Greenwashing: ser, no sólo parecer
Hoy muchas empresas se enorgullecen por “todo” lo que hacen en sostenibilidad, pero sería bueno reflexionar sobre si sus acciones tienen un verdadero impacto positivo y duradero en las personas y el planeta, es decir, son realmente sostenibles, o más bien son una respuesta cortoplacista (moda), de necesidad (compliance) o para posicionar bien su marca (reputación). Porque no habría nada peor que las empresas y sus líderes no sean consecuentes entre lo que dicen y lo que finalmente hacen, y se dedicaran más bien al Greenwashing.
Para ayudar a la reflexión, propongo 5 grandes temas y sus preguntas asociadas (entre muchas otras) que sirvan de autoevaluación y guía para valorar si la empresa (sea del tamaño que sea) esta realmente transitando el camino hacia la sostenibilidad:
- Propósito: ¿Su razón de ser es clara y transcendental? ¿Satisface una necesidad? ¿Busca resolver un problema del mundo? ¿Este propósito es conocido y vivido por todos sus colaboradores?
- Liderazgo: ¿Es el CEO el máximo responsable de liderar e impulsar una cultura sostenible de manera integral/transversal? ¿O esta responsabilidad ha sido delegada a un subordinado o área? ¿El Directorio esta 100% comprometido?
- Derechos humanos: ¿Conoce los principios rectores sobre Empresas y Derechos Humanos? ¿Ha hecho un análisis mínimo de debida diligencia que incluya a todos sus stakeholders? ¿Cuenta con un plan de acción para el cierre de brechas?
- Proveedores: ¿Busca el comercio justo en la procura? ¿Paga a MYPES al contado o máximo 15 días? ¿Es inclusiva con su cadena de abastecimiento? ¿Los proveedores son formales o ayuda a su formalización?
- Planeta: ¿Conoce y mide su impacto en el medio ambiente? ¿Es carbono neutral? ¿Aspira a alcanzar la carbono neutralidad en el más breve plazo posible?
Si la respuesta a la gran mayoría de estas preguntas es NO y no pasa nada, creería que a estas empresas el orgullo les va a durar poco, porque así, pareciendo y no siendo, difícilmente llegarán lejos. Tarde o temprano sus stakeholders las denunciarán por lo que son.
Si, por el contrario, y más allá del resultado de la autoevaluación, hay un interés genuino y real por construir una empresa con propósito, consciente, sostenible, manos a la obra. No es lo que hacemos, es porqué lo hacemos. El Greenwashing no sólo es suicida, sino además condiciona la reputación de muchas otras empresas que lo están intentando pese a tanto. Las personas necesitan creer en las empresas y sus líderes, no los defraudemos.