De la marca a la reputación personal. Los 5 mindsets.
El contexto de incertidumbre en todo el mundo, la alta competitividad en el campo laboral, ha llevado a redoblar la importancia de la marca personal. Y ello se puede ver en las múltiples ofertas de formaciones y servicios que se enfocan principalmente en LinkedIn. Pero ¿qué pasa con la reputación personal? ¿Será lo mismo? ¿No es tan importante cuando solo apuntas a destacar tu empleabilidad?
La marca personal se enfoca más en lo que tenemos que comunicar para diferenciarnos y facilitar el objetivo que tengamos. Puede ir desde conseguir empleo, lograr una promoción en el actual, o tal vez ser más atractivo para un colectivo o comunidad con la que podemos generar un modelo de negocio. Principalmente, el foco es Internet, y dentro de las plataformas LinkedIn, es la que destaca para la mayoría de profesionales; aunque dependiendo de su rubro y sector, otros espacios como Instagram, TikTok o YouTube pueden ser los ideales.
Pero, realmente, ¿bastará con pensar en la marca personal, y dejar la reputación para cuando tengamos algún inconveniente que nos lleve a “proteger” nuestra presencia en Internet o en el espacio offline?
La reputación personal, oportunidad estratégica
Pensar en la reputación solo en momentos de riesgo, es la peor posición, ya que estaremos en modo reactivo frente a escenarios que pueden ser previsibles y que, con una buena gestión, podemos convertirlos en grandes oportunidades para los objetivos que tengamos.
Por ello, voy a compartir 5 mindsets que te ayudarán a gestionar tu reputación personal para que no solo sepas qué decir para diferenciarte (marca personal) sino también qué responder, inclusive en un momento complejo para potenciar tu valor. Lo importante de la reputación es que supone una comunicación bidireccional y no solo desde tu zona de confort, sino también cuando estás en riesgo de perderla.
1. Propósito
Tener claro tu objetivo no es lo mismo que tener definido tu propósito. El primero es absolutamente individual, y muy necesario, por supuesto, para saber qué es lo que quieres lograr con respecto a tus objetivos profesionales y/o de negocio.
Formular el propósito, supone, en cambio, pensar más allá de nosotros, inclusive más allá de los clientes, si fuera el caso que tienes una empresa. El propósito implica medir y proyectar el impacto que queremos dejar en la sociedad, y que puede enfocarse en un colectivo, eso sí. Y no todos están listos para definir su propósito o entregarse a él. Hay que tener en cuenta que el propósito no implica dedicarse a la filantropía y olvidarse de los objetivos personales, es más bien integrar o relacionar los objetivos personales con un beneficio para la ciudadanía.
¿Cómo llegar a él? Simon Sinek lo dejó muy claro en su libro “Find Your Why”, y AQUÍ te lo explico de una manera sencilla.
2. Promesa de valor
¿Cómo podemos definir nuestro posicionamiento cuando nos presentamos? ¿Cómo logramos, con un texto preciso y concreto, dejar claro cuál es nuestro diferencial y, además, qué impacto estamos dejando en el mundo? -Si fuera el caso que nos importa dejar una huella positiva, claro-.
Mucho se habla de aportar un valor, y no siempre es sencillo definirlo, más aún si queremos que nuestras acciones no solo cumplan objetivos propios, sino que trasciendan.
Por ello ayuda mucho estructurar la promesa de valor, que tendrá los siguientes items necesarios:
- Target: A qué público específico nos vamos a dirigir, queremos atraer, relacionarnos, convertirlos en clientes (dependerá del objetivo). Es preciso ser específicos y apuntar a un segmento.
- Ventaja diferencial: Qué será relevante para este público, qué ventaja tengo y mi competencia no. Este es un criterio que viene directamente del marketing, y todos lo debemos tener claro.
- Beneficio expresado como propósito: Qué ganará el público al que me dirijo con el diferencial que tengo, pero, además, cuál será el servicio ciudadano (propósito) que logro con ello.
