La Ruta de la Empleabilidad
Jonathan Golergant, Rector de la UTP
En el entorno actual, la universidad además de desarrollar competencias disciplinares y forjar buenos ciudadanos debe proporcionar a sus estudiantes y egresados las herramientas para integrarse rápida y exitosamente al mercado laboral. Por ello, es importante que las universidades diseñen una ruta clara que conecte la formación académica con las oportunidades laborales en cada etapa de la formación universitaria.
Para iniciar la ruta de la empleabilidad se requiere flexibilidad en los horarios. La universidad debe organizarse para que sus estudiantes puedan estudiar y trabajar. Al facilitar esta combinación, las instituciones educativas no solo los ayudan a ser autosuficientes, sino que también les enseñan a gestionar su tiempo de manera efectiva, y a desarrollar su responsabilidad. La flexibilidad de horarios hace posible que la universidad pueda ofrecer oportunidades de “primer empleo” a sus estudiantes. Las alianzas con empresas y la creación de programas específicos que conecten a los alumnos y alumnas con el mercado laboral desde los primeros ciclos, son esenciales para que puedan aplicar lo aprendido en un contexto real. Este enfoque práctico no solo mejora sus competencias, sino que también aumenta su confianza y su red de contactos profesionales, dándoles una ventaja competitiva al momento de buscar prácticas pre profesionales o empleo al egresar.
La ruta de la empleabilidad se ve reforzada por una malla curricular alineada con las necesidades del mercado laboral. En lugar de ofrecer programas estáticos, las universidades deben estar en constante actualización para incluir las competencias más demandadas por las empresas. Esto incluye, desde ciclos iniciales, cursos transversales de comunicación efectiva e inglés, que son competencias altamente valoradas por los empleadores.
Cuando los estudiantes van avanzando en su carrera, otra pieza clave en esta ruta son los programas de talento. A través de ellos, la universidad puede identificar a los estudiantes con mayor potencial y ofrecerles oportunidades especiales, como participar en hackathones para resolver problemas relevantes de su entorno, colaborar en proyectos en alianzas con empresas líderes, facilitar el intercambio de ciclos académicos en el extranjero, o tener como mentores a destacados ejecutivos. Estas experiencias permiten que los estudiantes más talentosos puedan desarrollar todo su potencial para luego destacar en sus centros de trabajo y acelerar su empleabilidad futura.
Para todos los estudiantes, en los ciclos finales de la formación, es importante incluir cursos específicos para mejorar su empleabilidad. Por ejemplo, la UTP ofrece el curso transversal “Formación para la Empleabilidad”, diseñado para todas las carreras y pensado en dar a los alumnos y alumnas herramientas útiles para ingresar al mercado laboral y desarrollar sus carreras profesionales. Durante este curso, los estudiantes aprenden a crear un CV sólido, se preparan para entrevistas de trabajo y participan en dinámicas que replican los procesos de selección de muchas empresas. Además, desarrollan estrategias para crecer profesionalmente una vez que están contratados. Un aspecto clave de este curso es que todos los participantes crean y optimizan su perfil en LinkedIn, vinculándolo a la UTP, lo que facilita que la universidad pueda hacer luego un adecuado seguimiento de sus egresados.
La ruta de la empleabilidad continúa con apoyo y seguimiento para aquellos estudiantes que están a punto de egresar. Estas iniciativas ofrecen un acompañamiento personalizado a los estudiantes de últimos ciclos que asegure que cuenten con las herramientas necesarias para enfrentarse a los procesos de selección con éxito. Este tipo de preparación intensiva es crucial para aumentar las tasas de empleabilidad entre los egresados.
Finalmente, la ruta de la empleabilidad no termina al finalizar la carrera. Un programa de asesoría para egresados, que los apoye durante los primeros seis meses después de la graduación, puede ser determinante en su transición al mundo laboral. Este acompañamiento ayuda a los recién graduados a superar los desafíos iniciales y a establecerse con firmeza en sus nuevos roles.
Para evaluar el éxito de estas iniciativas, es importante realizar mediciones de empleabilidad que permitan identificar la tasa de inserción laboral y la remuneración a los seis meses y a los dos años de egreso. Estos indicadores proporcionan a la universidad una idea clara del éxito de sus programas y le permiten ajustar la ruta a las necesidades cambiantes del mercado laboral.
Con una ruta de empleabilidad bien diseñada, desde los primeros ciclos hasta el acompañamiento postgraduación, las universidades deben ser puentes efectivos que vinculen la formación integral con la satisfacción y el crecimiento laboral de sus egresados. Así, la universidad hace posible que cada uno de sus estudiantes transforme su vida para siempre.