Cómo salimos de esta?
El Perú está entrampado. A algunas personas, capaces de abstraerse de la situación, podrán mirar esto de una manera más profunda. Los cínicos lo verán como una oportunidad. El resto, entre los que me incluyo, intentarán no respirar y contenerse, incluso no consumir prensa. No obstante, al final cuesta no involucrarse cuando se tienen emociones terrenales. Así vienen la ira, la impotencia, la apatía, las ganas de romperlo todo.
Pese a ello, seguimos insistiendo en la adoración a la normita legal, pensando que un suplemento de El Peruano nos devolverá el rumbo -ya perdido- del desarrollo. La bicameralidad que es una buena cosa, pese a ello no hará -per se- que la política peruana sea más correcta de manera automática. Apuesto doble contra sencillo que dentro de unos años estaremos rajando de nuestra cámara reflexiva.
¿Cómo salimos de esta? Guardo silencio cuando me hacen la pregunta. Acaso deslizo un suspiro inesperado con resignación. Antes intentaba chamullar una respuesta. Ahora reconozco mi limitación y respondo: “no sé”.
Dudo que haya una salida material. Alguna ley de estas mágicas, alguna persona que cambie esta situación por sí sola (contrariamente a algunos “súper héroes” autodenominados). No hay una salida que podamos tocar y que se produzca en un plano estrictamente terrenal. Con esto no quiero decir, aunque quizá ya estemos cerca, que solo nos salvará Dios.
Para la rabia de algunos que quieren concreto (cemento). A esos que piden ardorosamente “hechos y no palabras” les digo que la salida es, irremediablemente, intangible. Tiene que ver con conceptos que no vemos, pero que necesitamos a gritos: confianza, respeto, responsabilidad, etcétera.
Estos intangibles no se generan con una “campañita”. Tampoco mediante una norma legal (por favor, ni se atrevan). Se implementan en la realidad -precisamente- mediante la acción u omisión. Sí, mediante los hechos. Sin embargo, antes de la conducta debe preexistir el pensamiento, la consciencia e incluso la emoción. Al final, la conducta, que es la resultante coherente. O sea, si piensas en lo correcto -todos lo sabemos en el fondo- y actúas en consecuencia, ni siquiera es necesario que alguien te vigile.
¿No le satisface mi propuesta de salida? Entonces busque una “concreta”, que ninguna de esas será posible si es que no tiene respaldo en un intangible como los antes nombrados. De nada servirá la Cámara de Senadores si seguimos eligiendo políticos con “anticuchos” y/o conflictos de interés. Sí, precisamente esos políticos que forman parte de una argolla (cualquiera que sea, porque hay varias) y que actúan -en una buena parte- conforme a intereses subalternos.
Así que dejemos de engañarnos y de jugar a los estrategas con “saliditas” cortoplacistas, funcionales y epidérmicas. El Perú no puede estar “reseteándose” cada dos años y “que se vayan todos”. Sí, esta vez #quesevayantodos y que vengan otros -o vuelvan los mismos- actuando diferente.
Lima, 08 de junio de 2022
Eduardo Herrera Velarde