Burbujas Especulativas (Parte 1)
Esta es la primera de tres entregas sobre la definición y causas de las burbujas especulativas. Conviene precisar el tema dado que las burbujas tienden a formarse en períodos de fuerte crecimiento económico como corresponde al caso peruano actual.
La historia económica mundial está plagada de crisis financieras, la
mayoría de las cuales han estados asociadas a la conformación y
posterior colapso de una burbuja especulativa en el precio de algún
activo. El activo puede ser financiero como una acción o no financiero,
como una vivienda o una materia prima. También puede ser el tipo de
cambio, en cuyo caso asume el nombre de crisis cambiaria. En otras
palabras y tal como ocurrió con la primera crisis financiera
internacional del siglo XXI, el colapso de la burbuja inmobiliaria en
2006 precipitó la crisis financiera de 2007; es decir, las crisis
financieras por lo general siguen a una burbuja en el precio de un
activo.
El uso común del sustantivo burbuja alude al crecimiento explosivo y no
sostenible en el precio de un activo durante un período corto de tiempo.
Explosivo en el sentido que la trayectoria no puede ser explicada en su
totalidad por razones fundamentales y no sostenible porque luego del
crecimiento desmedido sigue una disminución, casi en la misma magnitud.
En ambas fases, predominan aspectos sicológicos del comportamiento de
los inversionistas: primero, excesivo optimismo y luego pesimismo. Por
lo tanto, una burbuja está asociada al incremento dramático en el precio
de un activo seguido por el colapso del mismo y aparece cuando el
precio excede al valor fundamental, es decir, ante una desviación en el
precio de un activo que no puede ser explicada por los fundamentos, como
la tasa de interés o el crecimiento de la productividad; dicho de otro
modo, en teoría el precio de un activo puede separarse en un componente
determinado por razones fundamentales y otro componente especulativo,
que refleja la euforia o depresión irracional del inversionista; el
segundo corresponde a la burbuja, que tiende a ocurrir por que el
inversionista tiene la expectativa o creencia que podrá revender el
activo a un precio mayor en el futuro.
La historia financiera está colmada de ejemplos que muestran una
evolución de los precios semejantes a una burbuja; las primeras fueron
la tulipmanía en Holanda (1636-1637), la burbuja del Mississippi
(1719-20) y la burbuja del Mar del Sur (1720). Luego aparecerían
burbujas relacionadas no solo con las acciones, sino con las viviendas,
ferrocarriles, deuda, etc.
La definición descrita es sencilla pero problemática. No solo es
imprecisa, sino que es ambigua; en primer lugar está el problema de la
identificación o detección de una burbuja: ¿cuánto debe subir el precio
de un activo y a qué rapidez para calificar como burbuja?, ¿cuándo un
aumento en el precio de un activo corresponde a una burbuja y cuándo no?
Ambas preguntas son válidas, pues los precios pueden tener variaciones
bruscas, sin que ello configure una burbuja. En segundo lugar, ¿cómo
saber cuál es el valor fundamental de un activo, de modo de concluir que
una desviación del precio respecto de ese valor constituye el inicio de
una burbuja? En tercer lugar, ¿qué origina una burbuja?; en cuarto
lugar, bajo el supuesto de haber superado los obstáculos anteriores,
¿puede desinflarse la burbuja sin desencadenar una crisis financiera?2 o
planteado de otro modo, ¿toda burbuja origina una crisis financiera? En
quinto lugar, ¿cuál es la respuesta apropiada de política?
Comencemos por la definición. Una burbuja financiera es una situación
temporal, caracterizada por una elevación en el precio de algún activo
más allá de su valor fundamental, medido como el valor presente del
flujo esperado de rendimientos del activo, descontados a una tasa que
refleje las preferencias del inversionista;3 desde luego, el problema es
cómo saber que el aumento en el precio tiene como causa una mejora en
los fundamentos o solo sube por un tema de expectativas, es decir,
psicológico; en el primer escenario no habría burbuja, sino un
movimiento en el precio. La intuición detrás de una burbuja es simple:
“si la razón por la cual el precio es alto hoy es solo porque los
inversionistas creen que el precio de venta de mañana será mayor, sin
que los factores fundamentales justifiquen ese precio, entonces existe
una burbuja”.4
¿Fundamentos o especulación? La separación es compleja y no existe
consenso al respecto; el problema es que las recomendaciones de política
dependerán de la aceptación de una u otra posición, por lo que no es
una simple curiosidad académica. Por ejemplo, la percepción respecto
del precio de un activo puede cambiar si aparecen noticias nuevas y
positivas respecto de la economía; en ese caso, aumenta la demanda por
el activo y con ello su precio sin que sea una burbuja, pues está
justificado por los fundamentos del mercado. ¿Y si el anuncio original
es falso? El inversionista sigue al mercado e incorpora la información
disponible para tomar decisiones; en el caso descrito, el resultado,
¿será o no una burbuja? En las siguientes entregas iremos desenredando
el problema.
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1. (Significado del título) Esta es la primera de tres entregas sobre la definición y causas de las burbujas especulativas.
2. Una burbuja no es igual a una crisis financiera; Un boom en el precio de un activo implica huir del dinero e ir sobre el activo, mientras que una crisis financiera alude a lo contrario, huir del activo e ir sobre el dinero u otro activo más seguro. Además, no todo estallido de una burbuja genera una crisis financiera, aunque la mayoría de estas últimas han estado precedidas por la primera.
3. En el caso de una acción el valor fundamental es igual al valor presente de los dividendos esperados, descontados a los tipos de interés esperados. A mayores dividendos, mayor valor presente.
4. Stiglitz Joseph (1990), “Symposium on Bubbles”, en, Journal of Economic Perspectives, Vol. 4, N°2, p. 13. La traducción es libre.