Felix Callejo, Ribera del Duero
Pasión. La pasión es una emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo. También se aplica a un vivo interés o admiración por una propuesta, causa, actividad, etc….
Este no necesariamente es un vino que alguien importe en nuestros querido Perú. Mas bien es una bella ocasión de mostrarles un vino que me parece que ustedes que son viajeros merecen visitar y probar una de las variedades de esta exquisita bodega.
Una de mis primeras excursiones a Europa fue a esta bodega, de hecho que recién aprendía a entender la importancia del viejo mundo y su viticultura, ya que ellos son los creadores y pioneros de esta bebida. A través de una maestra peruana de la sumillería pude llegar a esta bodega y ser muy bien recibido por el mismísimo Don Félix Callejo por el año 1999. Yo ya estaba haciendo trabajando como asistente de sommelier o sumiller como le dicen en España. En una beca que me había ganado a Hecansa, en la isla Gran Canaria, recuerdo que encontré la forma de hacerme un descanso de mis estudios hoteleros y logré irme una semanita a la Ribera del Duero, una de las zonas que se perfilaban en esa época como la siguiente cuna española de vinazos con estilo. Forma, trabajo, evolución y honestidad de trabajo de la vid.
Me quedaba muy cerca y ya me habían hablado sobre éstos exuberantes vinos que dicho sea de paso ya había un importador que se había lanzado a traer monumentos como Vega Sicilia Único, el gran Pesquera, Balbuena, Alión, etc…. Así que dije por qué no. Emprendí este viaje de Canarias a España, llegando a Madrid y viajando hacia el norte hasta Burgos, arribando en Aranda de Duero. No podía creer que estaba allí, como todo respiraba a uva, la gente, sus costumbres, su cariño. Pueblo sano, rico, y religioso. Recuerdo que me hospedé en un hotel muy tranquilo y céntrico llamado ¨Julia¨. Apenas llegas tu enofilia se confabula con el espectáculo de más de 300 bodegas que conformaron en su día la ciudad subterránea de Aranda de Duero construidas entre los siglos XII y XVIII.
En éstas galerías se almacenaron grandes cosechas de vino, ya que en su interior se dan las condiciones ideales de temperatura (entre 10 y 13 °C) y humedad para su maduración. Son uno de los mayores y mejor conservados conjuntos de bodegas medievales que existen. En la actualidad, podemos contemplar más de 120 bodegas con una extensión que supera los 7 kilómetros de recorrido bajo el subsuelo del casco antiguo de la ciudad. Una locura, creí que me encontraba en una película de monjes de los años 50. Era como que el tiempo se hubiese detenido, faltaba el blanco y negro. Una experiencia única. El clima es mediterráneo, de fuerte carácter continental, de noche podía descender hasta 5 y de día en verano hasta 32 grados. Pero me contaba el propietario que la amplitud térmica es unos de los secretos del lugar y que en algún momento habían tenido hasta menos 20 grados. Muy interesante el tema de la temperatura, teniendo en cuenta que hay vinos que salen de éstas comarcas que llegan a los 20000 euros. Una latitud de 41 grados y encontrándose a unos 798 mts. sobre el nivel del mar. Algunos autores famosos mencionan que esta ciudad es una de las más antiguas de España.
En el 2009 la Ruta del Vino Ribera del Duero se convirtió en la 3.ª más visitada de las rutas del vino de España, con más de 131.000 visitas, la oferta turística se ha ampliado gracias al enoturismo. Aranda de Duero significa Valle grande. Me encantó la Iglesia de Santa María la Real que dicho sea de paso fue construida entre el siglo XV y el siglo XVI, fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento el 3 de junio de 1931. Es hermosa, impresionante llena de retablos espectaculares, me marcó mis años católicos y mi fe cristiana.
Hay mucho por ver en la capital de la Ribera del Duero, pero vine por el vino y debía llegar donde el señor Felix. Desde que arribé me di cuenta que no necesariamente el clima del vino debía ser dotado por un grande y resplandeciente sol. Europa tiene eso, una temperatura extraña y templada que hace brotar del subsuelo un perfume a tierra húmeda, orgánica y silvestre que nunca olvidarás. Mira a la derecha y a la izquierda y todo eran parras y mas parras. La vid coronaba la vida del lugar. la denominación de origen de la Ribera del Duero, es la única localidad de Castilla y León que produce cava con denominación de origen.
Don Feliz Callejo me recibió con una gran sonrisa, orgullosísimo de su casa de vino, explicándome que su familia siempre estuvo en el rubro del vino, poseían viñedos y que también eran agentes comerciales de partidas de viñedos elaboradas en Sotillo. A los 16 años tras la muerte de su padre tuvo que asumir la riendas de la casa, inquieto por naturaleza, su primera gran cosecha le vino en el año 1989, haciendo viajes por todo el mundo con su botella bajo el brazo, ha sido pionero en la zona. Cuatro son los pilares que lo definen, espíritu aventurero, pasión, esfuerzo y satisfacción.
Me explicaba: “Los suelos donde se asientan nuestros viñedos van desde tipo calizo en las partes altas (930 m sobre nivel del mar), hasta franco-arcillosos, arenosos, canto rodado, a medida que descendemos por el perfil, con zonas calizas en partes altas de laderas. Toda esta variedad de suelos donde la Tina Fina o Tempranillo se expresa de manera diferente, confiere a nuestros vinos una gran riqueza de matices” . Que importante es ser diverso, varios suelos y un impacto diferente en el vino, mayores recursos, clientes más satisfechos. Su manejo es completamente ecológico y eso es algo que en ese año ya se trabajaba. Conciencia ambiental. A mi me cayó como un baldazo de agua fría tanto riqueza, en esa época el mundo del vino en el Perú eramos 50 personas entre aficionados y empleados, periodistas y gastrónomos. Llegar a este oasis del vino, bodega antigua, en una comarca en donde el viñedo es el pedestal del desarrollo y donde en el suelo nevaba y el sol acariciaba las hojas de parra, mis ojos lloraban de sorpresa ante tanta naturaleza viva. El sommelier que llevaba dentro no paraba de sorprenderse y de aprender. Don Félix Callejo fue un gran maestro con lo poco que pude captar.
Lo mejor de una bodega es que sea familar, eso lo aprendí mucho en el viejo mundo, hoy en esta bodega trabajan los hijos, estudiosos y de gran experiencia, han trabajado en todo el mundo, desde en la mismísima viña Cobos en Argentina, hasta en Petrus en Pomerol Francia. Creo que tuve mucha suerte al caer a mis inicios en una bodega como esta, de tan alto rango y donde creo que ustedes fuera de conocer las grandes bodegas famosas y de enciclopedia de la zona, deberían conocer. Es como las canciones no comerciales del disco de tu autor favorito, muchas veces resultan ser mejores que las conocidas..
Solo para terminar, recuerdo que se me acabó el dinero porque quise probar y recorrer los paisajes del lugar, lo único que me quedó fue dormir en el aeropuerto por cuatro días escuchando el disco de Clandestino de Manu Chau, mi sonrisa no se iba, el placer de haber probado el vino Gran Callejo directamente de la barrica, de fermentación maloláctica en barricas de roble francés de 1 año y posterior crianza de 24 meses en barrica antes del embotellado. Guardado en la bodega durante 5 años antes de su comercialización. Hasta ahorita tengo el terciopelo de ese vino perfecto con casi 95 puntos en el ranking y puesto en mi paladar por su creador. Hay cosas en la vida que son impagables. El tempranillo que todos ansiamos, laurer, balsámico, cacao. Un final que hoy dura en mis papilas gustativas.