Causas de una crisis financiera
En general, existen dos
grupos de factores que pueden causar una crisis financiera:
·
La volatilidad del entorno
macroeconómico, originado en factores externos (no controlables) e internos.
·
Los problemas
microeconómicos inherentes a todo sistema financiero, situaciones derivadas de la información asimétrica y de
la ausencia de un adecuado sistema de supervisión y regulación, tema que será
tratado en las siguientes entregas.
La volatilidad del entorno
macroeconómico
La mayoría de crisis
financieras y bancarias han sido precedidas por un deterioro generalizado del
entorno macroeconómico. En el caso de la
crisis de 2007, la economía venía de una etapa de crecimiento con baja
inflación, conocida como la Gran Moderación. Ello hacía pensar que el entorno
macroeconómico previo era estable; sin embargo, el rasgo distintivo del primer
quinquenio del siglo XXI, fueron los desequilibrios económicos globales.
Estados Unidos experimentó, tanto un déficit fiscal como una brecha externa,
ambos con tendencia creciente. Si bien es cierto no fueron causas inmediatas de
la crisis, configuraron el preludio de la misma. En el mismo sentido, la tasa
de interés aumentó dos años antes del estallido de la crisis.
Las instituciones financieras
funcionan con altos niveles de apalancamiento (ver post anterior), por lo
que son vulnerables cuando pequeños choques al ingreso, calidad de activos
o liquidez generan dificultades relacionadas con iliquidez y/o insolvencia, de
modo que aumenta la incertidumbre con respecto a la capacidad de honrar sus
compromisos de corto plazo. Por lo tanto son susceptibles a una pérdida de confianza. La
vulnerabilidad del sistema financiero puede en parte, ser causada, por la volatilidad macroeconómica. Los
principales factores que determinan la volatilidad son los siguientes:
a.
Aumentos en la tasa de
interés
Un aumento en la tasa de
interés, originado en un aumento en la demanda por créditos o una contracción
de la oferta monetaria, entre otros factores,
incrementa el problema de la selección adversa, porque los
inversionistas con buenos proyectos no estarán dispuestos a tomar préstamos,
mientras que los más riesgosos sí. La razón estriba en que los individuos y
empresas con proyectos más riesgosos son aquellas que están dispuestas a pagar
altas tasas de interés, pues si la inversión de alto riesgo tiene éxito, serán
los mayores beneficiarios. De este modo, aumenta la probabilidad de que el
sistema financiero preste recursos a proyectos con mayor riesgo. Como el acreedor
no puede discriminar por tipo de deudor, optará por reducir el volumen de
préstamos, dado el aumento en la tasa de interés. En los Estados Unidos, la
tasa de interés aumentó desde 2005 hasta 2007; aun así, las innovaciones
financieras que en apariencia transferían los riesgos a quienes mejor los
manejaban, mantuvieron los préstamos subprime. La reducción en el precio de las
viviendas a partir del tercer trimestre de 2006 determinó el inicio de los
incumplimientos de pagos de los deudores de alto riesgo. En otras palabras, las
alteraciones bruscas de la política monetaria pueden gatillar una crisis.
b.
Fluctuaciones en los
términos de intercambio
Un deterioro en los
términos de intercambio, reduce la capacidad de pago del deudor. Existen varios
estudios empíricos que demuestran que una declinación de 10% o más en los
términos de intercambio, generó, en el 75% de los países en desarrollo
estudiados, una crisis bancaria. Los países con una baja diversificación de las
exportaciones son más susceptibles a experimentar una crisis bancaria. América latina puede ser un ejemplo de lo
anterior.
c.
Fluctuaciones en el tipo de
cambio
Un aumento brusco en el
tipo de cambio puede afectar al sistema bancario en dos escenarios: cuando los
bancos toman deuda con el exterior en moneda extranjera, pero prestan en el
interior en moneda nacional (currency mismatch) y cuando asumen deuda a corto
plazo en moneda extranjera, pero otorgan préstamos en el interior del país a
largo plazo (maturity mismatch). El resultado, en cualquiera de los dos casos,
es la reducción en la capacidad de pago de las deudas. Sin embargo, el caso del
crecimiento de la deuda de corto plazo ha sido cuestionado por quienes sostienen que el problema está en el uso
de los fondos y no en el plazo de la deuda. Préstamos a actividades rentables
no generan dificultades de pago. Si esto es así, la clave está en la calidad de
las inversiones realizadas con los préstamos bancarios.