Industria 5.0: el desafío de los nuevos profesionales
Por Leandro Mariátegui, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Tecnológica del Perú
La Industria 5.0 es la siguiente fase de la evolución industrial, que se basa en los cimientos de la Industria 4.0 o también conocida como la cuarta revolución industrial. Esta comenzó a finales del siglo XX y se caracteriza por la integración de tecnologías digitales, como la automatización, el Internet de las Cosas (IoT), la Inteligencia Artificial (IA) y la robótica, en los procesos de producción.
El enfoque principal de la Industria 4.0 es la eficiencia, la productividad y la optimización de los procesos industriales, mientras que la 5.0 es un concepto más reciente que se centra en la colaboración entre humanos y máquinas inteligentes para crear un entorno de trabajo más sostenible, personalizado y pensado en el ser humano. Se centra también en la creatividad, la innovación y el bienestar de los colaboradores, buscando equilibrar la eficiencia tecnológica con las necesidades y valores humanos. Sus aspectos clave incluyen:
- Colaboración entre humanos y máquinas: creación de entornos de trabajo en los que las nuevas tecnologías contribuyen a aumentar la productividad. Hay una mejora de habilidades y de la seguridad.
- Personalización y adaptación: producción en masa de productos a medida.
- Sostenibilidad y respeto por el medio ambiente: reducción de residuos, consumo de energía y emisiones.
- Flexibilidad y adaptabilidad: respuesta rápida a las cambiantes demandas del mercado.
- Digitalización y toma de decisiones basada en datos: análisis avanzados y conocimientos basados en IA.
- Resiliencia y ciberseguridad: protección contra interrupciones y amenazas.
- Biotecnología y nuevos materiales: exploración de materiales innovadores y soluciones de base biológica.
En resumen, la Industria 5.0 tiene como objetivo crear un equilibrio más armonioso entre la tecnología, los seres humanos y el medio ambiente, impulsando la innovación, el crecimiento y el bienestar social.
Ante esta evolución, los nuevos profesionales enfrentan varios desafíos, algunos de los cuales son:
- Aprendizaje continuo: Se requiere una actualización constante de habilidades y conocimientos.
- Adaptabilidad: La capacidad de adaptarse a nuevos entornos, herramientas y procesos.
- Pensamiento crítico y creatividad: La resolución de problemas complejos y la innovación son fundamentales.
- Colaboración humano-máquina: Aprender a trabajar junto a la inteligencia artificial y la automatización.
- Gestión de datos: Entender y analizar grandes cantidades de datos para tomar decisiones informadas.
- Sostenibilidad: Incorporar prácticas y valores sostenibles en el trabajo.
- Comunicación efectiva: Trabajar en entornos multidisciplinarios y multiculturales requiere habilidades de comunicación avanzadas.
- Ética y responsabilidad: Navegar los desafíos éticos relacionados con la tecnología y la automatización.
- Flexibilidad y resiliencia: Adaptarse a cambios rápidos y superar obstáculos.
En conclusión, no solo el manejo de las herramientas tecnológicas es suficiente, también el desarrollo de habilidades blandas como la comunicación, empatía, liderazgo y trabajo en equipo son esenciales para lograr el cambio a esta nueva etapa de desarrollo industrial.
Para superar estos desafíos, los nuevos profesionales deben estar dispuestos a aprender, adaptarse y crecer en un entorno de trabajo en constante evolución. Es por ello que en las universidades debemos enfocarnos en brindar una formación integral, reforzando no solo las competencias sino también los valores, buscando una industria sostenible y competitiva a nivel mundial.