Los comerciales de panetones
Es diciembre, la navidad está por llegar y con ella los comerciales de
panetones. En este año han destacado (para bien o para mal)
particularmente cinco: la nueva visión de D’onofrio, la propuesta
bizarra de Herbi, las cachetadas de Todinho, el humor de Pasqualino y la
‘viral’ de Marcela. Deleitarse, reir, indignarse u opinar, hay para
todos los gustos.
D’onofrio
Siendo una de las marcas más tradicionales, agrada que D’onofrio haya decidido dar un giro a su publicidad, dejar de lado las historias bonitas pero clichés y apostar por una visión más humana, cercana y descentralizada.
El eslogan “expresa lo mejor de ti” hoy se ha convertido en “Con D’onofrio llega la navidad, con D’onofrio llega la alegría”, y el spot retrata una bella historia de cómo los pobladores de Padre Cocha deciden compartir la alegría y la navidad con sus vecinos de Manacamiri, en la selva de Iquitos. La campaña fue realizada por Publicis y la productora Patria.
Herbi
Quisiera pensar que es una publicidad mal hecha a propósito pero al parecer no lo es. La marca Herbi (mejor conocida por sus hierbas filtrantes) decidió hacer un spot donde una familia se confunde entre el chocolate y el yerno, y entre el panetón y la hija. Si bien tiene su clave humorística, lo mal producido, actuado, plano y para algunos racista del comercial, no hizo más que generar mucho ruido en las redes sociales.
Dependiendo de los objetivos de la marca, podrán estar contentos o no del impacto obtenido. En mi opinión, es una publicidad mala y olvidable, que cumple con generar recordación pero no necesariamente una positiva, y como en el caso Privat, a veces se confunde impacto con efectividad publicitaria.
Todinho y Pasqualino
El humor es una de las formas narrativas que más atraen pero también las que más sutilmente nos educa o maleduca. El caso del comercial de Todinho es un buen ejemplo de cómo una inofensiva historia de unos cocineros italianos queriendo preparar el mejor panetón nos puede significar que los italianos son violentos o que es aceptado pegar a los empleados por un mal trabajo. Es cierto, es fantasía e hipérbole, pero los niños no necesariamente lo procesan de la misma manera que nosotros (el caso me recuerda al polémico spot de El Bocón en la que un padre denigra humorísticamente a su hijo).
A diferencia de Todinho, Pasqualino (ambas son de la misma empresa) apostó por una imagen menos negativa de los italianos y apuntó a la ópera. Con el objetivo de demostrar que tienen la pasión italiana en su marca, optaron por mostrar a una familia que se da cuenta que ya no tienen más panetón Pasqualino en una clave vocal absurda pero cómica. Es un comercial diferente a lo que se ha visto por muchos años y lo único que me disgustó fue tuvieran que caer en el simplismo de hacer hablar al padre de tez morena con un acento particularmente estereotipado.
Panetón Marcela
Este comercial no ha sido lanzado este año pero el ‘boom’ que ha tenido en las redes sociales sí es reciente. Es un comercial terriblemente malo en todos los aspectos (y por tanto muy cómico también), pero lo peor es que se puede notar dos situaciones denigrantes: la empleada que no forma parte del círculo familiar y la broma de doble sentido inaceptable en la que el niño da a entender que la empleada, Marcela, “está buena para compartir”.
Es una buena ocasión para recordar cuán influyente es la publicidad no solo para incentivar el consumo de un producto sino también en la construcción de nuestra identidad y nuestro comportamiento en la sociedad.
¿Y tú qué opinas de las recientes campañas publicitarias de los panetones D’onofrio, Herbi, Todinho, Pasqualino y Marcela?