La relevancia de la segunda generación en empresas familiares
Por: Edmundo Lizarzaburu. Profesor de la carrera de Administración y Finanzas de la Universidad ESAN.
Uno de los problemas más graves que enfrentan las empresas familiares es la transición generacional. La importancia de la segunda generación para la sostenibilidad y continuidad de estas organizaciones va más allá de la sucesión de liderazgos. A continuación, se examinarán los elementos principales que resaltan la relevancia de esta etapa en el ciclo de vida de este tipo de negocios.
La supervivencia de las empresas familiares depende del proceso de sucesión. Según los datos según estudio del Family Business Institute y revisado con Vorecol, solo el 30 % de estas organizaciones logran pasar a la segunda generación y apenas un tercio llega a la tercera (Fuente: PWC, 2024). Esta información resalta la relevancia de una planificación de sucesión exhaustiva y bien organizada. La falta de este plan puede causar conflictos entre miembros y transiciones de liderazgo ineficientes, lo que arruinaría la estabilidad del negocio. Para reducir estos peligros, es fundamental establecer procedimientos que garanticen que el sucesor tenga las habilidades necesarias para asumir el liderazgo y mantener la visión del fundador.
La capacitación académica y profesional de los sucesores es esencial para el éxito de la transición. Si es insuficiente, puede poner en peligro la continuidad del negocio. Por ello, las empresas familiares tienen que priorizar la preparación de sus sucesores mediante una formación compleja, multicausal y adaptada al tipo de negocio y las expectativas del fundador. También deben incluirse aspectos técnicos del negocio y habilidades de gestión y liderazgo para que la segunda generación esté preparada y sepa abordar los desafíos de un entorno que cambia cada vez más rápido.
Las dinámicas familiares son fundamentales para el manejo de este tipo de negocios. La comunicación efectiva y la alineación de expectativas entre los miembros son esenciales para mantener la armonía y el compromiso con la organización. Las tensiones pueden afectar la productividad y la estabilidad emocional de una familia, sobre todo durante el proceso de sucesión. Es esencial promover la comunicación libre y establecer estrategias de resolución de conflictos para abordar estos problemas. En ese sentido, el establecimiento de roles claros y la alineación de expectativas dentro de la empresa impulsarán un mejor clima de trabajo.
Para mantener la competitividad a largo plazo, la segunda generación es esencial para la innovación empresarial y la adaptación a los cambios del mercado. La familiaridad, que se refiere al conjunto de características distintivas que surgen de la interacción familiar, puede ayudar a una organización a lidiar con nuevos retos y explorar nuevas oportunidades. La visión y la experiencia renovadas de la segunda generación permiten la incorporación de nuevas ideas y técnicas que impulsen la evolución de la empresa. Esta capacidad de adaptación es vital en un entorno en constante cambio.
En resumen, la segunda generación es crucial porque ayuda a la supervivencia de las empresas familiares. Además, este grupo puede innovar, gestionar las dinámicas comerciales y recibir la capacitación adecuada para liderar en un entorno cambiante. Una oportunidad para revitalizar una organización de este tipo al incorporar nuevas perspectivas y habilidades que garanticen su éxito a largo plazo es la transición generacional. Los negocios familiares deben invertir en una planificación de sucesión cuidadosa, la formación de sucesores y la gestión eficiente de las dinámicas familiares para garantizar una transición adecuada y sostenible.