La verdad de las fintech
Para entender a las fintech hay que comprender primero el concepto de una startup, que no es otra cosa que una empresa que, naciendo con una buena idea de negocio y apalancada en la tecnología, consigue un crecimiento vertiginoso en relativamente poco tiempo. Las fintech son startups del sector financiero.
La guía de negocios Fintech 2022/2023 de EY reveló que, solo en el Perú, hay más de 150 empresas de esa categoría. De ellas, 40 se dedican a la entrega de préstamos, 28 a pagos, 24 a cambio de moneda, y 18 a la gestión de finanzas empresariales, por mencionar solo los cuatro principales segmentos de dicha industria.
Allá por el 2017, las fintech ya habían empezado a robar cámaras en el Perú y todo el mundo financiero quería saber más sobre ellas. ¿Qué eran? ¿Qué hacían? ¿Cuánto potencial tenían?
Recuerdo muy bien el primer Fintech Forum que fue ese año, para el cual la Universidad del Pacífico convocó a los representantes de todo el sistema financiero peruano. Estaban juntos banqueros tradicionales, fintech y reguladores. Hubo un diálogo interesante y un debate alturado ante un lleno total que mostraba gran interés.
Los primeros, que ciertamente tienen que cumplir con una cantidad importante de normas, han advertido desde siempre que sus nuevos competidores digitales podrían estarse aprovechando de no estar sujetos a la misma batería de exigencias.
Los reguladores, sin embargo, dejaron claro que, si bien no despegaban el ojo de aquellas empresas, evitaban desincentivar un sector cuyo objetivo era innovar con el foco puesto en mejorar la experiencia del cliente de servicios financieros.
Resulta que una fintech suele ser ideada y fundada por exbanqueros que, conociendo por dentro el sector, crean soluciones justamente ahí, donde saben que existen oportunidades de mejora, con una interfaz amigable con el usuario y generándole mucho valor en algún aspecto o alguna arista específica del negocio financiero.
Un banquero tradicional reconoció en el foro fintech que las entidades financieras clásicas, debido a su tamaño y reglas rígidas, funcionaban como un gran barco que, ante un cambio en el oleaje, gira lento en el mar; mientras que las empresas fintech, asemejándose a botes pequeños, podían maniobrar en el mismo contexto con mucha agilidad.
Fintech y bancos: no todo ha sido competencia
También ha habido cooperación y complementariedad entre bancos tradicionales y fintech, así como casos en los que los primeros han absorbido a las segundas, asegurando para sí mismos esas innovaciones y desarrollos.
Asimismo, es verdad que, tanto bancos y financieras tradicionales como empresas de otros rubros, inspirados por startups y fintech, han adoptado metodologías ágiles para sus proyectos de innovación, para ponerse a tono con los tiempos, la competencia y mantener vigencia.
Hoy en día, la industria fintech ha seguido prosperando a nivel mundial, impulsada por los avances tecnológicos y los cambios en el comportamiento de un consumidor cada vez más digital. Algunas tendencias clave incluyen el crecimiento de las billeteras digitales, la banca móvil, la tecnología blockchain y la inteligencia artificial en los servicios financieros.
Latinoamérica y el Perú no han sido ajenos a estos desarrollos y, dada su alta proporción de población que no usa o accede a servicios financieros, representan un mercado potencial muy interesante para una diversa gama de empresas fintech, como las de pagos digitales, microcréditos a nichos específicos, servicios de remesas y cambio de moneda.
Es seguro, pues, que seguiremos viendo cómo la industria fintech se desarrolla y genera valor en el ámbito financiero de la mano del uso intensivo de la tecnología, y -lo más importante- siempre con un claro foco en mejorar la experiencia del cliente.