¿Qué es un bien público?
Un bien público tiene dos características: en primer lugar, es no rival. Esto significa que, si una persona disfruta de él, no disminuye la cantidad disponible para alguien más; por ejemplo, disfrutar de un espectáculo de fuegos artificiales. Que una persona los vea no impide que otra también lo haga. Por eso las personas no rivalizan entre ellas por verlos.
En segundo lugar, la no exclusión. Sigamos con el ejemplo anterior. Es imposible excluir a alguien de ver unos juegos artificiales. Basta que uno eleve su vista para que los vea. Como consecuencia de ambas características, no se puede cobrar por un bien público. Nadie estaría dispuesto a pagar, pues igual gozaría de él, observando el espectáculo sin pagar.
¿Qué ocurre con los bienes privados? Son bienes rivales: si una persona come una manzana o usa un lapicero, no puede ocurrir que otra persona coma la misma manzana o use el mismo lapicero al mismo tiempo. Por eso el hecho de que una lo haga excluye al resto. El agua es un bien privado. Si usted toma un vaso con agua, no puede ocurrir que otra persona tome el mismo vaso con agua.
Nótese bien que esto no tiene nada que ver con quién financia el bien público. Puede ser que el Estado, por ejemplo, a través de una municipalidad, o de manera alternativa, una empresa privada, se encargue de la organización y puesta en marcha de los fuegos artificiales. El bien seguiría siendo público. No importa quién lo produzca.
Un bien público es una falla de mercado que se corrige con la intervención del Estado. Imagínese una pista en cualquier ciudad del Perú que tiene huecos. Ahora piense que, de manera voluntaria, una persona toma la decisión de tapar el hueco con sus propias herramientas y luego intenta cobrar a cada automóvil que pase. ¿Qué ocurrirá? Que nadie o casi nadie colaborará pues pensará así: “el que viene atrás pagará”. Como todos piensan igual, nadie paga y no se puede financiar el trabajo. Por eso es que nadie se animará a hacerlo. Entonces es el Estado a través de la autoridad competente quien deberá hacerlo.
Entonces, un bien público tiene dos características: es no rival (el consumo de una persona no impide el consumo de otra) y no excluyente (no se puede excluir a nadie de su consumo); como consecuencia no tiene precio y es una falla del mercado, como lo son las externalidades y la información asimétrica, entre otras. Ellas justifican el rol del Estado en la economía.