Cuestión de Mindset
“Si siempre pones límites a todo lo que haces, ya sea físicos o cualquier otra cosa, se extenderán a tu trabajo y a tu vida. No hay límites. Solo hay mesetas, y no debes quedarte allí, debes ir más allá”.
Esta frase, parte de ella realmente, atribuida al mismísimo Bruce Lee, todavía creo se puede encontrar en las paredes de las salas de reuniones de la oficina de Sodexo en Lima, mi ex casa. Pedí colocarlas allí cuando me nombraron líder de la organización. Quería hacer un statement (mandar un mensaje) de lo que esperaba de nosotros hacia adelante, y quería que todos lo vieran, todos los días. De alguna manera, no quería escuchar porqué no se podía hacer, sino más bien cómo podíamos lograrlo.
Porque junto con estas frases ciertamente grandilocuentes y hasta para muchos vacías, vino también un muy ambicioso plan de metas a 5 años que, en ese momento que los establecimos, parecían realmente imposibles de alcanzar (lo llamamos Ambición 2021). Queríamos crecer fuertemente, mejorar la rentabilidad, mejorar la retención de clientes, alcanzar un balance de género, ser referentes en sostenibilidad, mejorar la reputación, mejorar la gestión de talento, batir un record en clima laboral.
Ahora que lo pienso, queríamos todo. Quizás demasiado. Encima algunas de las metas se veían en ese momento algo lejanas, un poco locura. De hecho, cuando lo comentaba con el equipo la expresión, la cara, de algunas personas sentía me decía: ¿en serio? ¿Estamos locos? Alguno de hecho lo dijo. Por supuesto, yo en mi “ingenuidad” pensaba que se podía.
En el transcurso de esos 5 años, muchas cosas sucedieron que nos hubieran dado la excusa perfecta para bajar los brazos y tirar la toalla: una crisis política sin precedentes (6 presidentes en casi 5 años), el Fenómeno del Niño, el escándalo de Lava Jato, la crisis del Covid, fuerte caída del crecimiento (PBI), etc. Y esto sólo por mencionar el frente externo, porque en el interno también hubo de todo.
Y, sin embargo, de cada desafío nos fuimos levantando, y cada vez que nos sobreponíamos nos mirábamos y parecía que nos decíamos, ¡wow lo hicimos! Y de esos momentos, de ese orgullo y adrenalina de haberlo logrado pese a tanto, surgió un día la frase: “hacemos posible lo imposible”. Al principio, sonaba arrogante, lo reconozco. Pero con el tiempo se volvió un mantra, porque todos nos fuimos dando cuenta de lo que éramos capaces de hacer, que era extraordinario y creímos. Ni que decir que las metas se alcanzaron todas, o casi todas, y algunas inclusive se superaron por largo.
El cuento viene a que quizás nos hemos creído que hay límites que nunca seremos capaces de superar y eso esta condicionando nuestra mirada del futuro, de hasta donde podemos llegar como personas, profesionales, empresas o país. Y ese el gran problema que creo tenemos hoy. No es la política o la economía, es nuestra incapacidad (mindset) para cuestionar que lo que estamos viviendo hoy debemos aceptarlo sin más porque nada podemos hacer. El futuro no se predice se inventa. Depende de cada uno.