Empoderamiento y la Imagen Personal

Mucho escuchamos y leemos por doquier sobre el empoderamiento femenino.  Incluso muchas marcas y personas públicas ahora lo utilizan como parte de su estrategia de marketing y publicidad y hasta podríamos decir que es un término que se ha puesto muy de moda en los últimos años, lo cuál me parece genial, ya que cuanto más se sepa y se hable de esto, mas cerca estaremos cada día de conseguirlo.

Pero vayamos por parte.  ¿Qué significa empoderar?  Según la RAE es:  “hacer poderoso a fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido”. 

Suena algo muy simple, pero en realidad no lo es.  Se trata de hacer que las mujeres cada vez tengamos mayor control sobre nuestras vidas y las decisiones que tomamos y sobre todo, que podamos estar en todo sentido en igualdad de condiciones.

Y ¿de dónde debe venir el empoderamiento?  En mi opinión, en primer lugar de la sociedad, del gobierno y de las instituciones públicas y privadas.  Pero en segundo lugar, de una misma.

En mi trabajo como asesora he tenido la oportunidad de conocer muchísimas mujeres que buscan generar un cambio en ellas.  Verse mejor, proyectar poder, autoridad, profesionalismo.  Sentirse atractivas o estar a la moda.  Sin embargo, algo que siempre les digo, que todo cambio exterior, comienza por un cambio interior.  Por un autodescubrimiento y es ahí donde debe empezar el real empoderamiento femenino y por eso lo asocio mucho a nuestra Imagen Personal.

La Imagen Personal, no es otra cosa que aquello que exteriorizarnos de nuestro interior.  Mostramos por fuera lo que somos por dentro.  Representamos estéticamente cómo y quiénes somos, pero también dónde queremos estar.    Por eso, si yo no me siento exitosa, por mas trabajo que realice en el exterior, no podré transmitirlo y proyectarlo.

Por eso, la autoimagen positiva es fundamental.  Esto es cómo me veo a mi misma y no solo hablo de lo que vemos en el espejo, si no en un total integral como ser humano.  Lo bueno, las cualidades, los valores, los atributos, todo aquello que nos hace ser quién somos.  Pero solemos ser muy críticas y no tratarnos con cariño.  Es más fácil ver nuestros defectos, aquello que no nos gusta o incluso equivocadamente nos auto-saboteamos con pensamientos distorsionados de la realidad.  “No puedo hacerlo”, “soy mala en esto”, “soy torpe”, “soy inútil”, “soy fea”, “soy gorda”, “no me lo merezco”, “es mi culpa”, etc.

Para empoderarnos, no debemos estar y depender de otros para sentirnos poderosas y salir a conquistar al mundo (más allá de todas las limitaciones que podamos tener), sino debemos empezar por darnos ese poder a nosotras mismas, mirarnos por dentro y por fuera con ojos llenos de amor propio y una alta autoestima.  No estoy hablando que no esté bien ser competitiva, ambiciosa y con deseos de superación, estoy hablando de no ponernos trabas a nosotras mismas para ser todo lo que podemos ser.

Y algo importante es a prender a ser comunidad y tribu con las demás mujeres.  Hemos crecido muchas en un entorno altamente tóxico y de rivalidad entre nosotras mismas.  La competencia está bien, pero eso no debe ser nuestro motor, no podemos pensar que todas las mujeres son nuestra competencia, pero sobre todo no tratarnos con agresividad y violencia entre nosotras mismas.  

Cuando una aprende a valorarse a sí misma, deja de tener “miedo” en las demás y empieza a apoyarse entre si, alegrándose por los logros de otras, alentándose mutuamente, para surgir y crecer, con una visión más positiva y de unión entre sus pares.

Y por supuesto, no debemos olvidar que en esta lucha no estamos solas.  Los hombres también son una pieza importante en el empoderamiento femenino.  Es juntos, que conseguiremos ser pares y compañeros.  Por que algo que muchas veces leo, es que se cree que cuando hablamos de empoderamiento femenino o ser feministas es buscar ser mejor o superior al hombre y eso está muy lejos de lo que en realidad se busca.

Por eso les recomiendo:

• Trátense a si mismas con respeto y consideración
• Siéntanse libres de ser quien quieren ser y de tomar sus propias decisiones (desde cuando y con quién viajar, qué ponerse, qué tipo de relación o familia quieren tener y si la quieren, etc.)
• Aportemos con un lenguaje positivo, que nos ayude a crecer.  Usemos las redes para sembrar amor no odio
• Comuniquemos e informemos.  Mucha gente no sabe de qué se trata y hay mucha mala información.
• Eduquémonos y eduquemos a los demás, con valores, amor, respeto.
• Trabaja en tu interior, en descubrir tu potencial y en tener una alta autoestima.

¡Feliz día de la mujer este 8 de marzo y por que cada día estamos más cerca en lograr y conseguir sentirnos poderosas!

¡Hasta la próxima!

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