De vivir de subsidios sociales a multimillonario; y jugar Ultimate frisbee
Nació en Ucrania, en 1976, en medio de la guerra fría, él y su familia eran judíos y producto del clima antisemita que se estaba viviendo a inicios de los 90s tuvo que emigrar con su madre y su abuela a Estados Unidos.
Cuando su madre enfermó de cáncer, vivió del subsidio estatal. El coleccionaba cupones de comida y mantenía una ruda y desaliñada apariencia. Rara vez se afeitaba y no era buen alumno en la escuela. A los 18 años, se interesó por los computadores y a los 19 compró su primer PC.
Se matriculó como estudiante de Matemáticas y Ciencias de la Computación en la Universidad Estatal de San José, trabajó en Ernst & Young como ‘tester’ de seguridad. Una de sus misiones era inspeccionar el sistema de publicidad de Yahoo, ahí conoció a Brian Acton, un hombre apenas cuatro años mayor que él, con una prometedora carrera como ingeniero. En 1998 entra a trabajar a Yahoo y estrecha lazos con Brian Acton. En Yahoo se desempeñó como ingeniero de operaciones y seguridad pero debido a la gran carga laboral tuvo que dejar los estudios, lo que marca una curiosa similitud con otras leyendas como Bill Gates, Steve Jobs y Mark Zuckerberg.
En Yahoo trabajó más de 8 años, llegando a ocupar la Gerencia de operaciones y Brian Acton la Vicepresidencia de Ingeniería. Pero en un arranque inesperado, ambos renuncian a Yahoo y deciden tomarse un año sabático y viajar como mochileros por América Latina, solo llevaban una cámara, un par de ideas y una laptop.
Durante el 2009 se presentó en entrevistas para Facebook y Twitter, pero fue rechazado, ese mismo año se compró un Iphone y al entrar a la tienda de aplicaciones, vio que era un mercado gigantesco y apostó por desarrollar una. Se le ocurrió la siguiente idea: quería que en la lista de contactos apareciera junto a cada nombre un pequeño mensaje que indicara qué estaba haciendo esa persona. Fundó la empresa con un nombre que era un juego de palabras entre “What’s up” (qué pasa) y la palabra App. Tras contratar a un programador para que hiciera la app mientras él se encargaba de los servidores, la aplicación apareció en mayo en la App Store de Apple.
Pero se desanimó a las pocas semanas. La aplicación fallaba con frecuencia y no tenía demasiados usuarios, de modo que pensó en dejarlo. Su amigo Brian Acton le quitó la idea de la cabeza y le pidió que le diera unos meses más, entonces Apple actualizó el sistema operativo del iPhone y permitió a las aplicaciones enviar notificaciones. WhatsApp se actualizó para enviar una cada vez que un amigo cambiaba su estado. Entonces se dio cuenta de que sin pretenderlo había creado una especie de servicio de mensajería instantánea, así que lanzó WhatsApp 2.0, que ya era básicamente la aplicación que todos conocemos, con su doble check y todo. Esta vez había acertado. En un par de meses ya tenía 250.000 usuarios.
El nombre de nuestro protagonista es Jan Koum, fundador de WhatsApp.
Brian Acton por aquel entonces seguía sin empleo y estaba dándole vueltas a una idea para una startup que no iba a ningún sitio. Koum fue a enseñarle el nuevo WhatsApp y Acton se dio cuenta de que aquello podía ser un sustituto perfecto para el SMS. Así que se incorporó al equipo y pronto consiguió que cinco amigos de Yahoo invirtieran 250.000 dólares, gracias a lo cual Koum le concedió el título de cofundador y un porcentaje en la empresa. El resto es historia.
En febrero de 2014, cinco años después de haber creado la empresa, Facebook la compró por 19.000 millones de dólares. Se estima que de ese dinero Brian Acton se llevó 3.000 millones y Jan Koum 6.800 (ambos además ganaron un puesto en la junta directiva de Facebook, curiosamente ambos habían sido rechazados como empleados años atrás). Además, el acuerdo con Zuckerberg se firmó en el mismo centro de asistencia social de Mountain View al que Koum acudía para recibir sus cupones de comida siendo joven.
Parte del gran éxito que tuvo Whatsapp, se explica por una nota manuscrita fijada en la oficina de Jan koum, dicha nota decía: “¡No hay anuncios! ¡No juegos! ¡No hay trucos!” Muy cierto, no hay nada más personal para el ser humano que comunicarse con amigos y familiares e interrumpir ello con publicidad no es la forma adecuada de entrar al mercado ¡Y funcionó!
En mayo del 2018, Jan Koum anunció que dimitía de su cargo de director ejecutivo en Whatsapp para seguir adelante con otras cosas.
“Me tomaré un tiempo de descanso para hacer las cosas que disfruto hacer fuera de la tecnología, como coleccionar raros modelos de Porsches, trabajar en mis autos y jugar Ultimate Frisbee”, dijo en un mensaje que publicó en Facebook.
Como anécdota, en el año 2012 Whatsapp fue atacada por críticos que decían que la empresa era de lento crecimiento y ese año al término de una charla un asistente le preguntó a Jan Koum: En un espacio tan competitivo, ¿no está amenazado por lo que otras empresas de tecnología podrían hacer para tomar su mercado? “Crecí en Ucrania”, dijo Koum, dirigiéndose a la puerta. “No me asusto”.
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