El crecimiento del 2016 (Parte I) por Juan Mendoza
Es altamente improbable que el PBI, medido en dólares,se expanda más de 1% durante el 2016. La razón es que hay una generalizada falta de dinamismo en los componentes de la demanda agregada. De hecho, varias razones sugieren que el enfriamiento de la economía durante los dos últimos años no es un bache, sino el tránsito hacia una menor tasa de crecimiento tendencial.
Antes de analizar las razones de fondo que explican el enfriamiento en la economía peruana vale la pena discutir el probable comportamiento de cada uno de los componentes de la demanda agregada durante el próximo año. Como sabemos el producto bruto interno es la suma del consumo, la inversión pública y privada, el consumo público y las exportaciones netas (es decir la diferencia entre las exportaciones y las importaciones).
Comencemos, en esta entrega, examinando la trayectoria reciente de las exportaciones e importaciones. Entre enero y setiembre del 2015 las exportaciones han caído en 24%, descompuesto en 29% de caída en las tradicionales y 12% de reducción en las no tradicionales. El descenso de las exportaciones tradicionales ha ocurrido a pesar del aumento en el volumen de la producción minera como consecuencia de Toromocho y Constancia. En efecto, el valor de las exportaciones de cobre, nuestra principal venta al exterior, se ha reducido en 11% hasta setiembre mientras que el volumen se ha expandido en 15%. En otras palabras, estamos produciendo más volumen de cobre pero a precios más bajos. Durante el 2015 ha continuado la tendencia decreciente en los precios de los metales. Así, es probable que los precios de las exportaciones caigan en cerca de 20% al final del año en curso. Las exportaciones no tradicionales han caído debido al menor crecimiento de nuestros socios comerciales y, probablemente, aunque no es fácil comprobarlo sin dudas, a la menor depreciación del sol en comparación a otras monedas de la región. En suma, nuestras exportaciones han mostrado un comportamiento negativo durante el 2015. Con tan solo un trimestre de datos faltantes, es probable que terminemos el año con exportaciones cercanas a los 33,000 millones de dólares. Como comparación, las exportaciones alcanzaron los 39,500 millones de dólares en el 2014, y los 42,800 millones de dólares en el 2013. Vale decir que entre el 2013 y el 2015 las exportaciones se habrán reducido en 23%.
Las importaciones también han caído durante el 2015 aunque menos que las exportaciones. Entre enero y setiembre las importaciones se han contraído en poco menos de 9%. Suponiendo que hacia el final del 2015 la tasa de contracción de las importaciones fuera de 10%, entonces terminaríamos el año con importaciones totales de alrededor de 36,700 millones de dólares. Ello significaría que terminaríamos el 2015 con un déficit en la balanza comercial superior a los 3,000 millones de dólares, es decir poco más de 1.5% del PBI. Considero que hay dos causas que han retardado el ajuste hacia abajo de las importaciones. En primer lugar, la escasa flexibilidad cambiaria debido a la política de intervención del Banco Central. No estoy, en este momento, criticando esa política pero haciendo una hipótesis sobre sus probables consecuencias. El segundo factor que me parece retarda el ajuste de las importaciones es el crecimiento del crédito que supera el 10%, a pesar que el ingreso nominal (el PBI real más la inflación crece alrededor de 6%). Así, por ejemplo, las importaciones de bienes de consumo han crecido poco más de 3%, mientras que las importaciones de bienes de capital han caído casi 7%, y las importaciones de bienes intermedios más de 15%. ¿Cómo así las personas y empresas están importando más bienes de consumo y menos productos intermedios y bienes de capital? Sospecho que es el aumento en el crédito el combustible que está alimentado el comportamiento atípico de las importaciones de bienes de consumo.
¿Cómo podría comportarse el sector externo durante el 2016? Lamentablemente, las perspectivas por el lado de las exportaciones no son halagüeñas. La causa es que lo más probable es que los precios de los metales continúen con su caída durante el próximo año. A su vez, considero que ello será el resultado no solo de una menor tasa de crecimiento de la inversión en China, y del aumento en la oferta de cobre debido a las nuevas minas que entrarán en operaciones, sino por la probable alza de las tasas de interés mundiales. Es decir, dado que los metales se han convertido en activos financieros durante los últimos años de tasas de interés cercanas a cero, cederán terreno durante los próximos años a medida que la política monetaria se normaliza en el mundo desarrollado. Por supuesto habrá, si es que los radicales son neutralizados, un importante aumento en el volumen de la producción minera en el 2016. Pero con un precio del cobre declinante el efecto neto en términos de valor será, siendo optimistas, cercano a cero. Por lo tanto, una proyección razonable sería que las exportaciones se mantendrán constantes durante el 2016.
Por el lado de las importaciones, uno esperaría que el Banco Central modere la expansión en el crédito, que me parece está excediendo el límite de la prudente, y se encamine hacia menor intervención en valor del dólar, para darle flexibilidad a la economía para adaptarse a las nuevas condiciones externas. Asimismo, en un entorno de menor crecimiento económico las importaciones vinculadas a la inversión deberían seguir contrayéndose. Bajo estos supuestos, sería razonable esperar una contracción en las importaciones de alrededor de 10%, lo cual haría que finalizáramos el 2016 con importaciones de 33,000 millones de dólares. En otras palabras, si se modera el crecimiento del crédito y no se interfiere con el ajuste natural del tipo de cambio, deberíamos concluir el 2016 con la balanza comercial en equilibrio.
En la siguiente entrega, que será muy pronta, seguiré analizando el probable comportamiento de los otros componentes de la demanda agregada, completaré la explicación de por qué es poco probable crecer más de 1% el próximo año, y comentaré sobre las razones de fondo detrás del enfriamiento de la economía peruana.
Juan Mendoza
Lima, 29 de noviembre de 2015.