Séptimo retiro de AFP: mirando el vaso medio lleno
Por: Edmundo Lizarzaburu. Profesor de la carrera de Administración y Finanzas de la Universidad ESAN.
El Congreso acaba de aprobar el séptimo retiro, indicando que las personas podrían retirar hasta 4 UIT, es decir, el equivalente a S/. 20 600. De la información revisada, se tiene que aproximadamente más del 80% de las personas tienen menos de 1 UIT, es decir, un monto menor a S/. 5150. En las últimas semanas, se han evidenciado críticas a un sistema que debe ser mejorado, pero no se han planteado muchas veces las preguntas correctas, tales como:
Si se deben realizar 12 aportaciones al año en promedio. Si consideramos que el tiempo de aportación es de aproximadamente 40 años (iniciando a los 20 años, por ejemplo), se requieren 481 aportaciones. ¿Cuánto se ha aportado entonces? Este punto no se cumple muchas veces y, en vez de identificar ahí la causa, se enfocan en el bajo monto. Este aspecto debería revisarse para que los aportantes tengan una pensión digna y justa, pero para ello la clave es la información y su difusión debería ser supervisada y obligatoria.
La esperanza de vida es otra discusión que evidencia una oportunidad de mejora, considerando lo que en información estadística se llama revisar las colas de la curva. ¿Por qué no se modifica el valor de esperanza de vida? Por ejemplo, en vez de analizar cuantitativamente cuántos años más de aportación se requieren, ¿por qué no se reduce matemáticamente o estadísticamente a, por ejemplo, 90 o 95 años, siempre considerando un soporte cuantitativo y actuarial que los fondos de pensiones podrían realizar en coordinación con el regulador, la SBS?
Si existen otras alternativas, como las rentas vitalicias que ofrecen las compañías de seguros, ¿por qué no establecer una alianza o difusión para enfocarse en el concepto de pensión digna y justa?
Otro aspecto clave es aumentar y diversificar las aportaciones, por ejemplo, que se descuente de los recibos por honorarios, del pago del IGV, o de componentes que ayuden a que las personas que trabajan de diversas formas puedan tener capacidad de ahorro para la jubilación.
Si el dinero es empleado en pagar una deuda, las personas deberían proponerse ahorrar el interés de las cuotas que ya no pagarían, elemento clave de una cultura financiera que busca conectar el hoy con el futuro.
Estas propuestas tomarán tiempo. Por ello es necesario reformar el sistema, pero frente a la situación actual, hay que proponer alternativas que busquen mantener el valor del dinero. Por ejemplo, si los S/. 20 600 en 25 años, a una tasa del 9%, se pueden convertir al momento de jubilarse en aproximadamente S/. 177 000.
Un ejemplo es hacer que el dinero que el 80% de los peruanos pueda retirar sea empleado de manera eficiente, pensando en el largo plazo, pero con impacto en el corto plazo. Es por ello que un cambio en el programa Techo Propio sería ideal. Este programa ofrece diferentes modalidades de apoyo financiero y técnico para que las familias de bajos ingresos puedan adquirir, mejorar, ampliar o construir una vivienda adecuada. Algunas de las principales modalidades son:
1. Bono Familiar Habitacional (BFH): Este subsidio económico no reembolsable, otorgado por el Estado peruano a familias que cumplen con ciertos requisitos, puede utilizarse para la compra de viviendas nuevas o usadas, la construcción en terrenos propios o la adquisición de terrenos con servicios básicos.
2. Crédito Mi Vivienda: Es un programa de financiamiento hipotecario que ofrece préstamos accesibles para comprar, construir, ampliar o mejorar viviendas. Las familias beneficiarias del BFH pueden complementar este subsidio con un crédito hipotecario de bajo interés ofrecido por el Fondo Mi Vivienda.
3. Construcción en Sitio Propio: Esta modalidad está dirigida a familias que poseen un terreno propio y desean construir una vivienda. El programa ofrece apoyo técnico y financiero para la ejecución de la obra, incluyendo asistencia técnica para el diseño y la supervisión de la construcción.
El programa Techo Propio busca promover la inclusión social y mejorar las condiciones de vida de las familias peruanas. Sin embargo, si las familias que han recibido un beneficio no pueden acceder a otros, esto podría considerarse un cambio para generar mayor acceso.
En este contexto, la posibilidad de cambios legales en los programas de vivienda podría significar que el retiro de hasta 4 UIT de los fondos de pensiones marque el inicio de un cambio en el uso del dinero, reflejando las demandas de los peruanos y las necesidades de planificación para la jubilación.
Los retiros de hasta 20 600 soles permitidos por el gobierno pueden ofrecer a los afiliados acceso a una cantidad significativa de dinero en momentos de necesidad económica, para cubrir gastos de salud, educación, vivienda u otras emergencias. Sin embargo, estos retiros pueden impactar significativamente el capital acumulado para la jubilación, afectando la capacidad futura de obtener una pensión adecuada. Considerar la propiedad como una forma de generar renta podría ser una estrategia para preservar el capital a futuro.
La relación entre el séptimo retiro y Techo Propio puede analizarse en términos de cómo los trabajadores gestionan sus recursos financieros a corto y largo plazo. Es crucial evaluar cómo estas opciones se integran al sistema de seguridad social y cómo pueden complementarse para garantizar un bienestar económico sostenible para los trabajadores peruanos.
Finalmente, independientemente de la situación, no debe perderse el propósito del dinero retirado. Este podría utilizarse para generar beneficios mayores que incluso los proporcionados por la misma Administradora de Fondo de Pensiones.