El primer portafolio de inversión para principiantes
Por: Luis Mendiola. Profesor de Finanzas de ESAN Graduate School of Business.
La construcción del primer portafolio puede ser una tarea abrumadora para quienes desean adentrarse en el mundo de las inversiones. A diferencia de otras latitudes, para empezar a invertir, se requiere de un intermediario. En este caso, me refiero a una sociedad agente de bolsa (SAB).
La elección de una SAB debe realizarse con cuidado, ya que no solo es importante comparar las comisiones que cobran, sino también considerar los servicios adicionales que ofrecen. Por ejemplo, algunas proporcionan análisis de mercado y acceso a una gama más amplia de activos, lo que puede resultar valioso para el inversionista principiante. La elección de una SAB con bajos costos de transacción y que ofrezca servicios de investigación robustos asegurará un equilibrio que el inversionista deberá ponderar con cuidado.
Una vez seleccionada la SAB, habrá que presentar los respectivos documentos de inscripción (datos generales, declaraciones juradas, etc.) y transferir el monto de inversión con el que se desee empezar. Luego habrá que definir metas concretas, ya sea el ahorro para la jubilación o el aumento de patrimonio a largo plazo. Los objetivos más claros permitirán diseñar estrategias que con un mejor equilibrio entre el riesgo y el retorno.
Para lograr el equilibrio rendimiento-riesgo, deben seleccionarse los instrumentos financieros que compondrán el portafolio. En el caso peruano, los bonos no están disponibles de forma directa para los inversionistas minoristas, lo que limita las opciones de renta fija a fondos de inversión y certificados de depósito.
Sin embargo, las acciones, a través de la Bolsa de Valores de Lima (BVL), son una opción viable para quienes buscan crecimiento a largo plazo. Al seleccionar acciones, se aconseja seguir los principios de inversionistas como Warren Buffett, que prioriza empresas con ventajas competitivas sostenibles, un historial de generación de flujo de caja y bajos niveles de deuda. Para los principiantes, enfocarse en empresas con ratios de precio/ganancias (P/E) bajos y una sólida relación entre valor contable y valor de mercado (book-to-market ratio) puede ser un buen punto de partida.
Uno de los principios más esenciales en la construcción de un portafolio es la diversificación. Si bien puede ser tentador apostar todo en una empresa que promete altos retornos, diversificar entre diferentes sectores reduce el riesgo específico de cada activo. En la BVL, dominan sectores como minería, consumo y finanzas, por lo que sería recomendable distribuir las inversiones entre ellos. Sin embargo, en un portafolio pequeño, con un capital inicial de S/5000, es crucial evitar la diversificación excesiva. Según los expertos, mantener entre cinco y diez acciones bien escogidas puede bastar para lograr una diversificación efectiva sin diluir demasiado el potencial de retorno.
El siguiente paso es realizar la primera compra y aquí entra en juego el tipo de orden que se utilice. Para los principiantes, una orden de mercado es la opción más sencilla, ya que asegura que la compra se ejecute al precio disponible en ese momento (o durante el día). Sin embargo, para quienes buscan tener un control mayor sobre el precio al que compran, las órdenes limitadas ofrecen la posibilidad de establecer un precio máximo para la compra. Si bien las órdenes limitadas pueden no ejecutarse de inmediato, son útiles en mercados volátiles como el peruano, donde los precios de las acciones pueden fluctuar de manera considerable en periodos cortos.
Otro aspecto que a menudo se pasa por alto en la inversión son los costos de transacción e impuestos. En el Perú, las comisiones de las SAB y otros costos asociados, como los spreads entre el precio de compra y venta de las acciones, pueden erosionar de forma significativa las ganancias de un portafolio pequeño. Además, es importante considerar los impuestos sobre las ganancias de capital, que pueden variar según el tipo de activo y el tiempo que se mantenga en el portafolio. Planificar con antelación los costos y cómo afectarán a tus retornos es esencial para evitar sorpresas desagradables.
Por último, la gestión activa del portafolio es una tarea que no debe descuidarse. La revisión periódica del portafolio, de preferencia cada seis meses o cuando haya cambios significativos en el mercado, permitirá ajustar las inversiones de acuerdo con las nuevas circunstancias. Sin embargo, es importante no caer en el error de hacer cambios constantes basados en movimientos a corto plazo del mercado. La paciencia es una virtud en la inversión y la estrategia de mantener las inversiones a largo plazo, incluso durante periodos de volatilidad, ha demostrado ser una de las claves del éxito para inversionistas de renombre.
La construcción de un portafolio de inversión no es una tarea sencilla, pero con una planificación cuidadosa y una comprensión clara de los principios básicos, cualquier principiante puede establecer una base sólida para su futuro financiero.