Síndromes laborales: perfiles ejecutivos peligrosos
Por: Dr. Enrique Louffat. Profesor Principal de ESAN Graduate School of Business
Un síndrome laboral es un conjunto de síntomas físicos, mentales y emocionales que se manifiestan en el entorno de trabajo y afectan la salud y el bienestar de los empleados. Estos síndromes suelen ser consecuencia de diversas situaciones, como el estrés prolongado, condiciones laborales inadecuadas o una mala relación con compañeros y superiores.
Impactos de los trastornos laborales
- En el trabajador: Pueden presentarse agotamiento físico y mental, pérdida de motivación, depresión, falta de concentración, irritabilidad, aislamiento social, pensamientos suicidas, dolor crónico, discapacidad parcial, reducción de movilidad, baja autoestima, falta de energía, problemas de memoria y concentración, así como un mayor riesgo de desarrollar enfermedades.
- En la empresa: Entre otros efectos, pueden observarse una disminución de la productividad, aumento de errores, incremento de bajas laborales, un ambiente de trabajo negativo, reducción del rendimiento, mayores conflictos internos, aumento en el pago de indemnizaciones, pérdida de talento, demandas legales, así como un incremento en los accidentes laborales y enfermedades profesionales.
- En la sociedad: Entre otros impactos, pueden registrarse una mayor demanda de servicios de salud, dificultades para mantener la empleabilidad, aumento en las tasas de incapacidad, reducción de la calidad de vida, incremento de jubilaciones anticipadas, más conflictos legales, mayor desempleo y una disminución en la esperanza y calidad de vida de los trabajadores.
Tipos de trastornos laborales
Algunos de los más comunes son los siguientes:
1. Síndrome de Burnout: Trabajador extenuado
El término “burnout” fue utilizado por el psicoanalista Herbert Freudenberger en 1974. También denominado “síndrome del trabajador quemado”, se produce cuando un trabajador experimenta niveles elevados de estrés, lo que se manifiesta en tres síntomas principales:
- Agotamiento físico y/o mental constante: Produce un cansancio extremo que impide al trabajador desempeñar sus actividades cotidianas con normalidad.
- Despersonalización: Ocurre cuando el trabajador empieza a tener conflictos frecuentes con sus compañeros, mostrando una actitud de frialdad e indiferencia que lo lleva a aislarse de los demás.
- Baja realización personal: Se refleja en una disminución de la eficiencia del trabajador, lo que provoca un desempeño inferior a sus indicadores normales y afecta también el rendimiento del equipo.
2. Síndrome del trabajador burbuja: Trabajador que se aísla
El término “síndrome del niño burbuja” se popularizó a través del cine con la película El chico de la burbuja de plástico (1976), protagonizada por John Travolta y basada en la historia real de David Vetter, un niño con inmunodeficiencia combinada severa (SCID) que vivió durante doce años en una cámara aislada hasta su fallecimiento.
En el ámbito laboral, el síndrome del trabajador burbuja se manifiesta cuando un empleado realiza sus tareas de manera solitaria o con escasa interacción con sus compañeros. El término “burbuja” hace referencia a su desconexión del entorno laboral y, en muchos casos, a la dificultad para separar la vida profesional de la personal.
Algunos síntomas característicos de este síndrome incluyen timidez, complejo de inferioridad y egoísmo.
3. Síndrome del impostor. Trabajador que no se autovaloriza
El término “síndrome del impostor” fue acuñado en 1978 por Pauline Rose Clance y Suzanne Imes en su libro El fenómeno del impostor en mujeres de alto rendimiento: dinámica e intervención terapéutica.
Este síndrome se presenta cuando un trabajador, a pesar de obtener buenos resultados y demostrar un alto rendimiento, no atribuye sus logros a su propio mérito, competencias o cualidades, sino al azar o a factores externos. Es decir, no confía en sí mismo, se siente incapaz y teme ser descubierto como un “fraude”, lo que lo hace dudar de la estabilidad de su empleo.
Algunos síntomas característicos de este síndrome incluyen: autocrítica severa, miedo al fracaso, perfeccionismo y negación del éxito.
4. Síndrome De Boreut: Trabajador que se siente aburrido
También conocido como el síndrome del trabajador aburrido, se caracteriza por generar aburrimiento y desmotivación en el colaborador debido a la baja exigencia o falta de estímulo en el trabajo. Suele presentarse en empleos monótonos, repetitivos y con escasa innovación o autonomía, donde el trabajador no tiene oportunidades para proponer ideas o desarrollar su talento.
Este síndrome surge cuando la empresa no aprovecha el potencial del trabajador, quien, a pesar de poseer competencias superiores a las requeridas para su puesto, se siente subutilizado y desmotivado.
