El mundo según Miyazaki
A propósito del estreno de El Viaje de Chihiro en salas peruanas, El Cine es un Espejo repasa la carrera de Hayao Miyazaki y la influencia que han tenido sus películas en el mundo de la animación.
“Soy el artesano de una pequeña fábrica”. Así se definió Hayao Miyazaki el día que oficializó su retiro del mundo de la animación. Era el 6 de septiembre de 2013 y ante poco más de 600 periodistas procedentes de 14 países, el sensei del anime ponía punto final a una carrera fructífera llena de elogios y premios. El hombre que construyó un imperio (el Studio Ghibli), junto a Isao Takahata, se retiraba a los 72 años “para ser libre y hacer algo diferente”. Cuatro años después, un comunicado de prensa anunció la vuelta del más grande animador oriental.
El retiro siempre fue una posibilidad latente para la gente que sigue a Miyazaki. A mediados de los noventa, también hizo público su deseo de abandonar la dirección. Sin embargo, regresó con más fuerza y creó obras de arte como La Princesa Mononoke o El Viaje de Chihiro, dos de sus mejores películas.
Las razones que ofreció Miyazaki hace unos años fueron la falta de ritmo y el cansancio que le imponía el paso de los años. El desgaste en el cuerpo del maestro se sumaba al deseo de pasar más tiempo con su familia. Casi un lustro después las fuerzas parecen renovadas.
Pero, ¿qué representa Miyazaki para el mundo de la animación? Claudio Cordero, crítico de cine y director de la revista Godard!, refiere que el realizador es el más grande exponente vivo del cine de este género. Agrega que es uno de los pocos en este campo que ha logrado plasmar un universo ambicioso y personal a lo largo de varias décadas de trayectoria, conquistando una legión de admiradores en el mundo, sobre todo en Japón donde es un tesoro nacional.
“No solo es un artista consagrado, también es un poderoso hombre de negocios ya que es dueño de un imperio. El Studio Ghibli produce películas, publicidad, videoclips, videojuegos, además posee un famoso museo donde expone su obra”, relata Cordero.
Influencia mundial
La grandeza de Miyazaki es reconocida en oriente y en occidente. Su legión de seguidores lo ha elevado al estatus de imprescindible y vanguardista respecto a la influencia que su obra ha tenido en la historia del cine japonés, a todo nivel. Es decir, más allá de los cánones de la animación. Hoy en día el Studio Ghibli es un referente de técnicas de dibujo y formas de narrar historias para muchos estudios de diferentes latitudes. Los primeros trabajos de Miyazaki, colaborando con Takahata, que gozaron de gran reconocimiento fueron los animes Heidi y Marco, muy populares en Perú a finales de los años setenta e inicios de los ochentas.
En 1978 dirigió, de manera individual, su primera serie Conan el Niño del Futuro y un año después su primera película El Castillo de Cagliostro. Es a mediados de los ochentas que funda el Studio Ghibli e inicia una serie de hitos fundamentales para el cine de animación. Entrados los noventas su influencia se hace notoria en Europa, a la vez que llama la atención de los estudios de Hollywood y de la crítica estadounidense.
José Tsang, periodista de El Comercio, sostiene que cuando los animadores estadounidenses son consultados sobre la obra Miyazaki, suelen mostrar su admiración hacia ella. “Más de un realizador de Pixar -o tal vez todos – son fans de Miyazaki”, puntualiza Tsang.
Para Cordero la popularidad y el talento del cineasta nacido en Tokio caló tan fuerte en Hollywood que le permitió ganar el Oscar a la Mejor Película de Animación en el 2002 por El Viaje de Chihiro. Pero es en Europa donde la impronta de Miyazaki se hizo inédita e imborrable, sorprendiendo a todos. En una elección sin precedentes, El Viaje de Chihiro ganó el León de Oro del Festival de Berlín. Nunca una película de animación había logrado ser la vencedora en alguno de los grandes certámenes del Viejo Continente.
