¿Cómo asegurar el crecimiento sostenible de la energía en el Perú?
Por: Edwin Quintanilla. Director de la Maestría en Gestión de la Energía de ESAN.
El acceso a la electricidad del Perú ha experimentado un crecimiento continuo desde la década de 1990. Si bien hoy se estima que el 97 % del país cuenta con este servicio, al menos un millón de peruanos no tienen acceso a esta energía. Esta situación nos sitúa como el segundo país sudamericano con peor nivel y solo por encima de Bolivia. ¿Qué acciones son necesarias para revertir esta situación a futuro? En 1992, se iniciaron las reformas para impulsar la electrificación del Perú, que, en ese momento, solo abarcaba el 55 % del país. En ese sentido, haber llegado al 97 % en el 2023 constituye un excelente avance. Sin embargo, el entorno ha cambiado. La demanda de energía es más apremiante y urge cerrar esa brecha para alcanzar a otros países de la región, como Brasil o Argentina, cuyo porcentaje de electrificación es de 99.8 %.
La electrificación de hoy: impacto global con cobre peruano
Hoy en día el concepto de la electrificación ha migrado hacia la sustitución de usos fósiles hacia electricidad (preferentemente renovable) siendo el caso más conocido el del auto eléctrico. El cobre es un factor crucial para lograr este objetivo. Recordemos que el mundo se encuentra inmerso en una transición energética que implica pasar del uso de combustibles fósiles a fuentes de energía renovable. En esa línea y considerando mayores requerimientos de cobre para las tecnologías limpias en general (movilidad eléctrica, centrales eólicas, paneles solares, etc.) se estima que, para el 2035, la demanda mundial de cobre se duplicaría (Según Standard & Poors), es decir, sería diez veces superior a la producción actual de cobre en el Perú.
Cifras del crecimiento del cobre
El costo del cobre peruano es muy competitivo y constituye nuestra principal ventaja comparativa frente a otros países. A ello, debemos sumar que la llegada de Camisea, en el 2004, nos permitió entrar en un círculo virtuoso. La energía eléctrica que producimos desde entonces nos ha permitido, entre otros factores, impulsar la producción de cobre hasta convertirla en nuestro principal producto nacional, un eje central de la economía peruana.
Para entender mejor nuestro desarrollo, revisemos algunas cifras claves recientes. En el 2023, la producción minera del Perú fue un 12 % mayor que la del 2022 y alcanzó una valoración de USD 42 593 millones. Asimismo, la producción de cobre en el Perú durante el 2023 también creció un 13 %, respecto al 2022. Este crecimiento permitió apuntalar el mercado y mantenernos como segundo productor principal de cobre en el planeta.
Otro dato clave es que el Perú y Chile concentran un tercio de la producción global de cobre, con posibilidad de crecimiento. Lo relevante es que la producción peruana, apuntalado por los precios energéticos, creció un 160 % entre el 2005 y 2023, es decir, hemos registrado un incremento importante del cobre en tanto que Chile en el mismo período decreció 5%. El desafío futuro de la transición energética nos abre muchas oportunidades de crecimiento en este mercado.
Retos urgentes
El crecimiento energético en el Perú ha sido enorme hasta ahora. No obstante, para asegurar una mayor sostenibilidad de cara al futuro, necesitamos superar tres desafíos clave: garantizar un costo eficiente de la electricidad, impulsar el uso del gas natural licuado en las minas y contar con una institucionalidad que nos permita recorrer una ruta firme y segura, sin cambios repentinos.
Otro detalle a tomar en cuenta son las energías renovables. Para que las licitaciones eólicas y solares sean eficientes y competitivas, deben antelarse al menos con cinco años. Por último, debemos promover más las subastas en el sistema de generación eléctrica, con el ingreso de nuevos actores que dinamicen el mercado.