Algunos síntomas característicos incluyen: aburrimiento constante, falta de desafíos, sensación de inutilidad y desmotivación.
5. Síndrome de Munchäusen: Trabajador que provoca situaciones complejas para luego solucionarlas
El síndrome de Munchausen fue descrito por primera vez en 1951 por Richard Asher, quien tomó el nombre del barón de Munchausen, un personaje conocido por sus relatos exagerados y ficticios. En el ámbito clínico, este síndrome se caracteriza por la manipulación de síntomas o la provocación deliberada de enfermedades para recibir atención y reconocimiento.
En el entorno laboral, este síndrome ocurre cuando un trabajador crea conflictos, problemas o tensiones de manera intencionada, para luego solucionarlos y recibir reconocimiento por ello. De esta manera, busca ser visto como un “héroe” o “salvador” dentro de la empresa, elevando su reputación a costa de situaciones que él mismo ha orquestado con premeditación.
Algunos síntomas principales incluyen: exageración de problemas, manipulación y complejo de inferioridad.
6. Síndrome de Estocolmo laboral: Trabajador que se identifica con un jefe toxico
El término “Síndrome de Estocolmo” fue acuñado en 1973 por el psiquiatra sueco Nils Bejerot para describir la relación afectiva que puede surgir entre rehenes y sus secuestradores.
En el ámbito laboral, este síndrome se manifiesta cuando un trabajador desarrolla sentimientos positivos y de lealtad hacia un jefe tóxico o una organización que lo maltrata. A pesar del abuso y los comportamientos nocivos en su entorno de trabajo, el empleado se acostumbra a estas dinámicas perjudiciales y las justifica, generando una relación de empatía con su agresor. En este contexto, se podría aplicar la frase popular: “Más me pegas, más te quiero”.
Algunos síntomas característicos incluyen: dependencia emocional, justificación del abuso, lealtad extrema y baja autoestima.
7. Síndrome de Bergerac: Trabajador que tiene un perfil bajo y complejo de inferioridad
Este síndrome aplica trabajadores que tienen perfil bajo y desean pasar desapercibidos, inclusive su rendimiento puede ser muy bueno, pero prefiere que se les atribuya a otros, es decir cede sus ideas y méritos a otros, en lugar ser auto reconocido. Algunos síntomas podrían ser: baja autoestima, complejo de inferioridad, temor al fracaso.
8. Síndrome de Anat: Trabajador que se apropia de ideas y/o méritos de otros.
Fue propuesto en 2004 por Félix Socorro con la publicación de su libro intitulado: “El Síndrome de Anát: Ganar prestigio con ideas ajenas”. Este síndrome se pone de manifiesto cuando se producen, por parte de algunos trabajadores, plagios de ideas y documentos o formas de trabajo, es decir se auto presentan como autores o creadores atentando contra la ética y mostrando su falta de valores morales. Algunos síntomas que se pueden apreciar son: apropiación de ideas, beneficio personal, impacto negativo
9. Síndrome de Cronos: Jefes que impiden el desarrollo de carreras de los subordinados
Este síndrome toma como referencia el mito griego de Cronos, quien, temiendo ser destronado por sus hijos, los devoraba para evitar que lo superaran.
En el entorno laboral, el síndrome de Cronos ocurre cuando un jefe percibe a sus subordinados como amenazas potenciales, debido a que estos demuestran mayores competencias y mejores resultados. Para proteger su posición, comienza a sabotear su desarrollo profesional, impidiendo que destaquen, sean promovidos o reciban oportunidades de crecimiento.
Algunos síntomas característicos incluyen: egocentrismo, miedo a ser relegado, resistencia a delegar y falta de confianza en otros.
10. Síndrome de Ganimedes: Jefes que limitan el potencial de sus trabajadores
Este síndrome tiene su origen en la mitología griega, donde Ganimedes, un joven pastor, fue llevado al Olimpo por Zeus, quien le asignó una única función: servir copas de vino a los dioses.
En el entorno laboral, el síndrome de Ganimedes se manifiesta cuando un jefe explota el talento de un trabajador, pero de manera limitada, restringiéndolo a un área, especialidad o tarea específica dentro del proceso de negocio. Esto impide que el empleado desarrolle su potencial de manera integral y amplíe sus conocimientos en distintos aspectos de la empresa. Es como si, en lugar de comprender el funcionamiento de todo el cuerpo humano, solo se le permitiera enfocarse en uno de sus órganos.
Algunos síntomas observables incluyen: limitación laboral, monotonía y falta de desarrollo del potencial.
