Proyecciones económicas del Perú en el 2015 (por Juan Mendoza)
Es altamente improbable que se cumplan las proyecciones oficiales de crecimiento económico en el 2015. Tanto la proyección del MEF (5.0%) como la del BCRP (4.8%) parecen estar en el límite superior del optimismo. Hay un conjunto de razones que inspiran serias dudas sobre estas proyecciones.
La primera razón para desconfiar es que las estimaciones oficiales estuvieron muy lejos de aproximarse a la realidad en el 2014. A fines del 2013, tanto el MEF como el BCRP proyectaban una tasa de crecimiento de 6% para el año pasado. Incluso cuando diversos economistas advertían que la desaceleración era más que evidente, en julio y agosto, el BCRP estimaba una tasa de expansión de 4.4% y el MEF de 4.2%. Lamentablemente, la cifra oficial de crecimiento del 2014 del INEI rondará el 2.5%.
La segunda razón es la debilidad de las economías grandes, con la notable excepción de los Estados Unidos. No es novedad la desaceleración en el crecimiento de la China. Japón se enrumba a una franca recesión y Europa combate el fantasma de la deflación. No parece, por lo tanto, que la demanda internacional vaya a mostrar más dinamismo que en el 2014.
La tercera razón para dudar es la alta probabilidad de mayores caídas en los precios de nuestras exportaciones. De hecho, el precio del cobre ha descendido más de 7% en lo que va del 2015. Y, de acuerdo a la última proyección del FMI, divulgada a inicios de enero, las cotizaciones del cobre y el plomo descenderán 9.1% y 11.9% en el año, mientras que la del zinc estará básicamente estancada incrementándose tan solo en 2.5%.
La cuarta razón es el torbellino político en medio del cual se ha iniciado el 2015. Este torbellino, que amenaza con echar por la borda la institucionalidad ganada desde la recuperación de la democracia, pende cual espada de Damocles sobre al ánimo de los inversionistas. Peor aún, el MEF tendrá que esforzarse para compensar el menor gasto en las regiones al inicio del año mientras las nuevas autoridades políticas aprenden a gastar.
Se espera, claro, que Toromocho produzca a plena capacidad y que otros proyectos mineros se inicien en el 2015. Sin embargo, también es de esperar que haya menor inversión minera, debido a las menores cotizaciones de los metales, lo cual neutralizará el incremento en los volúmenes de producción. Además, una lección de los últimos años es que los anuncios de inversiones en minería e infraestructura exhiben largos rezagos hasta materializarse.
Entre el 2009 y el 2011, luego del colapso financiero internacional, nuestros términos de intercambio se incrementaron en 30%. Hoy, en un contexto de precios de las exportaciones constantes o con riesgo a la baja, con menor dinamismo mundial, con un tipo de cambio que repta lentamente hacia un valor más competitivo, uno diría que no hay razón para el optimismo exagerado. La trayectoria del Indicador Coincidente de la Actividad Económica, promedio ponderado de diversas series económicas, desarrollado por Bruno Seminario y María Alejandra Zegarra, sugiere que la recuperación de la actividad económica en nuestro país será lenta y que la tasa de crecimiento del PBI en el 2015 se acercará al 3%.
Las proyecciones macroeconómicas oficiales constituyen un bien público. El optimismo exagerado en las mismas, al inducir la toma de decisiones equívocas sobre el crecimiento de los negocios, puede ocasionar pérdidas en el sector privado.
Publicado en la edición impresa de Gestión, Juan Mendoza, 2-feb-2015.