Estados Unidos: ¿Precipicio fiscal?
Actualmente hablar de crisis es referirse a la eurozona. Sin embargo, pronto el denominado “precipicio fiscal” en los Estados Unidos la igualará en protagonismo. Comencemos por una definición. La expresión “precipicio fiscal” es utilizada para referirse al conjunto de aumentos en los impuestos y recortes del gasto público que entrará de manera automática en vigencia en los Estados Unidos en enero de 2013. En términos simples, se viene un ajuste fiscal equivalente a 4% del PBI.
¿Por qué de manera automática? El Congreso de los Estados Unidos lo aprobó en agosto de 2011 para calmar a los mercados, pues en ese momento se discutía sobre la viabilidad de aumentar el tope de endeudamiento al que podía acceder el gobierno federal. El gobierno ya tenía un problema fiscal y estaba al borde de la moratoria. Al “estirar” la fecha del ajuste, el Congreso aprobó la elevación del tope (ante el déficit fiscal la única opción era endeudarse más para financiarlo) y los mercados se calmaron, pero por un rato. En otras palabras, alargó el momento del ajuste y para ello el Congreso le puso fecha límite (diciembre 2012), autorizando que el gobierno se endeude más, pues de lo contrario hubiera tenido que declarar moratoria (no pago de la deuda pública); aún así la calificadora de riesgo, Standard and Poor, rebajó la calificación de la deuda soberana de los Estados Unidos de triple A a doble A más, pues el gobierno se estaba endeudando más para no declarar una cesación de pagos. Lo cierto es que el plazo vence a fin de año (así se acordó en agosto de 2011), por lo que automáticamente se implementarían políticas de ajuste, similares a las aplicadas en Europa. La recesión y el desempleo serían el resultado, tal como ocurre al otro lado del Atlántico.
Ahora bien, en noviembre hay elecciones generales; ¿será posible que demócratas y republicanos negocien en una coyuntura política de esa magnitud, algún acuerdo que evite el ajuste fiscal y lo siga extendiendo? Se entiende que cuánto más se acerque el mes de diciembre mayor incertidumbre. Esperar el resultado electoral es peligroso, pues no se sabe cómo estará compuesto el nuevo Congreso, por lo que el acuerdo debería negociarse en las siguientes semanas.
Estados Unidos está frente a la misma disyuntiva europea, con la diferencia que hasta ahora ha podido endeudarse más: por un lado, si ajusta se contrae el gasto y por ende la economía entra en recesión y mayor desempleo; por otro, si no ajusta (suponiendo que el Congreso apruebe seguir “pateando hacia adelante” el problema fiscal) aumenta el déficit fiscal financiado con deuda, por lo que la moratoria sería una posibilidad real, pues el endeudamiento seguiría creciendo.
¿Qué esperan los mercados? Una solución intermedia, es decir, un ajuste de 1% o 2% del PBI, pero ajuste con impactos negativos sobre el crecimiento. En el fondo la credibilidad fiscal está en juego. ¿Y cuál es la situación fiscal actual? La brecha fiscal ha sido de -6.5% del PBI en 2011 y se espera sea -5.8% en 2012; como contraparte la deuda pública aumentó de 98.4% del PBI en 2010 a 106.7% en 2012. La economía estadounidense requiere de un ajuste; en este momento el tema es político: ¿cómo hacerlo a meses de las elecciones con las encuestas que dan un virtual empate entre ambos candidatos? Dada la situación descrita y por un tema de expectativas (¿quién invertiría ante un inminente ajuste fiscal?), la inversión privada se contrae antes, pues las empresas reevalúan sus planes, considerando un escenario complicado para 2013. Otro elemento que puede ponerse sobre el tablero es una eventual inyección de liquidez de la Reserva Federal (FED), tema que será materia de otra entrega.
Ahora imaginemos un ajuste de Estados Unidos y Europa al mismo tiempo, algo que podría ocurrir pronto. De acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) en caso ocurra el precipicio fiscal, el PBI disminuiría en -1.3% el primer semestre de 2012. La Unión Europea espera un crecimiento de 0% en 2012; en ese escenario de ajuste, ¿a quién le venderían China, India y demás economías asiáticas su producción? Sin duda, el único resultado posible sería una mayor desaceleración económica mundial.