La influencia e impacto de la tecnología en Compliance

Elaborado por: Teresa Tovar, socia líder del área de Compliance en Estudio Echecopar, asociado a Baker & McKenzie International.

La tecnología está adquiriendo un papel cada vez más relevante para la función de Compliance, no solo reduciendo costos, sino también mejorando la eficacia de los programas de cumplimiento.

Por un lado, la tecnología facilita la comunicación en tiempo real con todos los niveles de la organización. Con ello, el área de Compliance puede saber de inmediato cuándo un colaborador ha contratado a un nuevo proveedor, así como conocer el business case para aplicar oportunamente la debida diligencia u otro control.

Además, hay plataformas colaborativas en la nube que permiten mantener un registro centralizado de las comunicaciones y documentos de Compliance con la seguridad adecuada, lo que facilita la búsqueda y acceso rápido, según el permiso asignado a cada rol de usuario. Tener más orden y control de la información hace que esta se aproveche mejor para cumplir con los objetivos de cumplimiento.

Los avances tecnológicos permiten una trazabilidad superior que asegura la autenticidad y veracidad de la información. Herramientas basadas en blockchain, por ejemplo, facilitan la creación y mantenimiento de un registro preciso y verificable de eventos digitales, lo que permite rastrear, entre otros, los reportes recibidos a través de los canales de integridad.[1]

Asimismo, es posible automatizar varias actividades de la función de Compliance, reduciendo la carga de trabajo en tareas rutinarias o de poco valor agregado. A través del Robotic Process Automation (RPA), se configura un “robot” para que ejecute, por ejemplo, la revisión formal de documentos sin interrupciones o posibilidad a error. Así, los Compliance Officers podrán enfocarse en una gestión más estratégica de la función mediante el monitoreo de indicadores a través de dashboards.[2]

De otro lado, es particularmente relevante el reciente desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) y su aplicación a la función de Compliance.

Por ejemplo, el cognitive automation (más avanzada que el RPA)[3] combina IA y las capacidades de automatización de procesos para mejorar los resultados en lo que se refiere a la recolección de datos y toma de decisiones (ej. clasificación de riesgo de clientes o proveedores).

Las tecnologías de IA no solo pueden reducir costos relativos a Compliance, sino que además incrementan la precisión de los resultados. Los algoritmos de machine learning pueden analizar gran cantidad de datos con mayor rapidez y detalle que los humanos. Según la Autoridad Bancaria Europea, el 22% de los bancos europeos está usando alguna técnica de IA para sus tareas de Compliance.[4]  En 2023, se estimó que el gasto en soluciones de Compliance por parte de las instituciones financieras ascendería a US$ 83 000 millones[5].

Asimismo, un sistema de IA puede pronosticar problemas antes de que se materialicen, pudiendo capturar los indicadores de riesgo clave (key risk indicators - KRI) de modo que, cuando se supera el umbral de riesgo aceptable, el área de Compliance está obligada a investigar.[6]

Son muchas las ventajas que ofrece la IA, sin embargo, no debe sobredimensionarse su rol pues no puede reemplazar (sino complementar o agilizar) la labor del Compliance Officer, siendo siempre necesarios su criterio y expertise.