¿Enfriamiento de la Economía Peruana?
En las últimas semanas, varios analistas, entre los
cuales se encuentra el actual Ministro de Economía, han anunciado a través de
diversos medios que la economía se está “enfriando”. ¿Qué significa, por qué
ocurre y qué implicancias tiene?
Comencemos por una definición del término. Una economía se enfría cuando reduce su tasa de crecimiento económico, medida por la variación del Producto Bruto interno (PBI). Por ejemplo, hasta 2012, nos habíamos acostumbrado a crecer a tasas por encima de 6% (a excepción de 2009) y los datos del primer trimestre de este año, mostraron un crecimiento de 4.8%; es decir, “enfriarse” es crecer menos.
La primera pregunta es, ¿por qué ha ocurrido?; en general, el enfriamiento de una economía puede deberse a factores internos o externos. La crisis financiera de las economías avanzadas que estalló en 2008 y luego se extendió a Europa es una crisis de sobreendeudamiento; la receta para solucionarla ha sido ajustar los gastos, para generar el ahorro que permita pagar las deudas. Ahorrar significa no gastar, por lo que el consumo en las economías avanzadas viene disminuyendo hace varios años. ¿Y a quién le compraban aquellos que ahora gastan menos? A la “fábrica” del mundo, que es China. Entonces China se “enfría”, es decir, en lugar de crecer a tasas mayores que 10%, en 2012 lo hizo a 7.8%. Como consecuencia demanda menos materias primas al resto del mundo; y es ahí donde Perú entra en escena. La menor demanda de China por productos mineros ha originado una disminución de las exportaciones mineras. En el primer trimestre de 2012 las exportaciones han caído en -11.1%, mientras que la inversión privada ha crecido solo en 7.4%, luego de crecer a tasas mayores que 12% desde 2009. Por lo tanto, la coyuntura externa desfavorable ya comenzó a impactar sobre la economía peruana. ¿Era esperable? En cierto sentido sí, pues una característica de la evolución de la economía es la presencia de ciclos económicos, es decir, períodos de auge y contracción. Lo que ha pasado es que nos hemos acostumbrado a tasas altas que han coincidido con un ciclo extenso de aumento en los precios de las materias primas. Es complejo pensar que si al mundo avanzado le va mal, Perú puede aislarse de ello.
Al impacto de la desfavorable situación externa se agregan ciertas señales internas que han generado incertidumbre; por ejemplo, el anuncio del gobierno de la compra de Repsol para luego retractarse, la ley de comida “chatarra”, etc. Todas tienen en común la intervención del estado en la economía; y eso genera incertidumbre. Como la inversión es un asunto de confianza, el resultado fue el esperable: una reducción en la tasa de crecimiento de la inversión en el primer trimestre.
Ahora bien, ¿qué ha hecho el gobierno para enfrentar el enfriamiento? Convengamos en algo; lo externo no lo puede cambiar el Perú, por lo que por ese lado, solo queda esperar y mientras tanto buscar nuevos mercados, como lo hizo la comitiva peruana encabezada por el Ministro de Economía en Dubai, en Emiratos Árabes Unidos. Lo interno se puede mejorar. El Presidente del país lanzó siete iniciativas con el objetivo de generar un “shock de confianza”. El objetivo general de las mismas es reafirmar que la inversión privada es el motor del crecimiento y se refieren a la reducción de las trabas para la inversión; y eso es positivo. La gran pregunta es la siguiente: en la medida que la inversión es un asunto de confianza, ¿será posible retomarla en un contexto económico adverso? El tiempo lo dirá.