Dólar: Navegando las aguas turbulentas de la política monetaria global
Con el inicio del año, el dólar ha demostrado un vigor renovado, propulsado por las políticas recientes de la Reserva Federal (FED), un eco que resuena más allá de Perú, extendiéndose por todo el tejido económico de América Latina. Al optar por mantener o incluso incrementar las tasas de interés, la FED ha realzado el atractivo de los activos denominados en dólares, impulsando su demanda y, por ende, su valor en el mercado. Esta maniobra reviste una importancia capital para las economías en desarrollo, redefiniendo el curso de los flujos de capital internacionales y recalibrando el valor de las monedas locales frente al omnipresente dólar.
Este impacto global quedó palpable este lunes, cuando el índice DXY, que sirve de barómetro para la fortaleza del dólar, ascendió a 104.50, su cota más alta desde mediados de noviembre. Este notable avance se originó en un inesperado aumento del PMI de servicios del ISM de enero, que registró un 53.4, superando las proyecciones y revitalizando el optimismo en torno al dólar, especialmente ante la merma de las expectativas de un recorte en las tasas de interés para marzo. A ello se suma un informe de empleo de enero robusto, con 353,000 nuevos empleos, cifras que también eclipsaron las predicciones. Con la Reserva Federal proyectando sostener las tasas en un 5.5%, en marcado contraste con el Banco Central de Reserva del Perú, que vislumbra recortes hasta el 4.5%, este diferencial de tasas de interés subraya aún más el atractivo del dólar para los inversores, esbozando un escenario donde el vigor del dólar se alimenta tanto de dinámicas internas estadounidenses como de divergencias en las políticas de interés a nivel internacional.
A medida que nos adentramos en 2024, el panorama para el sol peruano frente al dólar estadounidense se anticipa lleno de fluctuaciones, no sólo por dinámicas económicas sino también por una capa adicional de incertidumbre política proveniente de las elecciones en Estados Unidos. Se prevé que el dólar fluctúe entre S/3.80 y S/3.85 en los meses venideros, influenciado tanto por el vaivén de los precios internacionales del cobre como por los ajustes en la política monetaria peruana. Además, fenómenos como el Niño y decisiones sobre los fondos de pensiones añadirán más variables a este complejo escenario, desafiando nuestra habilidad para prever y adaptarnos. Este contexto nos invita a estar especialmente vigilantes y a manejar con prudencia los retos que se presenten.
Pese a estos vientos favorables para el dólar, es crucial no obviar que su ascenso podría no ser ininterrumpido. La dirección que tome dependerá en gran medida de las próximas acciones y comunicados de la Reserva Federal (FED) sobre su política monetaria. Además, factores locales como los periodos de pago de impuestos y posibles aumentos en los precios del cobre podrían influir para frenar un poco el impulso del dólar. La incertidumbre en las decisiones de la FED sí le da fuerza al dólar, pero estas situaciones internas tienen la capacidad de suavizar su escalada, ofreciendo así un contrapeso que podría mitigar las repercusiones en las economías afectadas.
En nuestro análisis técnico sobre el tipo de cambio, hemos observado que ha tocado puntos clave que podrían indicar dónde se dirige a continuación. Actualmente, está en un nivel que consideramos de soporte a corto plazo. Si se mantiene por encima de este nivel, esperamos que pueda llegar a 3.89, que es donde enfrenta su próxima resistencia. Si la tendencia hacia arriba sigue, incluso podríamos ver que se dirige hacia los 4.00. Por otro lado, si cae por debajo de 3.67, esto podría sugerir que se dirigirá hacia un nivel más bajo, alrededor de 3.60.
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