Un indicador adicional: el período de recupero de la inversión
Toca desarrollar un indicador que si bien no es de rentabilidad, es decir, no mide la creación de valor de un proyecto, sí es utilizado como elemento auxiliar en la toma de decisiones al momento de evaluar proyectos de inversión. Estamos hablando del Período de Recupero de Inversión (PRI), también conocido en inglés como Payback.
Debe quedar claro que, al no ser el PRI un indicador de rentabilidad,
debe ser usado conjuntamente, con alguno de los indicadores de
rentabilidad que estamos acostumbrados a emplear (VPN ó TIR). La lógica
que sigue su uso es simple, se escoge el proyecto que recupera la
inversión de la manera más rápida posible. Es importante, entonces,
conocer en qué circunstancias se usa el PRI, y la respuesta es que su
empleo se justifica cuando el inversor está direccionando sus recursos a
proyectos que se desarrollarán en sectores o países de alto riesgo. En
este contexto, riesgo, es la probabilidad que ocurra un cambio brusco en
el marco regulatorio, o estallen conflictos internos (un golpe de
estado o guerra civil) o externos.
Así por ejemplo, si estamos evaluando la posibilidad de entrar a
invertir en un país altamente inestable (el Perú de hace 25 años, sería
un buen ejemplo de este tipo de estados) y tenemos en cartera digamos 5
proyectos, primero debemos tener claro qué proyectos nos agregan valor.
Vamos a suponer que de esos 5 sólo 3 son rentables. ¿Debemos invertir en
los 3?; pues, en un escenario en el que no hubiese racionamiento de
capital ni riesgo sectorial o de país, sí, sin duda alguna.
Lamentablemente, existe el riesgo país por lo que, además de
cerciorarnos que él o los proyectos sean rentables, debemos incluir en
nuestro análisis la probabilidad que se produzca un cambio brusco en el
marco legal o en la gobernabilidad del país destino. Para hacer
precisamente esto, es que se emplea el PRI y, de los 3 proyectos
rentables, elegiremos el que nos paga la inversión en el plazo más corto
o cumple la valla que nos hemos impuesto (por ejemplo, sólo aprobar
proyectos que recuperen la inversión en “X” años).
El PRI es fácil de entender y, también, muy simple de llevar a la
práctica. Aquí hago un aparte, en teoría existen dos tipos de PRI, el
que no toma en cuenta el valor del dinero en el tiempo y el que sí lo
hace. Evidentemente, sólo nos interesa aquel PRI que toma en cuenta el
hecho que “un sol hoy vale más que un sol mañana”.
Vamos a desarrollar un pequeño caso para ilustrar la utilización del
PRI. Como somos muy respetuosos de los derechos de autor, mencionaremos
que está inspirado en un caso del libro Principios de Finanzas
Corporativas de Brealey, Myers y Allen.
Un fabricante de ollas produce 200.000 unidades al año actualmente.
Compra tapas a un proveedor externo al precio de US$2.00 la tapa. El
gerente de la planta, cree que sería más barato hacer las tapas que
comprarlas. El costo directo de producción se estima en, únicamente,
US$1.50 la tapa. La maquinaria necesaria costaría $150,000. Esta
inversión podría depreciarse totalmente, utilizando un sistema de
depreciación lineal a siete años; pero se seguiría utilizando durante
los tres años restantes. El gerente de la planta, estima que la
operación requeriría capital de trabajo neto de $30,000. Si la empresa
paga impuestos a una tasa del 30% , el costo de oportunidad del capital
es del 15% y tiene como política aceptar proyectos que recuperen la
inversión en 4 años ¿Apoyaría usted la propuesta de ese gerente?
La evaluación del proyecto se detalla en el cuadro adjunto:
El proyecto es rentable. Sin embargo, debemos agregar a nuestro
análisis, la respuesta a la pregunta en cuántos años el proyecto
recupera la inversión. No olvidemos que la empresa tiene como política
que sus proyectos tengan un PRI de 4 años.
Para obtener la respuesta, vamos a dividir el proceso de análisis en cuatro pasos:
Paso 1: Actualizar el FCL. El cuadro siguiente presenta el resultado respectivo:
Así por ejemplo $100 000 recibidos en el año 10, equivalen a $24 718.47 del año 0. La operación matemática es la siguiente:
La tasa de actualización es el COK del proyecto.
Paso 2: Establecer el cuadro siguiente:
Paso 3: Efectuar el análisis siguiente para el año 1: Al final del año 0
falta recuperar $180 000 (es decir, la inversión total); en el año 1,
el proyecto entrega efectivo por un valor actual de $66 459.63; por lo
que, al final de ese año, queda por recuperar $113,540.37 ó $180 000 –
66 459.63.
Siguiendo con la lógica desarrollada en el párrafo anterior, para el año 2 la tabla debe mostrar las cifras siguientes:
Esto indica que, de los $113 540.37 que faltan recuperar de la inversión
a finales del año 1, se ha recuperado $57 790.98, que es la caja que a
valores del año 0 entrega el proyecto en el año 2; por lo que terminando
ese año, sólo faltarían recuperar $55 749.39 o $113 540.37 – $57
790.98.
El análisis completo se detalla a continuación:
Paso 4: Tomar la decisión. Observe que en el año 4 la inversión por recuperar, se hace positiva:
Esto implica que, en algún momento de ese año, el proyecto recuperó la
inversión total; por lo que, convencionalmente, se asume que el PRI del
proyecto es 4 años. Esto calza con la política de la empresa, motivo por
el cual, se debería aceptar ejecutar la inversión.
Nada difícil de entender, ¿no?
Sé que les prometí desarrollar un caso integrador; pero, y con las
disculpas del caso, preferí tomar esta entrega y la próxima para
terminar todos los tópicos técnicos que se utilizan en la evaluación de
un proyecto. Así entonces, en la entrega siguiente explicaré el Indice
Beneficio/Costo.
AVISO PARROQUIAL: Mi cuenta en twitter es @finance_rules, espero me
puedan seguir, pues posteo noticias de interés y consejos financieros.