Reputación y Marketing, noviazgo a la vista (Parte I)
Trabajando los criterios de la reputación, puedes ir más allá de vender las características del producto y las experiencias de su uso o la gran post venta prometida. La publicidad casi siempre resalta la parte más comercial de las marcas. Pero en el momento de diseñar una estrategia, e inclusive con un briefing más desarrollado con criterios de reputación, podemos tener más argumentos para promover a la marca. Un ejemplo: el candidato de Heineken. Tiene más criterios de reputación corporativa que del valor comercial de la marca, y tuvo gran éxito como campaña integral, no solo en la web social.
¿Recuerdan la campaña de El Bocón, aquella del padre que maltrataba a su hijo que metió el gol? En términos de grupo objetivo, el comercial era muy bueno. El padre machista, duro, exigente, intransigente, hincha extremo del fútbol, era seguramente el lector ideal del diario. La campaña no aguantó mucho tiempo al aire porque hasta la Ministra de la Mujer se manifestó en contra. La campaña no solo debió considerar entonces al “consumidor”, sino también a los públicos a su alrededor. Cuando se trabaja el concepto de reputación y, sobre todo, en el marketing digital, el mapeo de diferentes públicos debería darse por sentado, para convertir riesgos en oportunidades.