11. Síndrome de Hamlet: Trabajador que demorar en tomar decisiones rápidas y urgentes
Este síndrome hace referencia a la célebre obra Hamlet de William Shakespeare, en la que el protagonista se debate entre la duda y la inacción con su famosa frase: “Ser o no ser”.
En el entorno laboral, el síndrome de Hamlet se manifiesta en trabajadores que tienen serias dificultades para tomar decisiones rápidas, trascendentales y urgentes. Esta indecisión puede afectar el desarrollo de operaciones, procesos y proyectos dentro de una empresa, generando desconcierto, desmotivación e ineficiencias en los resultados organizacionales y en el equipo de trabajo.
Algunos síntomas característicos incluyen: procrastinación, reflexión excesiva y miedo a equivocarse.
12. Síndrome del código de Hammurabi: Trabajador burócrata
El Síndrome de Hammurabi tiene sus bases teóricas en la obra Escape al Infierno Administrativo del profesor Robert D. Gilbreath. Su nombre hace referencia al Código de Hammurabi, uno de los conjuntos de leyes más antiguos de la historia, creado por el rey de Babilonia Hammurabi, en el que se establecían normas, procedimientos y sanciones para regular la sociedad.
En el ámbito empresarial, este síndrome se manifiesta cuando existe un exceso de reglamentos y normas internas, generando burocratización en las relaciones y operaciones. Un entorno laboral altamente normativizado puede dificultar los trámites, ralentizar la toma de decisiones y afectar la eficiencia organizacional.
Además, algunos trabajadores pueden sobrerregular su propio desempeño, aplicándose penalidades innecesarias o imponiendo sanciones estrictas a quienes no cumplen con sus estándares.
Algunos síntomas característicos incluyen: perfil burócrata, mentalidad rígida o inflexible e impersonalización en el trato laboral.
13. Síndrome de Hubris: Trabajador que se siente un ser superior
El término Hubris proviene del griego “Hybris”, que significa desmesura, orgullo y arrogancia. Fue el médico y político David Owen quien, en 2008, publicó y adoptó el término en su obra El síndrome de Hybris.
En el entorno laboral, este síndrome se presenta en trabajadores que ocupan cargos de alto nivel y se caracterizan por una actitud arrogante y soberbia, menospreciando a sus compañeros o subordinados. Estos líderes actúan de manera autocrática, ignorando las opiniones de su equipo e incluso maltratándolos, lo que afecta negativamente las relaciones laborales debido a su falta de humildad.
Algunos síntomas característicos incluyen: delirio de grandeza, complejo de superioridad, excesiva autoconfianza y desinterés por las opiniones ajenas.
14. Síndrome de Napoleón: Jefe que disimula complejos personales, mostrando una personalidad con poder.
Este síndrome hace referencia a Napoleón Bonaparte y se asocia con el “complejo de Napoleón”, el cual describe a personas con inseguridades o complejos de inferioridad que intentan compensarlos a través de una actitud autoritaria y dominante.
En el ámbito laboral, se manifiesta en jefes o líderes que, para ocultar sus inseguridades personales, adoptan una personalidad imponente, generando respeto, temor o miedo en sus subordinados. Esta actitud no es necesariamente reflejo de su verdadera confianza, sino una estrategia para disimular sus carencias emocionales o psicológicas.
Algunos síntomas característicos incluyen: comportamiento dominante y autoritario, así como una fuerte ambición personal.
15. Síndrome de Solomón: Trabajador que actúa con excesiva humildad y modestia
Este síndrome toma su nombre del psicólogo Solomon Asch, quien, en la década de 1950, estudió cómo las personas tienden a alinearse con el grupo al que pertenecen, incluso evitando sobresalir para no generar envidia o rechazo.
En el entorno laboral, el síndrome de Solomon se manifiesta en trabajadores que, por exceso de humildad y modestia, evitan destacar o diferenciarse de sus compañeros. Por temor al rechazo social, prefieren adaptarse al comportamiento del grupo, renunciando a mostrar su verdadero potencial o a tomar iniciativas que los hagan sobresalir.
Algunos síntomas característicos incluyen: auto desvalorización, inseguridad, miedo a generar enemistades y actitud timorata.
16. Síndrome de Peter Pan: Trabajador conformista
Este término fue popularizado por el psicólogo Dan Kiley en su obra publicada en 1983. Su origen proviene del personaje ficticio Peter Pan, creado por J.M. Barrie, un niño que nunca crece y vive en el País de Nunca Jamás.
