Distractores en tu Imagen Personal
Siempre recibo comentarios similares de jefes o empresas que no saben como manejar a algunos colaboradores que van vestidos al trabajo con prendas, atuendos o accesorios inapropiados.
Justamente, el fin de semana, estuve en una reunión social y una de las invitadas, que era abogada, me comentaba que tenía una practicante que usaba leggings, en verano tops de tiras, accesorios muy grandes y no sé sabía cómo decirle que esa no es la imagen que el estudio quería proyectar.
Lo que muchas personas creen, es que existe un “look para lucir más profesional”. Hoy en día, es difícil creer o afirmar eso. Sin embargo, si creo que todo lo que usas, es una representación de quien eres. Es a través de la ropa, accesorios, maquillaje y peinados que estás diciéndole al mundo quien eres y qué haces.
Por ejemplo: No es que un abogado es menos profesional por usar jeans y zapatillas, solo que al hacerlo envía otros mensajes diferentes a sus interlocutores, que muchas veces no lo conocen aún y que no tienen cómo saber que tan confiable es y cuánta experiencia tiene.
Sin embargo, una forma de poder abordar el tema con nuestros colaboradores, es hablando de las distracciones y explicando el motivo por el cual ciertas prendas o accesorios no serían lo más ideal para usar en ciertos contextos. Por qué si, mucho mucho mucho es entender que existen códigos implícitos sobre qué usar o no usar en algunos contextos.
Por ejemplo: nadie iría a la playa usando tacones cerrados o un traje sastre ¿cierto? Como tampoco nadie iría a una boda llevando shorts, polo y chancletas (a menos que ese sea el dress code que haya indicado la pareja). Lo mismo sucede en la oficina.
La verdad, es que no importa dónde trabajemos, ni cuál sea el giro de nuestro negocio. Lo cierto es que lo que buscamos en nuestro entorno profesional es poder comunicar todos los atributos de nuestros servicios a través de nuestra propia imagen.
Por eso, se vuelve relevante no crear distracciones cuando nos relacionamos con otros. Lo más importante debe ser siempre la persona, su experiencia, sus conocimientos, habilidades y demás atributos y no lo que lleva puesto, a menos que esto ayude a fortalecer el mensaje total.
Pero volviendo al tema de los distractores. ¿Cuáles son estos? Aquí les menciono sólo algunos:
1. Joyas en exceso:
Sean porque son muy grandes y llamativas, que distraen demasiado la atención o porque son muchas y hacen ruido al hablar o movernos que hasta podríamos dar la impresión de llevar un cascabel. Aquí aplica siempre el menos es mas. Eso no significa que no podamos llevar un accesorio “statement” con un collar, un anillo o incluso unos aretes, pero busquemos equilibrio y si ya llevamos algo importante, el resto mantengámoslo minimalista.
2. Colores estridentes:
Estoy super a favor de usar color para el trabajo e incluso de usar el color para comunicar mensajes dependiendo de la situación. Pero hay colores que es mejor dejarlos para nuestro ámbito social o personal como los neones, que son demasiada información y que muchas veces están asociados a personas demasiado jóvenes.
3. Mostrar demasiada piel:
Hombros descubiertos, escotes pronunciados, minifaldas, ombligo al aire. Sé que pueden quedarles fabuloso a muchas, pero tanta piel en el ámbito de los negocios distrae. Y si bien es cierto, siempre lo enfocamos en las mujeres, es porque los hombres no van a trabajar en bividí o shorts pequeños, así que no hay que tomarlo como un tema de género.
Además, aquí entre nos, no es ropa nada cómoda para el día a día en el trabajo.
4. Transparencias:
Lamentablemente no solo lucen poco elegantes, sino que dejan ver demasiada piel y la ropa interior, lo que igualmente es una distracción como lo mencionamos en el punto anterior.
5. Ropa muy ajustada:
No nos referimos a ropa bien entallada, porque eso puede ser muy favorecedor, sino cuando es una talla (o más de una) menos de la nuestra. Esto hace que se note y marque todo aquello que no queremos.
En esta categoría entra las leggings, no solo porque son una prenda demasiado casual, sino porque justamente marca demasiado. Además que muchas veces son de materiales poco formales.
6. Maquillaje excesivo:
Porque la idea del maquillaje es que nos ayude a realzar nuestra belleza natural y para el día a día llevar uno que nos permita lucir descansadas, frescas y con apariencia saludable. Además claro está que no requiera demasiado retoque o con el pasar de las horas nos haga lucir transnochadas.
7. Cabello mal teñido y peinados desalineados:
No solo hablamos de los colores de fantasía, que serían perfectos si trabajamos en el mundo de la moda, el arte, diseño y similares, sino también a colores muy poco naturales para nuestra tipología. Rubios, naranjas, rojos, balayage en tonos que no lucen naturales. Además dicho sea de paso, es poco práctico llevar un color demasiado contrastado a nuestro color natural, ya que demanda demasiado mantenimiento para que siempre luzca bien y no se noten las raíces muy diferentes.
En esta categoría también entran los peinados despeinados y/o usando accesorios muy llamativos, como clips, ligas de colores, vinchas, etc.
8. Zapatos destalonados
Ya sean en punta, chatos, tacones. El problema con estos zapatos (que personalmente considero muy incómodos para andar todo el día) es que al no tener soporte en el talón hacen mucho ruido al caminar y nuevamente tenemos el efecto cascabel. Conozco muy pocas personas que realmente dominan su andar en este tipo de zapatos, pero la mayoría hacemos demasiado ruido.
9. Perfume excesivo
Soy amante de los perfumes y una fiel convencida que puedes llegar a identificar tu marca personal a través de tu aroma. Sin embargo, es importante entender que debemos ser bastante recatados con el uso de los perfumes o colonias. No solo hay que buscar un aroma fresco y suave para el día a día, sino que no debemos aplicarlo en exceso.
El hacerlo puede generar rechazo de las personas, porque recuerda que el olfato y los aromas fuertes pueden ser desagradables para muchas personas.
Con este post, no buscamos ofender a nadie, ni decirles cómo deben o no deben vestir, sino más bien, explicarles, porque muchas veces algunas empresas optan por restringir el uso de ciertas prendas o accesorios, que al final, mas allá que si no quedan bien o no, es porque se convierten en distractores.
Piensa en estos 9 puntos mencionados, como si fueran el diente que se te manchó de labial o el trocito de lechuga que se te quedó en los dientes. Si los tuvieras… con quien hables, estaría más pendiente de esas cositas, que en nosotras, que finalmente somos lo más importante siempre.
Así que dejemos atrás esos distractores para poder estar enfocadas en lo que realmente importa.
Y si quisieran que tratemos algún tema en particular, déjanos tus comentarios o envíanos un correo con tus inquietudes.
¡Hasta la próxima!
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