Navegando por Aguas Inciertas: La Reserva Federal y el Delicado Equilibrio de la Política Monetaria
El inminente inicio de recorte de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (FED) es una preocupación latente en el mercado bursátil a nivel mundial. Históricamente, tales movimientos por parte de la FED han sido interpretados por los inversores como una señal positiva hacia la rentabilidad en la bolsa. En enero, el S&P 500 tocó nuevos máximos históricos, reflejando un optimismo cauteloso. Este ascenso en los precios de las acciones hubiera sido mucho más fuerte, como en ciclos anteriores, si en el mercado ya estuviera en marcha un ciclo de flexibilización de tipos.
Estas expectativas en torno a los recortes de tasas de interés han oscilado en los últimos meses, reflejando la volatilidad en el comportamiento de los agentes del mercado bursátil. Luego de la reunión de la FED en diciembre, donde se insinuó la probabilidad de recortes de tasas para el 2024, los mercados de futuros comenzaron a anticipar que estos recortes iniciarían en marzo y hasta hace una semana se creía que en junio.
Por otro lado, el mercado laboral sigue asombrando con su solidez, con la tasa de desempleo por debajo del 4% durante dos años consecutivos. Esta situación coloca a Estados Unidos más cerca del pleno empleo en comparación con décadas pasadas. Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre los efectos en el mercado, producto del prolongado periodo de altas tasas de interés antes de iniciar los recortes. Entre estos efectos encontramos a la desaceleración económica, que podría reflejarse en la producción, consumo y pérdidas de empleo a gran escala. Sin embargo, hasta el momento, no se ha materializado ningún escenario de recesión.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha señalado la necesidad de adelantarse a los movimientos de inflación y no esperar a que esta caiga al 2% antes de considerar recortes de tasas. En una conferencia de prensa en diciembre, explicó que retrasar tales acciones podría resultar contraproducente, ya que “se necesita un tiempo para que la política entre en la economía, afecte la actividad económica y afecte la inflación”, dijo.
Por ello, el objetivo de la reserva federal (FED) de mantener la inflación controlada entra en conflicto con mantener un sólido mercado de empleo. Realizar el recorte de tasas de interés muy tarde o muy temprano podría implicar entrar en una recesión o ejercer presiones inflacionarias.
En el tablero global de la política monetaria, desde hace meses los bancos centrales se han embarcado en una fuerte campaña de incremento de tasas de interés, con el fin de controlar la inflación ascendente. Sin embargo, en Estados Unidos desde hace algunos meses la inflación viene cediendo terreno, lo cual ha sembrado la expectativa de que la Reserva Federal finalmente inicie el recorte de tasas este 2024. Según el consenso de analistas, inicialmente se anticipaban 3 recortes, sin embardo estas expectativas se ajustaron a dos recortes de tipos de un cuarto de punto.
A propósito de que aún no existan señales claras para la FED de que la inflación se encuentra controlada lo cual implicaría el inicio del recorte de intereses, existen factores tales como: el sostenido gasto fiscal hasta la remilitarización global, pasando por una reconfiguración del comercio mundial, las demandas financieras de una economía verde naciente y la posibilidad de enfrentar costos energéticos elevados. Frente a este contexto, se prevé que la Fed mantenga inicialmente las tasas estables, considerando por ahora un primer ajuste a la baja posiblemente en junio, una expectativa que se extiende al Banco Central Europeo. No obstante, recientes análisis ponen en duda la inminencia de tales recortes para el verano estadounidense.
En marzo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) evidenció un incremento mensual del 0,4% y una escalada anual del 3,5%, marcando una aceleración respecto al 3,2% registrado en febrero. Al mismo tiempo superaron las proyecciones de los economistas encuestados por Bloomberg, quienes anticipaban un ascenso intermensual del 0,3% y uno anual de 3,4%, lo cual sugiere una inflación más persistente de lo esperado.
Esta realidad de una inflación más persistente a lo esperado, podría ajustar las expectativas del mercado respecto al número de recortes de tasas por parte de la política monetaria de la FED para este 2024. De hecho, según el indicador CME FedWatch, cerca del 75% del mercado anticipa que la Fed mantendrá inalteradas las tasas de interés en su reunión de junio. Esta perspectiva se extiende hasta la reunión de julio, con más de la mitad de los inversores proyectando que el banco central mantendrá estables las tasas.
En la bolsa, la reacción fue inmediata; el Dow Jones experimentó una caída abrupta de más de 500 puntos tras la apertura, logrando recuperar parcialmente sus pérdidas para situarse 460 puntos a la baja, o un 1,2%, alcanzando los 38.436 puntos al mediodía, distanciándose del emblemático nivel de 40.000 puntos que rozó hace algunas semanas. Paralelamente, el S&P 500 y el Nasdaq registraron descensos cercanos al 1%. Por el lado del mercado de los bonos, producto de los resultados de inflación, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años se ubicó en 4,5% el miércoles, su nivel mas alto en lo que va el 2024.
En el actual panorama económico de Estados Unidos, se observa un fenómeno atípico donde la correlación entre las buenas noticias económicas y el desempeño del mercado bursátil se invierte. Este fenómeno se atribuye a que una mejora en la economía implica un gasto más robusto que podría avivar la inflación, retrasando así la intervención de la Reserva Federal para aumentar las tasas de interés. En consecuencia, se mantiene un escenario de tasas de interés elevadas que fortalecen al dólar, mientras que otras divisas se debilitan, los índices bursátiles experimentan caídas y el valor del oro disminuye. Por el contrario, una situación económica adversa conllevaría resultados opuestos. Por lo tanto, el calendario económico marcará la tendencia de los índices, sumado con el inicio de los reportes empresariales del primer trimestre de 2024.