En el ámbito laboral, el síndrome de Peter Pan se presenta en trabajadores que no desean progresar ni desarrollarse profesionalmente. Se sienten cómodos en su zona de confort, evitan asumir riesgos o responsabilidades y temen el fracaso. Prefieren mantenerse en roles sin desafíos, sin buscar nuevas oportunidades o crecimiento dentro de la empresa.
Algunos síntomas visibles incluyen: vivir en un mundo de fantasía, comportamientos infantiles, dificultades para comprometerse y dependencia emocional y/o económica de otros.
17. Síndrome del tecnoestrés. Trabajador viciado en virtualidad
El término “tecnoestrés” fue introducido en 1984 por el psiquiatra estadounidense Craig Brod en su libro Technostress: The Human Cost of the Computer Revolution.
Este síndrome se manifiesta en trabajadores que hacen un uso excesivo e inadecuado de las tecnologías de la información y comunicación (TICs), sumergiéndose en un mundo virtual que puede convertirse en una adicción incontrolable (cyberslacking). Esto genera una dependencia que afecta tanto su rendimiento laboral como su vida personal.
Algunos síntomas fisiológicos que pueden presentarse incluyen: insomnio, dolor de cabeza, agotamiento, molestias cervicales, gastritis, aumento de la frecuencia cardíaca y presión arterial elevada.
Asimismo, se pueden observar síntomas sociales como: aislamiento y deterioro en las relaciones con colegas y compañeros de trabajo.
18. Efecto Dunning-Kruger. Trabajador incompetente que no se reconoce como tales
Los precursores en esta propuesta fueron David Dunning y Justin Kruger en 1999, de ahí la adopción de sus apellidos en la denominación. Se produce en trabajadores que no aceptan o sin incapaces de comprender su incompetencia. Asumen que tiene más nivel y capacidad del que ostentan, a pesar de su desempeño pobre, pero ellos piensan que son muy buenos. Algunos síntomas son: sobrestimación de sus competencias, no reconoce errores propios, buscar ser reconocidos por otros.
19. Síndrome de la argolla: Trabajador que tiene favoritismos.
Se manifiesta cuando un trabajador tiene una preferencia desmedida por sus amigos, allegados o conocidos que se manifiesta en otorgarles beneficios materiales o emocionales sin necesariamente merecerlos. El mismo comportamiento no se produce con aquellos que compañeros que no forman parte de su entorno. Podria aplicarse la frase muy conocida “para mis amigos todo, para el resto la ley”. Síntomas que podrían observarse: Demostración de poder, inequidad laboral.
20. Síndrome del adulador: El trabajador servil
Es aquel trabajador que tiene complejo de inferioridad, que permanentemente demuestra niveles de incompetencias, no demostrando eficiencia en sus labores y resultados, por lo cual actúa como un personaje servil que alaba permanentemente y por cualquier motivo a sus compañeros, especialmente a sus superiores jerárquicos para congraciarse y obtener su protección. Algunos síntomas que pueden observarse son: inseguridad, exceso de verborrea, servilismo.
21. Síndrome del principio de Peter: Todo trabajador asciende hasta llegar a su nivel de incompetencia.
La denominación se le atribuye a Laurcen Pater (1969) quien propuso una teoría sobre la jerarquía organizacional indicando que todo trabajador asciende hasta llegar a un nivel limite, siendo que ya no puede seguir desarrollando su carrera pues no cuenta con las competencias requeridas en dicho nivel superior. Algunos síntomas para tener en cuenta: frustración, impotencia, desmotivación.
22. Síndrome de la ley de Parkinson: Trabajador que consume todo el tiempo asignado para realizar su trabajo.
Cyril Northcote Parkinson en un artículo satírico publicado en 1955, señalo que “el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para su realización”. En otras palabras, si a un trabajador le das mas tiempo para concluir su trabajo, se tomará todo dicho tiempo para realizarlo, del mismo si le das poco tiempo, lo hará en ese tiempo menor. Algunos síntomas que se pueden apreciar son: procrastinación, incompetencia, improductividad.
23. Síndrome del principio maquiavélico: El jefe amante del poder, “el fin justifica los medios”
Este síndrome toma como referencia la obra “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo, donde se plantea que los líderes obtienen y mantienen el poder mediante estrategias poco ortodoxas o moralmente cuestionables.
En el ámbito laboral, este síndrome se manifiesta en jefes que priorizan los resultados por encima de la ética, utilizando medios como la manipulación, el engaño, la presión o la extorsión para lograr sus objetivos. Su liderazgo se basa en el control absoluto, sin importar las consecuencias que sus acciones puedan generar en su equipo.
Algunos síntomas característicos incluyen: ambición desmedida, imposición de ideas y una mentalidad de “todo vale” para alcanzar el éxito.