Nivel de deuda óptimo: Modelos financieros (Parte 3)
En la entrega anterior desarrollamos, en amplitud, la Teoría del Orden Jerárquico (TOJ). En resumen, lo que propugna esta teoría es: uno. Utilice primero financiamiento interno y dos. Posteriormente, emita deuda y, empiece siempre, por los títulos más seguros.
En lo que sigue, analizaremos las implicancias que trae consigo la aplicación de esta teoría:
Implicancia 1: Las empresas no establecen metas de apalancamiento y trabajan su estructura de capital, en base a su cartera de proyectos rentables.
El financiamiento de proyectos rentables, trae como resultado, un mayor valor de las acciones de la firma (¿por qué?, en simple, porque generan valor) y, si estos se fondean con financiamiento interno, el aumento del monto del equity, hará que el peso de la deuda disminuya (y, por tanto, el apalancamiento contable, decrece también) Agotada esa fuente de financiamiento y, ante la existencia de más proyectos rentables, la firma, predice la TOJ, emitirá deuda hasta un nivel que, agotada la capacidad de endeudamiento, deba vender acciones para poder financiarlos. Es claro, entonces, que bajo esta teoría, más que fijando una meta de apalancamiento, la firma trabajará su estructura de capital, en base al financiamiento de proyectos que generen valor.
Implicancia 2: Las empresas que generan valor emiten menos deudas.
Empresas valiosas generan utilidad y efectivo, por consiguiente, una significativa proporción de sus proyectos, serán financiados con recursos internos y, en menor medida, con la emisión de deudas.
Implicancia 3: Las empresas prefieren contar con un colchón de efectivo.
Para entender esta implicancia, hay que tener en cuenta, que la TOJ se sustenta en la asimetría de información. Dicha situación impacta, desfavorablemente, en el valor de la empresa, sea que emita acciones o títulos de deuda. La desconfianza que sienten los inversionistas ante cualquier modalidad de financiamiento que escoja la firma, hace que acciones y deuda pierdan valor al momento del anuncio de la emisión. Un inversionista desconfiado, siempre pensará que la firma emitirá sólo cuando los títulos estén sobrevaluados. Consecuencia de lo anterior, es que empresas con necesidad de financiar proyectos rentables, preferirán fondearlos con recursos internos, antes que arriesgar una pérdida de valor comercial, fruto del comportamiento de inversionistas escépticos y, en consecuencia, acumulan efectivo en el tiempo para no tener que recurrir al mercado financiero. Sin embargo, dicha acumulación tiene límite, caso contrario, el exceso de efectivo, puede tentar a los directivos de la empresa a invertir en proyectos que disminuyan el valor de la firma.
Por último, observe que las implicancias señaladas líneas arribas colisionan, directamente, con lo que propugna el Modelo del Intercambio Estático (MIE), si quiere recordarlo a detalle, le pido que revise la entrega del 31.05.2016. El MIE presume que la decisión sobre la estructura de capital, parte de sopesar los beneficios marginales y costos marginales de tomar deuda. El monto máximo a endeudarse, se obtiene cuando ambos se igualan. Lo anterior, presupone que los directivos tienen ya previsto el nivel de apalancamiento futuro al que llegará la firma. Por otro lado, la decisión de endeudarse no parte de la abundancia (o escasez) de fuentes internas sino más bien en la igualación del beneficio y costo marginal de tomar deuda.
En la próxima entrega, haré un resumen de las teorías revisadas y concluiré con algunos puntos que son importantes a tomar en cuenta, si deseamos establecer la estructura de capital de una empresa.
Aviso parroquial: Full disclosure: esta entrega y las que escribiré sobre las implicancias de la deuda en una firma, están basadas en el libro Finanzas Corporativas de S. Ross. A mi juicio, uno de los mejores libros sobre finanzas.
Otrosí digo, a partir del próximo mes, estará a la venta mi libro “Apuntes de Finanzas Operativas” en LIBUN y la cadena de librerías SBS.
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