Mundo polarizado. Barómetro de la confianza 2023
Al momento de escribir este post, el Perú se encuentra enfrentado a su realidad social. La polarización es extrema; sus consecuencias, lamentables y con muertes de por medio. Los puentes para entenderse parecen ser imposibles. Entonces leo el recién lanzado Barómetro de la Confianza 2023, de Edelman, y pareciera una radiografía de mi país, pero es la del mundo polarizado de hoy.
Voy a presentar los hallazgos más importantes del estudio que consideró a 28 países en el mundo, con un total de 32,000 entrevistas. De parte de LATAM, el estudio incluye a Argentina, Colombia, Brasil y México. En general, todos los continentes fueron considerados.
Economía, la primera alerta
En 26 de los 28 países estudiados, la perspectiva económica para los 5 años es mala. En promedio, 10 puntos menos con respecto al 2022.
Y justo por ello, los principales miedos entre los entrevistados son el hecho perder el trabajo y el aumento de la inflación. Por otro lado, el cambio climático y la posibilidad de una guerra nuclear también se presentan como muy serios cuando a los entrevistados se les pide considerar temores con respecto al futuro de la sociedad.
Sin embargo, a la hora de definir los principales drivers del mundo polarizado, la economía no es primera en la lista. Es la desconfianza en los gobiernos, la pérdida de una identidad compartida -en el Perú sería la ausencia-, y las injusticias sociales, las que generan el enfrentamiento entre posiciones extremas.
División y pesimismo definen el mundo polarizado
Todos los países latinos del estudio se encuentran en la zona de peligro o lo de altísima polarización. Con seguridad el Perú estaría en esta última.
Un dato que parece lógico es que, a mayor polarización, mayor desconfianza en las instituciones. Si el país se considera aún no tan dividido, la confianza será más saludable, aunque tanto medios como gobierno estarán siempre al final de las preferencias.
Poniéndole lupa a la polarización
Entre los públicos que generan más divisiones, los ricos y poderosos fueron los primeros señalados por los entrevistados. Luego mencionan a los gobiernos extranjeros que son hostiles, probablemente en referencia al conflicto armado entre Rusia y Ucrania y todos los efectos que ha causado. Y finalmente se menciona a los gobernantes de los países que, justamente, son los llamados a gestionar las situaciones generadas en los dos primeros grupos.
Importante tomar en cuenta que los líderes empresariales destacan como una potencial fuente de unificación en la sociedad, al igual que las ONG y la misión de los maestros.
Un dato preocupante que podemos corroborar en el Perú y que, por lo visto, son varios países que enfrentan lo mismo, es la pérdida de valores cívicos y el respeto, el 65% de los entrevistados lo señalan. Y el 62% asegura que el tejido social se ha debilitado tanto que ya no puede garantizar la unión para un propósito común.
Otro triste hallazgo es que la ideología se ha convertido en la identidad de la gente, y que ello genera un rechazo de quienes piensan diferente, a un punto que la mayoría no daría su ayuda en caso sea necesaria, y preferirían no trabajar con ellos. Impresionante y muy serio, realmente.
Y ya para terminar la aproximación a la polarización del Barómetro de la Confianza, nuevamente hay hallazgos que parecieran la radiografía del Perú. La polarización exacerba los prejuicios y la discriminación, ralentiza el desarrollo, genera violencia en las calles, hace imposible abordar los desafíos sociales. La pregunta inmediata es ¿Y entonces, cómo resolvemos esto?
Hay un camino, que convoca a las empresas, y un siguiente paso: a trabajar junto con los gobiernos, según el estudio de Edelman.
Las empresas más confiables que los gobiernos y la prensa
Al igual que en el Barómetro de la confianza del 2022, son las empresas las que tienen la oportunidad de ser el punto de partida de la recuperación de la confianza, ya que los indicadores de los gobiernos y los medios son bajísimos. Es una realidad comprobable todos los días ¿Cierto?