Ecología, tradición y amor
La temática de las películas de Miyazaki es otro aspecto que llama la atención de la crítica y de los fans. Muchos argumentan que sus filmes llevan un mensaje en una línea ecológica, sobre todo referida a la preservación de la naturaleza. Otros arguyen que Miyazaki hace una revalorización de las tradiciones japonesas a través de metáforas y fábulas. A estos grandes temas se añade una de las obsesiones del director nipón: el anhelo del hombre por volar.
Tsang afirma que las cintas de Miyazaki reflejan un marcado interés en la aviación o la mecánica. Así como por relatos tradicionales tanto de oriente como de occidente. “Es como un hombre de otra época y de gran inventiva que no teme mirar hacia el futuro. Más de una señal indica que es partidario del budismo, lo que podría dar sentido a las manifestaciones espirituales de sus películas”. El crítico también recuerda que en una entrevista Miyazaki señaló que no sabe si sus películas son ecologistas, pero que en lo que sí está interesado es en la fuerza de la naturaleza.
El maestro del anime, aquel hombre que de joven estudió Economía y que estaba destinado a llevar las riendas del negocio familiar que fundó su padre, ha dicho que regresará para dirigir más películas. Departirá con su familia y se dedicará a atender los asuntos administrativos de su estudio, pero no dejará de lado lo que mejor sabe hacer: crear mundos de fantasía para reflejar la realidad.
“Miyazaki es un revolucionario del cine”
Akiko Kobari, crítica de cine del diario Yukan Fuji de Japón, está convencida de que el aporte de su compatriota a la industria de la animación ha sido crucial, tanto fuera como dentro de Japón. La entrevistada expresa que el anime cambia por completo con la incursión de Miyazaki.
“Antes, las películas animadas eran solo para niños – como en Estados Unidos lo fue con Bambi o 101 Dálmatas –. Sin embargo, los animes de Miyazaki empezaron a ser vistos por personas de todas las edades. Él transformó el concepto del género en Japón. Sin duda, es un revolucionario del cine”, dice Kobari quien asegura que es durante la etapa universitaria del cineasta en que dos películas marcan el destino de su obra: Hakuyaden (La Leyenda de la Serpiente Blanca) y la rusa La Reina de la Nieve.
Kobari, quien ha sido jurado de la crítica en los festivales de Cannes, Montreal, entre otros, refiere que los temas centrales en las obras de Miyazaki son las ganas de vivir y los anhelos infantiles. “Siempre está buscando que sus personajes no olviden ni abandonen los sueños que tenían cuando eran niños, en caso de ser adultos. Y si son niños, que no renuncien a ellos”.
Consultada sobre cuál sería la película más importante de Miyazaki, Kobari cree que El Viento se Levanta es su gran obra maestra. “Cuenta sobre las experiencias de un niño que ante la imposibilidad de ser piloto, decide realizar los diseños de los aviones. Es una historia muy conmovedora que regresa a las motivaciones que siempre ha tenido Miyazaki”.
Hayao Miyazaki, las películas
El realizador japonés ha rodado hasta hoy 11 filmes, todos con gran acogida del público y de la crítica. A continuación, algunos comentarios sobre sus ocho mejores filmes.
El castillo en el cielo – Tenkū no shiro Laputa (1986)
Una historia donde el valor une a dos niños que no dejarán que sus sueños se desvanezcan. El gobierno opresor estará detrás de ellos con la finalidad de encontrar respuestas al mundo mágico de Laputa. La naturaleza como reflejo de paz y la tecnología como un medio que puede ser peligroso, son los temas principales de la película. Además, Miyazaki recurre a la magia y a la sabiduría ancestral para tratar de comprender mejor el mundo.
Mi vecino Totoro – Tonari no Tótoro (1988)
Dos niñas se mudan con su padre a una localidad rural para empezar una nueva vida a la espera de que la madre se recupere y regrese. Situaciones sobrenaturales harán que ellas puedan ver al guardián del bosque, Totoro, quien les enseñará la importancia de la naturaleza. Una historia que abarca temas como la familia, la solidaridad, la ausencia y la madurez. Bellos trazos de Miyazaki que dan espacio para dejar volar la imaginación.
