¿Ahorro para una jubilación digna y justa o con asistencialismo?
Por: Edmundo Lizarzaburu. Profesor de Administración y Finanzas de la Universidad ESAN.
El ahorro es fundamental para alcanzar una jubilación digna y justa en el Perú. Sin embargo, actualmente, este objetivo parece distante debido a los múltiples retiros de carácter “extraordinario”, especialmente después del cuarto, cuando dicho adjetivo ya no aplicaba. Esto ha generado una reducción en la cultura financiera, exacerbada por legislaciones que no contribuyen a una visión de largo plazo.
A menudo se escucha el eslogan “el dinero es de uno”, pero esta afirmación se saca de contexto. El dinero, efectivamente de cada peruano, está destinado a la jubilación. La pregunta esencial es si se están tomando las medidas necesarias para garantizar que las personas reciban una pensión digna y justa: ¿Están ahorrando? ¿Están aportando e invirtiendo, o simplemente consideran que subsistir es suficiente?
La crisis financiera de 2008 nos dejó el concepto del “Back to Basics”. Dieciséis años después, es crucial regresar a estos principios básicos, especialmente para aquellas generaciones que tenían entre 20 y 25 años en ese momento y ahora tienen entre 36 y 41 años. Es fundamental que reconsideren cómo se prepararán para su jubilación.
Además, es esencial asegurar una proporción adecuada en los Fondos de Pensiones para garantizar retornos en línea con la rentabilidad de la industria, y no solo centrarse en los cuatro fondos disponibles. Desde 2023, hemos observado una tendencia de tasas altas que está empezando a disminuir. Aquellos que colocaron sus ahorros en tasas del 8 % al 10 % a 5 o 10 años, tendrán un fondo interesante, pero ¿cómo podemos extender estos beneficios a más peruanos? Aquí algunas propuestas no solo para legisladores sino también para diversos actores del ecosistema de los Fondos de Pensiones (públicos y privados):
1. Ahorro privado: dado que el sistema de pensiones público en Perú ofrece pensiones relativamente bajas, es necesario complementar estos ingresos mediante el ahorro privado para mantener un nivel de vida adecuado durante la vejez.
2. Cobertura de salud: a medida que envejecemos, los gastos médicos tienden a aumentar. tener ahorros adicionales permite cubrir estos costos y acceder a atención médica de calidad.
3. Independencia financiera: poseer ahorros propios brinda independencia financiera y reduce la dependencia de otros familiares o del Estado durante la jubilación.
4. Gestión de imprevistos: los ahorros son útiles para afrontar gastos inesperados o emergencias que pueden surgir durante la vejez.
5. Herencia: los ahorros acumulados durante la vida laboral pueden ser heredados a hijos o nietos, proporcionando un respaldo económico.
6. Inflación y costo de vida: los ahorros ayudan a mantener el poder adquisitivo ante la inflación y el aumento del costo de vida a lo largo del tiempo.
En resumen, ahorrar de manera constante y disciplinada durante la etapa laboral es clave para disfrutar de una jubilación sin privaciones económicas y mantener un estilo de vida digno en el país. Así se reduce la necesidad de asistencialismo pensionario y se promueve una mejor rentabilidad social, beneficiando áreas como la salud, la educación y la infraestructura.