Solo las empresas son consideradas como competentes y éticas con respecto a las demás instituciones, inclusive las ONG, que tienen una mala percepción con respecto a su competitividad.
Siendo las empresas el potencial foco de confianza según el barómetro de Edelman, entran a tallar otros indicadores que le pueden dar base a esta posición que en algunas realidades -entre ellas el Perú- puede parecer complicado de creer.
La gente tienen como principal grupo de confianza a las personas con las que trabaja y, por delante de ellas, al CEO de la empresa.
Este indicador no ha variado con respecto al 2022, y tal vez explique, en parte, el foco de confianza en las empresas con respecto a otras instituciones. Sin embargo, a la hora de referirse a los líderes empresariales en general, la desconfianza aumenta, pero es mayor en el caso de periodistas y líderes del gobierno.
El barómetro también le da pautas a las empresas sobre cómo incrementar la confianza tanto de sus trabajadores como de los clientes. Y definitivamente el que la empresa sea más ciudadana es el Norte, lo que además le generaría más atractivo comercial, según el 63% de entrevistados.
El CEO, clave de la confianza
Hay entonces una mirada hacia adentro, hacia el propio mundo laboral de las personas para buscar su fuente de estabilidad y confianza. Y es el CEO de la empresa quien cobra protagonismo y despierta expectativas relacionadas con tomar posición pública en hechos de relevancia social, como: cambio climático, discriminación, brecha económica, inmigración.
Pero, inclusive en la valoración del directivo, todo empieza por casa, el primer indicador será cómo trata a sus trabajadores.
Además, se considera que estará obligado a pagar un salario justo, garantizar la seguridad de las comunidades alrededor de la operación de la empresa, pagar los impuestos que correspondan, y capacitar constantemente a sus trabajadores.
Finalmente, y encuentro aquí una línea directa con la carta 2022 de Larry Fink, el CEO de Blackrock, la sostenibilidad está en la expectativa de los stakeholders. Si bien el Barómetro de la Confianza no menciona el término directamente, queda claro que las variables del cuadro con el que cierro este Café-reporte, están dentro de los criterios ESG.
La valla es bastante alta porque se espera hasta 6,5 veces más acciones de parte de las empresas, la desigualdad económica o la escasez de energía, entre otras. Misión para los CEO y sus directorios, el de encontrar los modelos sostenibles para un mundo cada vez más complejo, un mundo polarizado.
Mi conclusión
Así como en la pandemia, el Perú fue el ejemplo de la peor gestión por el altísimo número de muertes que lo llevó a encabezar el indicador mundial, no quisiera que mi país sea la máxima expresión de las consecuencias de la polarización. Ahora mismo, parece que vamos en ese camino. El Trust Barometer de Edelman, señala a las empresas como la institución que puede marcar el cambio, inclusive que el poder de las marcas puede aportar también en la identidad compartida que es necesaria en los países más polarizados. No sé si ello sea posible en el Perú, realmente, pero lo que sí sé, es que momento de tomar posición con un solo y principal valor: la ciudadanía. Nada más que ello, porque finalmente es lo que más necesitamos.
En tanto, un CEO, el líder de un gobierno, el director de un medio, tomen muy en cuenta el rol que juegan en la sociedad, y decidan actuar con humanidad, la posibilidad de un cambio, de un puente entre los extremos, será mayor. Caso contrario, estamos apenas a la mitad de un camino que pone en riesgo a todos.
Siempre digo que las empresas forman parte de la sociedad, si no marchan bien, tampoco la sociedad es posible. Quienes vayan en contra de ellas por el estigma de que, si son grandes, de hecho son abusivas, debería tener motivos concretos para ello.
“No hay empresas sanas en sociedad insanas” nos decía Peter Drucker, tal vez ahora le toca a las empresas ayudar en la mejora de la sociedad. La data del barómetro las respalda. A ponerse de pie y dar el paso.