Promover inversiones sanas sin miedo y sin pausa
Promover inversiones sanas sin miedo y sin pausa
Felipe Gutiérrez, CEO Concertum
Ningún país se desarrolla sin inversión privada. La fuente más sana de desarrollo, crecimiento, impuestos y empleo, es la inversión privada en actividades que buscan la excelencia para satisfacer mejor las necesidades de los consumidores, en un marco de competencia abierta y global. El estado financia íntegramente su actividad a todo nivel, con impuestos y otros ingresos generados por empresas y negocios creados por la inversión privada y/o con endeudamiento amparado en recaudación presente o futura. Esta no es una opinión ni una visión parcial. Es la realidad económica comprobada en todos los países del mundo sin excepción y no depende de las ideologías. La comprobación viene tanto por los casos de éxito como, y más clara y dramáticamente, por los evidentes casos de fracasos en países donde no se respeta esa regla de la realidad. Las distintas y variadas visiones (distorsiones) provenientes de las izquierdas, que pretenden relativizar estas reglas y promover su mediatización con argumentos como el monopolio de la búsqueda del bien común a través de la acción del estado, la lucha contra la desigualdad, el desarrollo inclusivo, la lucha contra la explotación de los – países y empresas- ricos contra sus víctimas, los- países y ciudadanos- pobres, solo han traído retraso y severos perjuicios para sus países y, primordialmente, para sus habitantes más pobres.
Funciona así en los países europeos con estados de bienestar, en los que se disfruta del enorme éxito de sus largos períodos de economías liberales y abiertas, sin las cuales no habría el bienestar que tanto envidian todos los políticos del mundo. También en la China, sin cuya economía parcial y heterodoxamente abierta- no así su política- no habrían salido de la pobreza cientos de millones de ciudadanos, ni su economía estaría próxima a disputar el primer lugar del mundo. Funciona en Corea del Sur en la que por antonomasia con la del Norte, sus habitantes forman parte del mundo desarrollado. Y así sucesivamente en los 5 Continentes. No hay ejemplo de lo contrario.
En consecuencia, resulta claro que los Gobiernos deben PROMOVER y FACILITAR la inversión privada sin más límites que la legalidad equilibrada y una visión holística del mundo competitivo. No deben trabar ni obstaculizar ni, mucho menos, desalentarla, como lamentablemente ocurre en nuestro país.
Ejerzamos presión e influencia para que este objetivo se cumpla sin distorsiones ni desvíos.