Niki, aprendiz de bruja – Majo no Takkyūbin (1989)
Niki transita hacia la adolescencia y experimenta cambios como dejar la casa paterna para perfeccionar sus dotes de bruja. Ello le enseña, por un lado, a descubrir el sacrificio y, por otro, a contemplar la frivolidad en que viven algunos muchachos de su edad. Entre estos dos frentes llega a la conclusión que todo tiene un momento, pero que nada es más importante que la perseverancia a pesar de la adversidad. Buena película para adolescentes donde la protagonista vive aventuras en una ciudad devorada por el ritmo apresurado de la modernidad y el individualismo.
Porco Rosso – Kurenai no Buta (1992)
La aparición internacional de Miyazaki combina acción y romance. Además aporta una dosis de crítica social contextualizada en tiempos de fascismo y entreguerras, con alguna referencia a la Gran Depresión. Porco, piloto cazarrecompensas y justiciero peculiar, es un personaje al margen de las normas debido a que están reguladas por un gobierno totalitario. El realizador fusiona un cuento de hadas (el cerdo se convertirá en humano si es besado por una bella mujer) y una crítica a las actividades bélicas.
La princesa Mononoke – Mononoke Hime (1997)
Uno de los puntos más altos en la filmografía del director. Una historia situada en un contexto medieval donde un joven príncipe ve con ojos sorprendidos cómo el hombre y la naturaleza libran una batalla sin cuartel. Una princesa defensora del bosque, criada por lobos, luchará contra la dueña de una fundición habitada por campesinos, prostitutas y leprosos. Una historia de corte ecologista donde la naturaleza se funde con el misticismo y la hechicería. Una parábola de cómo el hombre puede llegar a ser el habitante más ruin del planeta a fin de conseguir beneficios materiales. Una historia de paz, honor, valor y traición.
https://youtu.be/9Z8G0QzOvrY
El viaje de Chihiro – Sen to Chihiro no kamikakushi (2001)
Relata la historia de una niña de 10 años, Chihiro, que se muda de ciudad junto a sus padres. En el camino hacia la nueva casa se desvían y se pierden, así llegan a una ciudad habitada por espíritus y deidades. Los padres, a través de un hechizo, son convertidos en cerdos por comerse la comida de los dioses. Chihiro tendrá que trabajar en una casa de baños termales, al mando de una bruja, para poder librar a sus padres del maleficio. Miyazaki aborda temas como el tránsito hacia la adultez, el enamoramiento, la avaricia, la gula, entre otros, por medio de metáforas y personajes increíbles. Esta obra maestra es la más taquillera de la historia del cine japonés.
El castillo ambulante – Hauru no Ugoku Shiro (2004)
Este filme, después de El viaje de Chihiro, es uno de los más destacados de la filmografía de Miyazaki por la crítica. Cosechó premios en los festivales de Venecia y Sitges, por citar solo algunos, y obtuvo una nominación a los premios Oscar. La película narra la historia de Sophie, una joven que recibe un encantamiento y que para deshacerlo debe buscar a Howl, un mago con roba el alma de las mujeres. El realizador aborda temas como el patriarcado y el sinsentido de la guerra. Un canto por la paz, post invasión de Irak por parte de Estados Unidos.
https://youtu.be/cRJd4UQAUck
El viento se levanta – Kaze Tachinu (2013)
Gran pieza de despedida la que ofrece Miyazaki. Con esta película, el tokiota vuelve a una de sus fijaciones: los aeroplanos. Cuenta la historia de un niño obsesionado con pilotear. Años después se convierte en un gran diseñador y constructor de aviones, aunque sus inventos también son empleados en la guerra, lo que le genera ciertas dudas y preocupaciones. En este contexto, sufre por un amor intenso que se torna imborrable. Nuevamente el director regresa a los sueños infantiles ya provecha para alzar su voz de protesta por las acciones bélicas.
*Este texto es una versión actualizada, corregida y aumentada de una breve nota aparecida en Kaikan, publicación de la Asociación Peruano Japonesa – APJ.