La obsesión con el PBI
El Producto Interno Bruto (PIB) es usado como un indicador del tamaño de una economía; a mayor valor del PIB, dicen los entendidos, más grande la economía. El objetivo de esta entrega es brindar una visión general de la economía mundial a partir del indicador mencionado; ciertamente un aumento en el PIB no necesariamente implica mejoras en el bienestar. Sin embargo, en la medida que se usa con frecuencia, es útil como una primera entrada al tema.
El PIB se expresa en unidades monetarias (por lo general dólares), pues es el valor de todos los bienes y servicios finales producidos por una economía en un período de tiempo. Imagínese el lector el valor de todo lo que produjo el mundo en un año determinado; el número es tan grande que resulta difícil imaginarse el significado. La alternativa es ver las tasas de variación de un año a otro y/o la proporción que el PIB de algunos países representa del PIB mundial. ¿Por qué hacer este ejercicio? Porque ahora que están en crisis
las economías más grandes los impactos a través de los canales comerciales son cruciales. Si la eurozona produce menos como consecuencia de la crisis, afectará las exportaciones de América Latina hacia esa zona. Lo mismo es válido para los Estados Unidos y China. China es una especie de fábrica del mundo, cuyos productos son exportados a Europa y Estados Unidos, usando materias primas que vienen de América Latina. Si los consumidores de Europa y Estados Unidos están sobreendeudados y no pueden comprar más pues deben pagar sus deudas, ello impactará en una desaceleración china y con ello en una menor demanda por las materias primas que exporta América Latina.
Veamos algunos números referidos al año 2021. El Fondo Monetario Internacional (FMI) divide a las economías en dos grupos: avanzadas y emergentes y en desarrollo. El primer grupo está compuesto por 40 economías que incluyen a Estados Unidos, la eurozona (19 países), Japón, Reino Unido, Canadá y otras 17 economías, como Hong Kong, Corea, Singapur, Taiwán, Australia, Nueva Zelanda y otras europeas. Las 40 economías en conjunto representaron el 14.0% de la población mundial y produjeron el 42.0% del PIB mundial. Estados Unidos produjo el 15.7% del PIB mundial y la eurozona, el 12.0%.
El segundo grupo está compuesto por las economías emergentes y en desarrollo; son 156 economías que en 2021 produjeron el 58.0% del PIB mundial con el 86.0% de la población del planeta. En este grupo, destaca China, con el 18.6% del PIB mundial y 18.4% de la población mundial e India con 7.0% y 18.1% respectivamente. Mientras tanto, América Latina produjo 7.3% del PIB mundial, siendo las economías más importantes, Brasil con el 2.9% y México con 2.1% del total.
Ahora bien, América Latina está compuesta por 20 países; De acuerdo con información de CEPAL, Brasil representó el 34.3% del PIB regional y México el 28.8%; en otras palabras, solo dos economías produjeron el 63.1% del total. Perú representó el 3.5%, aumentando su participación respecto de 2003, año en el que significó el 2.9% del total. Perú es la séptima economía más grande de la región, después de Brasil, México, Argentina, Colombia, Venezuela y Chile.
La información presentada muestra que el tamaño de la economía no tiene una relación tan clara con el área geográfica ni con la población. Singapur, Taiwán y Hong Kong son economías con territorios pequeños y se encuentran dentro del grupo de economías avanzadas. Perú es grande en términos de área, pero pequeño en el PIB como proporción mundial.
Entonces, ¿por qué la obsesión con el PIB? Las principales noticias económicas están referidas a la evolución del PIB y basta que se espere una desaceleración del mismo para que las bolsas de valores experimenten caídas y se desate una preocupación en toda la población. Ciertamente es mejor que el PIB aumente, pues la mayor producción implica una mayor recaudación por parte de los gobiernos, y aumentos en el empleo de algunos sectores. El crecimiento del PIB significa que la torta aumenta, aunque sus efectos dependerán de cómo se reparte (redistribuye) el aumento.
Una explicación puede ser la visión demasiado economicista de una sociedad. Los economistas hacen pronósticos de manera permanente sobre lo que creen que pasará con el PBI y suelen ajustarlos conforme observan que no se cumplirán; inclusive los gobiernos lo mencionan con frecuencia. Los analistas esperan que para 2023 el PIB en Perú aumente entre 2.5% y 3.0%, pero ¿acaso saben en cuánto se espera disminuya la tasa de mortalidad infantil en algún departamento? En el mismo sentido se tiene información fácil de obtener para revisar los estimados del crecimiento económico mundial para 2023 (por ejemplo, el FMI pronostica 2.7%), pero ¿alguien sabe la implicancia de que el número no sea 3.0% sino 2.7%? ¿alguien sabe cómo se obtiene el número?
Me parece que a los indicadores económicos como el mostrado, deben agregarse otros con metas específicas, como, por ejemplo, reducciones en la tasa de mortalidad infantil, calidad de la educación pública, número de médicos por cada mil habitantes, etc. Dicho de otra manera, parece que algunos han olvidado que la economía es una ciencia social y como tal es un medio para lograr avances en lo social, fin último de cualquier estrategia de desarrollo. El crecimiento económico, es decir, el aumento en el PIB, es solo un medio; el desarrollo, que tiene una connotación humana es el fin.