Consejos prácticos para mejorar tu Imagen Personal – (Parte 3)
Hace algunas semanas estuvimos analizando el documento elaborado por Myriam Rius sobre cómo mejorar nuestra Imagen Personal. Previamente hemos analizado los capítulos referidos a la “Presencia Profesional y Aspecto Físico” y “Mensajes: Las Palabras que utilizas“.
En esta oportunidad vamos a comentaremos sobre las “Reglas de Oro del Éxito Social“, que no son otras que esos pequeños grandes detalles que marcan la diferencia en nuestra interacción diaria con los demás. Muchas de estas reglas, son bastente obvias, pero muchas veces solemos pasarlas por alto y no les damos mucha importancia, así que aprovechemos para revisarlas y deternos a pensar un poco más en el impacto que éstas causan en los demás:
1. Sonríe.
Te sorprenderá lo mucho que se consigue y la actitud tan positiva que se genera, simplemente, por dedicar una sonrisa a tu interlocutor.
Durante mucho tiempo no fui conciente de esto. De hecho, gran parte de mi vida profesional siempre fui muy seria y sin una sonrisa acompañándome. Recién hace algunos años entendí su importancia y las puertas que te puede abrir esta simple acción y la diferencia que causas en los demás. Trata de acordarte de algo gracioso, aún en momentos de tensión o de problemas. Los demás no saben por lo que puedes estar pasando, pero tu podrás hacer una gran diferencia, y una sonrisa siempre trae como consecuencia otra sonrisa.
2. Sé puntual.
Llegar tarde es una falta de respeto para con la persona que te espera, es presuponer que su tiempo es menos importante que el tuyo.
Si bien este es un cualidad que se aprende en casa; también es cierto, que puedes aprender a crear el hábito. Hasta el día de hoy me cuesta comprender que alguien llegue tarde a una cita, así sean cinco minutos. Sin embargo, te recomiendo que si ya sabes que vas retrasado, llama y avisa, es una consideración que será apreciada por los demás. Ya no hay excusas para no hacerlo.
3. Cumple tus promesas y tus compromisos.
Y si no vas a cumplirlos, no los hagas. Tal vez tu no recuerdes lo que prometiste, pero las personas a quienes lo hiciste, si. Ten presente que no cumplir tus promesas, merma de forma irreparable tu credibilidad.
A veces ofrecemos muchas cosas, por voluntad, por que realmente tenemos la buena intención y no nos damos cuenta que estamos asumiendo más de lo que realmente podemos. Es bueno ser realistas de nuestras limitaciones de tiempo, capacidad y recursos. Te sugiero que lleves anotado en tu agenda aquellos temas a los que te comprometes y te pongas una fecha límite y si no puedes cumplir, mejor decirlo anticipadamente.
4. Cuida tus gestos:
Además de sonreír, hay que procurar no tensar los rasgos de la cara (los labios tensos, los dientes apretados y la mandíbula rígida producen rechazo). En general hay que procurar mantener posturas corporales abiertas (mostrar las palmas de las manos, avanzar el pecho…) en lugar de cerradas (brazos o piernas cruzadas, mirada al suelo o al infinito…). Esto es la comunicación no verbal, algo que es muy difícil controlar, pero cuya interpretación por parte de tu interlocutor es automática. Es recomendable mirar a los ojos de la persona con la que se habla, porque transmite credibilidad.
La comunicación corporal, no verbal, es todo un tema que vale la pena desarrollar en todo un capítulo por separado. Mientras, les dejo un post que hicimos hace algún tiempo al respecto –> http://bit.ly/1k48QXf
5. Deja hablar y escucha con atención:
Tratando de entender cómo se siente y de qué manera puedes ayudar a tu interlocutor. Dice Marie Louise Pierson, autora de La Imagen Personal, que “Ser escuchado es existir. Escuchar es seducir”. No hay nada más aburrido y que produzca más rechazo que una persona que no deja hablar a los demás, y cuándo éstos finalmente pueden hacerlo, no les escucha o muestra gestos de aburrimiento o desinterés. Evita este comportamiento.
No es fácil darse cuenta que caemos en esto, hasta que nos encontramos con una persona que lo comete de manera exagerada y así evaluamos cómo nosotros en algunas oportunidades (unos más que otros) alguna vez hemos caido en el error de no dejar hablar a nuestro interlocutor o lo interrumpimos constantemente . Hace algunos años tuve un jefe que tenía una frase que repetía constantemente “déjame terminar”. Al principio me parecía muy fastidiosa, hasta que entendí que lo único qué el necesitaba era ser escuchado, terminar de exponer sus ideas por completo, antes de que yo comenzara a hablarle o responderle.
6. No des consejos (si no te los piden),
Ni digas a nadie lo que tiene que hacer. Eso coloca a la otra persona en una situación de inferioridad que puede resultarle muy desagradable.
Mas claro que el agua. Repítelo, no des consejos cuando no te los piden!
7. Sé auténtico:
Muéstrate como eres. Recuerda que la no coherencia entre lo que dices, cómo lo dices y tus gestos (tu comunicación no verbal), es causa suficiente para generar desconfianza.
Suena sencillo, pero no lo es. Tu comunicación en todo sentido debe ser coherente, sino será como un castillo de arena. No trates de ser quien no eres, ni de fingir una pose, tarde o temprano tu verdadero yo se dejará ver.
8. Brinda siempre un trato amable y cortés.
Cuida los detalles en tu trato con los demás. Saluda al llegar a los sitios y despídete cuando te vayas. Utiliza las palabras “gracias” y “por favor”…
Esto si es tan sencillo y sin embargo nos cuesta tanto. No nos damos cuenta del impacto tan positivo que tienen en los demás estas simples palabras y a veces nos resistimos a decirlas. Son gratis! Recuérdalo!
9. Muestra tolerancia:
Un modo de ganar simpatías es aceptar a cada persona como es, sin prejuicios. Es tambien una cuestión de respeto. Si no estás de acuerdo en algo, exprésalo, pero con corrección.
La tolerencia se ha convertido en un bien poco valorado. Nuestra sociedad es tan intolerante porque nosotros nos hemos vuelto así. Cuando todo es como nos gusta está bien, pero cuando no, enviamos muestras de nuestro peor abecedario y nuestra más triste cara. Nos olvidamos de ser seres humanos y nos faltamos el respeto de las peores formas. Respetemos, respiremos, mostremos empatía. A veces es mejor incluso no dar una opinión, si esta no va a aportar algo positivo o de valor.
10. Haz gala de tu simpatía y buen humor.
El buen humor funciona como un imán en las relaciones personales. Pero es importante no abusar de él y que no sea una actitud claramente forzada. No intentes hacerte el simpático de forma artificial. La empatía es una capacidad a desarrollar, pero no una estrategia ni una técnica comercial.
Sobre todo hay que aprender a no darle tanta importancia a cosas que no las tienen y a reirnos más, incluso de nosotros mismos.
Estos pequeños grandes detalles, los debemos practicar día con día, hasta volverlos parte de nuestra rutina, pero interiorizándolos, sabiendo que con una actitud positiva hacia los demás no solo conseguiremos una respuesta favorable de las personas, si no que nos sentiremos muy bien con nosotros mismos y eso generará un círculo virtuoso, que solo nos traerá resultados positivos a nuestra Imagen Personal.
Fuente: Reinventa tu negocio, Myriam Rius
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