--Reptiles--
Entre los estrenos que ofrece el streaming, de vez en cuando, se pueden encontrar algunas películas estimulantes. Es el caso de Reptiles, thriller policial dirigido por el debutante Grant Singer -con pasado en la realización de videoclips para artistas como The Weeknd o Sam Smith- que tiene un reparto estelar donde reúne a Benicio del Toro, Justin Timberlake y Alicia Silverstone.
Tom (Benicio del Toro) es un detective taciturno que afronta con dudas la llegada de la edad madura y la consolidación de sus objetivos profesionales. Sus mayores motivaciones son su esposa Judy (Silverstone) y el trabajo de investigador que desempeña de manera obstinada. La asignación de un mediático caso donde una mujer ha sido acuchillada salvajemente le devolverá la adrenalina que necesita, pero también abrirá una cortina que oculta corrupción, deslealtades e injusticias.
El primer largometraje de Singer funciona a la usanza de los thrillers que se cocinaron a fuego lento durante los 90s y que marcaron la referencia moderna del género. En el caso de este filme es notoria la deuda que tiene con directores tipo Soderberg o Fincher, especialmente en los primeros años de sus carreras, pero Reptiles también tiene una base noir clásica en la misma línea de Huston o Hawks.
La película avanza sin apuros y se toma el tiempo suficiente para mostrar las relaciones que tiene su protagonista con el entorno en circunstancias triviales o en momentos decisivos que, a posteriori, darán sentido a la trama. Ello hace que aparezcan personajes secundarios que van alimentando la historia con capas de ambigüedad, un recurso clásico y efectivo que esconde lo mejor de Reptiles. Es decir, Singer juega a las apariencias sin ser evidente, aunque deja claves para ir armando el rompecabezas policial.
Desde el funcionamiento del negocio inmobiliario hasta el lavado de activos, pasando por los minuciosos procesos de investigación forense, la película se detiene en muchas explicaciones que amplían el panorama de especialización temática, pero que por momentos puede llegar a confundir si es que no se presta atención a los detalles. Es aquí donde las subtramas adquieren relevancia respaldando el enrevesamiento argumental de un guión coescrito por el propio director junto a su actor protagónico -Del Toro también es productor ejecutivo-.
Acostumbrado al rol de hombre sombrío, Del Toro impone su presencia física para potenciar a un personaje que psicológicamente se mueve por escenarios difusos. La masculinidad de Tom tiene resabios culposos que se aplacan gracias a la lealtad de Judy. Sin embargo, la idealización familiar del policía tiene una cuota preventiva de envidia y celos que está representada por Will Grady (Timberlake) -esposo de la mujer acuchillada y pudiente agente inmobiliario metido en más líos de los que parece- y Peter (Thad Luckinbill) -el constructor que refacciona la casa de Tom y que coquetea con Judy-. Will y Peter tienen extensiones metafóricas de sus propias cualidades -que al mismo tiempo son las frustraciones de Tom- en objetos como casas, automóviles y hasta un caño de agua. En ese sentido, el simbolismo del director es audaz.
Se puede acusar a Reptiles de alargar algunos momentos -sobrepasa las dos horas de visionado- y dejar varias secuencias en stand by, pero es precisamente en aquellos instantes que los juegos de miradas y la composición músical narran lo sugerido, lo que la ambivalencia de la película nos quiere proponer. Blindada por secundarios en gran forma -Frances Fisher, Eric Bogosian, Domenick Lombardozzi y Michael Pitt- la cinta también se distingue por la magnética densidad de su puesta en escena. Sin duda, buen debut de Singer y mejor el trabajo todoterreno de Del Toro.