La Decisión de la Reserva Federal
En su reunión del 18 de setiembre,
la Reserva Federal (el Banco Central de los Estados Unidos) sorprendió al
decidir mantener su programa de inyección de liquidez por 85 mil millones de
dólares mensuales. La decisión esperada era la de un retiro gradual del
“estímulo económico”; inclusive se hacía referencia a una disminución de 10 mil
millones mensuales. La FED usa la “maquinita” y hace billetes que inyecta a
través de la compra de activos del tesoro, es decir, bonos del gobierno. El
programa de estímulo económico, denominado “Quantitative
Easing” (QE) es el tercero desde que comenzaron en diciembre de 2008 como
una herramienta para enfrentar la crisis. El QE3 comenzó en setiembre de 2012 y
significa la compra de 40 mil millones mensuales de activos bancarios
respaldados por las tristemente célebres hipotecas de alto riesgo y 45 mil más
en bonos del tesoro; en total, los 85 mil millones de dólares mensuales.
Dicho de otro modo, idea es
comprar activos financieros y bonos con
dinero proveniente de la “maquinita” de hacer billetes. La FED anunció que el
programa de inyección de liquidez continuará hasta que se observe una “mejora
sustancial” en el mercado laboral en un contexto de estabilidad de
precios.
¿Qué pasó? En primer lugar, la tasa de desempleo se ubica
en 7.3%; la idea de “inyectar billetes” es reactivar la economía de modo que el
desempleo descienda de manera sostenible a 6.5%. Mientras eso no ocurra, la
inyección de liquidez continuará. Recuerde el lector que uno de los objetivos
de la FED es el crecimiento con pleno empleo. En segundo lugar, las
proyecciones de la FED señalan que el crecimiento económico será “moderado”,
por lo que no es segura la caída de la tasa de desempleo ni tampoco que se
mantenga en el nivel esperado de 6.5%.
Los mercados han recibido bien la
noticia. Más liquidez significa mayores precios de las materias primas, como
metales y petróleo, aumentos en las bolsas de valores y probables (aunque
eventuales) caídas en el tipo de cambio
en países como el Perú. Por ese lado la noticia parece ser buena. Por
otro, no parece tan buena, pues el anuncio implica al menos que las
perspectivas de la economía estadounidense no son tan buenas y eso no puede ser
una buena noticia para el Perú. Estados Unidos representa el principal mercado
de exportación del Perú y la desaceleración actual se origina en gran parte en
la caída de las exportaciones. Algunos opinan que la “abundancia de liquidez”
puede reflejarse en nuevas burbujas financieras a nivel mundial.
¿Y el tipo de cambio en el Perú?
Más liquidez puede significar una caída en el tipo de cambio, pero la
incertidumbre que aún se mantiene respecto de cuándo se reducirá el estímulo
económico en Estados Unidos, no hace pensar que llegue a niveles más bajos. La
FED ha sido clara: se mantiene el estímulo condicional a nueva data sobre
empleo y precios. Nadie puede saber qué pasará con el tipo de cambio, pues no
solo depende de los Estados Unidos, sino de lo que pase en otros países, como China
y la las economías de la eurozona.
Entonces me atrevo a aconsejarle a los lectores
dos cosas: por un lado, no apuesten a que el tipo de cambio va a bajar o va a
subir. Eviten préstamos en una moneda distinta de aquella en la que se
encuentren sus ingresos. Por otro lado, no hacer caso a predicciones como que
el tipo de cambio va a llegar a tal número dentro de dos meses. Predecir lo que
ocurrirá con el tipo de cambio es como querer predecir un terremoto. No se
puede saber cuándo ocurrirá, pero nunca faltaran “adivinos” que pretenden
saberlo.