Planeación Financiera: El flujo de tesorería
El Flujo de Tesorería (FT), también conocido como el presupuesto de efectivo, es uno de los principales instrumentos de la planificación financiera de corto plazo, ya que permite saber a la empresa, cuándo a lo largo del período de planeación, se contará con excedentes, o se enfrentará una escasez de efectivo. De esta manera, la gerencia podrá empezar con tiempo, la búsqueda de financiamiento de corto plazo, en caso se prevea un déficit o, en caso haya un excedente, planear en qué invertirlo.
Es pertinente, recordar que el FT es diferente del flujo de caja que empleamos cuando evaluamos proyectos. El primero, sirve para saber el momento y la cantidad de efectivo que se requerirá en el corto plazo, en tanto que, en un proyecto, lo que buscamos conocer con el flujo de caja es cuanto efectivo pueden llevarse los accionistas sin afectar la marcha de este.
El horizonte temporal del FT, por lo tanto, es un año y la periodicidad (mensual, bimestral, trimestral, etc.), depende del comportamiento del flujo de efectivo de la firma. Como decían las abuelas, a ojo de buen cubero, a menor estabilidad de los flujos de efectivo, menor intervalo. Es decir, si su empresa tiene flujos estacionales o no estables, entonces, la periodicidad del FT, debe ser mensual.
Hay un sin número de maneras de presentar el FT y, aunque pueden diferir en detalle, la estructura es la misma. A continuación le presento el formato más común:
El presupuesto de ventas es el principal insumo para preparar el FT y se arma, tomando en cuenta, el entorno en el que se desarrolla la empresa y, también, las estimaciones que el área comercial realiza. Por ejemplo, si se estima un crecimiento del PBI y un aumento en los ingresos de las familias y su empresa vende electrodomésticos, entonces, es fácil pronosticar que habrá un aumento en las ventas de sus productos. Esto, tiene que ser complementado con el análisis más fino que el área comercial debe efectuar, tomando en cuenta sus canales de distribución y clientes.
Una vez realizado el presupuesto de ventas, tienen que estimarse los ingresos en efectivo (A), para lo cual, necesitaremos conocer la política de ventas, es decir, el porcentaje de las ventas al contado y crédito, conjuntamente con los plazos (a 30, 60, 90 días, etc.). También, hay que considerar “Otros ingresos” (2), que son aquellos que no corresponden a la operación del negocio. Típicamente, a esta categoría, pertenecen los ingresos en efectivo, producto del cobro de intereses en las ventas al crédito o provenientes de las inversiones de corto plazo, efectuadas con el excedente de efectivo; pero, también, se pueden originar por la venta de activos fijos que la firma decida hacer, por ejemplo, vender un vehículo que ha sido reemplazado por uno nuevo.
El siguiente paso es proyectar los egresos en efectivo (B). El pago a proveedores, los alquileres, los sueldos y salarios y el pago de impuestos corresponden a los egresos operativos de la empresa (3), la cancelación de deudas (principal e intereses) se clasifican como egresos financieros (4) y, por último, la compra de activos fijos y la inversión en capital de trabajo forman parte de los gastos de inversión (5).
La diferencia entre los ingresos y egresos en efectivo proyectados, constituye el saldo de caja del período (C). A este resultado, hay que sumarle el saldo acumulado de periodos anteriores (D) y el resultado nos dará el saldo de caja acumulado del mes (E) y si restamos la caja mínima que la empresa necesita para operar sin problemas de liquidez (F) obtenemos el financiamiento total requerido en caso sea negativo, o el saldo de efectivo excedente si es positivo.
Una vez realizada la proyección, el paso siguiente es evaluar el FT. En la próxima entrega resolveremos un caso y analizaremos los resultados.
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