Hablemos de los swaps
Qué pasaría si para contestar qué son los swaps, lo envío a revisar la definición que se puede encontrar en cualquier libro de texto: “Un contrato swap es un acuerdo entre dos partes, comúnmente, la empresa y un banco o entre bancos, para la realización de un intercambio de flujos de efectivo en períodos de tiempo especificados en el contrato y bajo condiciones que afectan ciertas características de dichos flujos de caja”.
¿Le queda más claro el asunto? Si no ha sido así, entonces lea lo que a continuación le presento.
Parafraseando un conocido aforismo, siempre he dicho que un ejemplo
vale más que mil definiciones, así que partiré con uno: Imagine usted
que una empresa ha cerrado un programa de exportación con un cliente
japonés. Esta operación involucra tres embarques parciales por
US$50,000 cada 90 días. Obviamente, esta compañía está expuesta al
riesgo cambiario, es decir, el riesgo que el tipo de cambio varíe.
Obviamente, si el sol se devalúa le convendrá; pero si el sol se
revalúa, entonces se perjudicará. Un aparte, estamos acostumbrados a
relacionar riesgo con la posibilidad que pase algo malo; pero no
debemos perder de vista que también el riesgo se presenta cuando ocurre
algo mejor a lo que esperábamos. Como el gerente financiero conoce de
forwards se acerca a su banco y pide cerrar tres contratos forwards (el
primero a 90 días, el segundo a 180 días y así sucesivamente) con lo
que cada contrato cubrirá el riesgo cambiario de cada embarque. Sin
embargo, el banco le recomienda que tome un contrato swap.
En este caso, el banco tiene razón; y preste atención, pues aquí está
la clave: un contrato swap es un conjunto de forwards. Por lo que, la
empresa de nuestro ejemplo, para cubrirse del riesgo cambiario podría
elegir entre cerrar tres contratos forward, renovando los faltantes al
vencimiento del más cercano en el tiempo o realizar una operación swap
por el mismo período.
Y si un contrato swap es un conjunto de forwards, entonces el cálculo
del tipo de cambio en un swap es similar al que se realiza en un
forward (si no se acuerda revise el post anterior). Un segundo aparte,
si bien en las últimas entregas de este blog hemos estado hablando de
estos productos como diseñados para cubrir el riesgo cambiario, en
realidad su utilización abarca también la cobertura de tasas de interés
o precios de commodities.
Ahora sí, con lo que le he explicado traduzcamos la definición que le
presenté al inicio de este post: Un contrato swap es un acuerdo entre
una empresa y un banco(s), para la realización de una compra o venta
periódica de dólares a futuro a un tipo de cambio por período pactado
al inicio de la operación, implicando que las partes intercambien
flujos de caja, uno nominado en moneda extranjera (la empresa del
ejemplo) por otro expresado en moneda local (el banco del ejemplo).
Quedó más claro, ¿no?
Un último apunte, la utilización de los swaps se hace necesaria sólo en
el caso haya certeza razonable de aquellos flujo comprometidos a
intercambiar.