Sé que el último punto tiene un mayor grado de dificultad porque implica un impacto social. Créeme que si tienes claro tu propósito, no será difícil de formular y, además, te ayudará a construir una mejor reputación personal. De no contar con un propósito, la promesa es más comercial, lo cual es importante, pero el posicionamiento se verá limitado.
3. Relación con stakeholders
Un tema vital en la comunicación es saber a quién nos vamos a dirigir aunque, considerando que estamos en las redes sociales, debemos pensar en grupos y colectivos. Lo importante, cuando hablamos de reputación, es pensar también en quiénes nos van a responder, y tener en cuenta que puede ser un público que no teníamos en nuestro radar.
En cualquier circunstancia, la premisa al decidir responder un comentario, inclusive una crítica, es que estamos construyendo una relación y, a veces, evitando perderla. Aquí hay una regla general en situaciones complejas: hay que escoger nuestras batallas. No tenemos que responder todos los comentarios contrarios o que busquen un debate. Tenemos que saber bien las intenciones del otro lado, no olvidar nuestro objetivo de comunicación y, la última instancia: nuestro propósito. Hay personas que, por su propósito, sí entran en conversaciones complejas y públicas -como lo hacen algunas empresas, NIKE por ejemplo- porque hay un fin mayor, principalmente social o ciudadano.
Por ello, lo mejor es tener claro el público principal al cual nos dirigimos con nuestro mensaje, pero también quiénes podrían verse interesados por el tema compartido y podrían intervenir. Con este mapeo previo, estaremos más preparados para interactuar sin perder de vista nuestro objetivo.
4. Presencia online
Como se darán cuenta, hay tres criterios importantes previos que son insumos importantes para llegar a desarrollar nuestra presencia en LinkedIn, Instagram, o cualquier otra red. Tendrán mucho más poder y estructura sólida, si logran tener claro su propósito, porque tendrán un discurso que les llevará a crecer más allá de su comunidad habitual. Evidentemente, la autenticidad será fundamental en cada mensaje, caso contrario, tarde o temprano, la comunidad te lo hará saber, y tu reputación personal estará en riesgo.
La promesa de valor definida en el punto 2, la puedes llevar directamente a la sección “acerca de” de LinkedIn, y adaptarla para tu presentación en las otras plataformas. Tendrá que quedar claro tu área o sector profesional, y también tu foco de servicio, y en lo posible -vuelvo a decir, si es auténtico- el impacto que quieres dejar en la sociedad.
Si tomas en cuenta los puntos 1, 2 y 3, será muy difícil que empieces a compartir contenido como un robot en las redes. Si vas a usar la IA, tendrás criterios para un prompt con una mayor base estratégica, evitarás la comunicación de plantilla. Serás más eficiente y, a la vez, más auténtico.
5. Presencia offline
Un tema fundamental que no siempre se toma en cuenta cuando hablamos de marca personal, es la presencia offline. Ni todo se reduce a LinkedIn, ni todo nuestro posicionamiento se asegura con un buen performance online. De hecho, la principal prueba de autenticidad está en el espacio offline, más aún si hemos logrado un buen posicionamiento personal gracias a Internet.
Definitivamente, los mindsets 1, 2 y 3, son también una base importante para las experiencias y momentos de verdad que tengamos en una conferencia, por ejemplo, seamos los expositores o los asistentes. Dentro de nuestros trabajos, un gremio, frente a nuestro equipo o, inclusive, en una entrevista para buscar trabajo, la presencia offline será el momento de mayor coherencia y logro de resultados, en estos tiempos donde pareciera que todo se reducirá a Chat GPT.
Siempre en Café Taipá reforzamos nuestro lema: la mejor acción online deriva en una oportunidad offline. Entonces, si tu marca personal bien gestionada, te lleva a tener oportunidades offline, ten en cuento estos cinco mindsets y, sobre todo, que la reputación personal será lo más poderoso e importante porque implica cómo sostendrás tu marca en un momento de verdad. Comunicar mensajes no es tan complejo como argumentarlos y defenderlos. Esta acción es la que te lleva a una mayor diferenciación y, posiblemente, al liderazgo en una área o sector.