Qué poca vergüenza!
Si se revisan los megaproyectos con sobornos por parte de Odebrecht-Odb- (Interoceánica Sur-IOS- y el Metro) y aquellos con fuertes indicios, como el Gasoducto Sur Peruano (GSP) y otros, encontraremos que la más saltante característica negativa en común es que ellos fueron aprobados quemando etapas, logrando exoneraciones para no cumplir con una serie de requisitos indispensables; como la aprobación del SNIP(de cuya evaluación no hubieran salido airosos) o el completar los estudios de pre-inversión. Los proyectos que se han aprobado en los últimos gobiernos se concretaron en un entorno de significativa presión gremial empresarial y mediática para que se cerraran lo más rápido posible las muy publicitadas brechas de infraestructura a través de las Asociaciones Público Privadas (APPs). Y por el apuro el resultado fue un pronunciado deterioro de la calidad para privilegiar la cantidad. Es en este contexto que en la edición de Gestión del 22.02.17 se publica un artículo del Presidente de AFIN (que encargó y difundió los diversos estudios sobre las brechas de infraestructura), Gonzalo Prialé –GP-, en el que presenta una serie de consejos para mejorar las APP y los futuros megaproyectos. Enfatizándose que ellos deben continuar “sin interrupciones y a buen ritmo”.
Sin embargo lo que se esperaba, luego de conocerse los sobornos entregados por las constructoras del Lava Jato (muchas de ellas integrantes de Afin), y considerando que GP y Afin fueron los principales lobistas de Odb , era una autocrítica y unas disculpas a la ciudadanía por las prácticas corruptas de sus asociados. Pero para mi sorpresa nada sucedió y más bien se continuó presionando para que se no se detengan los proyectos , que continúen sin interrupciones y a buen ritmo. Por lo que cabe preguntarse ¿por qué Prialé no se pronunció en contra de proyectos como la IOS y el GSP que no cumplían con los requisitos recomendados por el?; ¿Por qué GP no dijo nada sobre las evidentes violaciones a los principios rectores de las APP?. No encontrarán ninguna crítica sobre los groseros incrementos de costos de IOS o sobre los abusivos Ingresos Garantizados del GSP. Lo que sí encontrarán son duras críticas a los que osaron criticar a dichos megaproyectos. Por ejemplo GP censuró severamente a Ricardo Lago por criticar a los megaproyectos y alertar sobre sus corrupciones . Y el tiempo de dio la razón a Lago. Si el gobierno atendiera los pedidos de GP no tendría que haberse detenido el GSP, hubiéramos perennizado el abusivo contrato de Odb, a pesar que los colaboradores eficaces han informado sobre diversa intervenciones indebidas. No tendríamos que renegociar el contrato de la IOS, a pesar que sabemos que hubo corrupción para obtener la buena pro y manipular las condiciones contractuales a favor de Odb.
De otro lado el gobierno de PPK erró en el diagnóstico sobre los megaproyectos, a pesar que los señaló como el principal motor de la reactivación. Es que en la mentalidad del equipo de gobierno primaba la idea que dedicarse a investigar los proyectos solo trabaría la reactivación económica. Pero al no estudiar a fondo los mismos incurrieron en una serie de avances y retrocesos. Pero a medida que iban conociendo mejor las características de los principales proyectos cambiaban de opinión.
La confluencia de los dos factores mencionados: las presiones gremiales y mediáticas para acelerar el cierre de brechas y la alergia a las evaluaciones sobre los megaproyectos (además obviamente de los sobornos), explican en gran parte el desastroso estado de los proyectos, cuyos ejemplos más representativos son la IOS y el GSP. Un par de elefantes blancos con groseros escalamientos de costos y sobredimensionados, que impidieron la ejecución otros proyectos con una rentabilidad social mucho mayor. Lo que cabe ahora es fortalecer significativamente nuestras instituciones (sobre todo las judiciales) y perfeccionar el marco legal en que se desarrollan los proyectos, incluyendo suficientes candados para evitar que la historia se repita.