Burbuja especulativa y crisis financiera
En China ha colapsado una burbuja inmobiliaria y el resultado es una crisis financiera. Los indicadores de deuda de las familias son muy altos y los precios de los activos están fuera de sitio. ¿Qué es una burbuja especulativa?
“Burbuja” alude al crecimiento explosivo y no sostenible en el precio de un activo en un período corto de tiempo. “Explosivo” en el sentido que el aumento no puede ser explicado por razones “fundamentales”, y no sostenible, porque luego del crecimiento desmedido sigue una disminución de la misma magnitud.
¿Cuál es la idea de una burbuja? El precio de un activo puede dividirse en dos componentes: el primero, relacionado con factores fundamentales, como el aumento en los costos de producción y el segundo, vinculado con la especulación. Este último refleja la euforia y la depresión del inversionista y corresponde a la idea de “comprar barato hoy para vender caro mañana”. El inversionista cree que el precio va a subir y entonces compra con el objetivo de vender el activo más caro. Pensemos en un inmueble. La burbuja aparece cuando las personas se endeudan y compran una vivienda solo para especular o “hacer negocio”, es decir, esperar que el precio suba y vender caro. Corren un riesgo pues no saben si el precio seguirá aumentando. En otras palabras, si el precio del inmueble no puede explicarse por la tasa de interés, un aumento en el precio del cemento o de la pintura, entre otros, entonces estamos frente a una burbuja.
Por lo general, las crisis financieras se asocian a la conformación y posterior colapso de una burbuja especulativa en el precio de algún activo; este último puede ser una acción, una vivienda, una materia prima, el tipo de cambio, etc. En Estados Unidos, el colapso de la burbuja inmobiliaria en 2007 provocó la crisis financiera, cuyo estallido ocurrió en 2008.
La historia financiera está colmada de ejemplos que muestran una evolución de los precios semejantes a una burbuja. Las primeras fueron la de los tulipanes en Holanda (1636-1637), la burbuja del Mississippi (1719-20) y la burbuja del mar del sur (1720). Luego aparecerían burbujas relacionadas no solo con las acciones, sino con las viviendas, ferrocarriles, deuda, etc.
El asunto es así: para poder comprar el activo (pensemos en una vivienda) se necesita un mayor endeudamiento. Mientras la burbuja está en su fase ascendente, las personas se endeudan, compran el activo, esperan que suba, lo venden más caro, pagan al banco y se quedan con una ganancia. El problema está en la creencia que el fenómeno descrito será eterno. Llega un momento en que las personas no pueden endeudarse más y entonces, como cada vez menos gente está dispuesta a pagar el precio más alto, los vendedores se ven obligados a bajar sus precios. ¿Y qué pasa luego? Pues que muchos vendedores se quedan sin poder vender el activo, porque no hay quien compre, los compradores quedan sobre endeudados y no pueden pagar, los bancos entran en problemas al no recuperar sus préstamos, etc.
En consecuencia, existen dos elementos que deben existir para que aparezca una burbuja y que ésta se convierta en una crisis financiera: en primer lugar, un exceso de endeudamiento y, en segundo lugar, un componente especulativo. Si falla alguno de ellos, puede haber burbuja, pero no crisis financiera. Un ejemplo lo clara. Si los especuladores usan su propio dinero para “comprar barato y vender caro” de modo que el sistema financiero no se compromete, y estalla la burbuja, solo se ven afectados quienes compraron, pero no los bancos ni entidades financieras. Algo de esto ocurrió a fines del siglo pasado con la burbuja puntocom en los Estados Unidos. Distinta fue la figura con la burbuja inmobiliaria.
Por lo tanto, una burbuja no es igual a una crisis financiera. Un boom en el precio de un activo implica huir del dinero e ir sobre el activo, mientras que una crisis financiera alude a lo contrario, pues se huye del activo y se va sobre el dinero.
Finalmente, la definición de burbuja no está libre de problemas. En primer lugar, ¿cuánto debe subir el precio de un activo y con qué rapidez para calificar la tendencia como una burbuja? En segundo lugar, ¿cómo saber cuál es el valor fundamental de un activo, de modo que podamos concluir que, ante una desviación de ese valor, estamos frente a una burbuja? En tercer lugar y bajo el supuesto de tener una respuesta a las dos preguntas anteriores, ¿cómo desinflamos la burbuja sin originar una crisis financiera?
Las respuestas a estas preguntas no son contundentes. De ahí que la historia financiera mundial esté repleta de burbujas y crisis financieras. Y seguirán con nosotros.