Organizaciones que cometen crímenes
Organizaciones que cometen crímenes
Felipe Gutiérrez, CEO Concertum
Ciertamente que la corrupción y sus secuelas constituyen un gran problema nacional. Su combate efectivo, traducido en una mayor transparencia, en una formación en valores, en una reducción de la discrecionalidad de funcionarios poco competentes y en una aplicación firme del estado de derecho, deben ser una causa central y no negociable. Sin embargo existe un fenómeno que no necesariamente contribuye a este objetivo nacional.
Lamentablemente los peruanos nos hemos convertido en consumidores de noticias y comentarios de naturaleza y alcance penal, en un grado y con una intensidad verdaderamente perniciosos. Los fiscales y abogados penalistas llenan los espacios noticiosos y los programas políticos y contagian de su temática a políticos, autoridades, dirigentes, empresarios y un largo etcétera, generando la sensación que el Perú es un enorme ecosistema funcional al delito, bien sea porque éste se comete, se investiga, se persigue y se comenta( algunas pocas veces porque se condena). En esa atmósfera dañina, la especialidad de la casa es el crimen organizado y la organización criminal. El primero aplicado con algún rigor técnico-al Tren de Aragua por ejemplo- y el segundo, adjudicado con más laxitud- partidos políticos receptores de donaciones privadas aún cuando no existía el delito específico- La figura se aplica con poco rigor porque facilita la extensión de la investigación fiscal y la petición de prisiones preventivas, ocultando o camuflando muchas veces la indolencia o incompetencia de los fiscales y los jueces.
Ese sesgo hacia lo penal y lo criminal desvía en cierta forma el foco de los grandes desafíos y problemas del país, dentro de los cuales destaca el de reactivar la economía al máximo de su potencial sin complejos ni desviaciones, en un marco de economía abierta y competitiva en la que se protege las inversiones y la propiedad privada.
Contagiándonos de ese sesgo, propongo una aplicación más útil del término.
El crecimiento de la anemia infantil, el incremento de la pobreza, extrema y general, la pésima educación pública, el maltrato y abandono de los enfermos, la dilapidación irresponsable de los recursos fiscales en aventuras trasnochadas y corruptas como la Modernización de la Refinería de Talara, la obstrucción contumaz de proyectos mineros que cuentan con todos los permisos y autorizaciones que la ley exige, el boicot a actividades extractivas en pleno funcionamiento y la difusión de falsedades económicas y sociales que no se respaldan ni en la verdad ni en la ciencia, constituyen verdaderos CRÍMENES contra la población peruana. El común denominador de esos crímenes, es el de la ideología de quienes los cometen, los promueven o los permiten, que ataca y obstruye la inversión privada formal y responsable y difunde ideas proclives al enfrentamiento y a la victimización.
Esos crímenes se cometen por colectividades agrupadas u organizadas y el daño que producen es mucho mayor que el del crimen organizado.
Es tiempo de combatirlos con la militancia activa de las ideas que promueven el desarrollo nacional.