Tierra Fina
Los grandes críticos del vino Michel Bettane y Thierry Desseauve, publicaron en su revista Magnum, las que son para ellos las grandes viñas chilenas, destacando entre ellas a Cousiño Macul: “una viña pionera de la vitivinicultura de calidad en Chile.
Esto debido a que durante el siglo XIX Matías Cousiño, fundador de la viña, quien era un apasionado por los vinos de Burdeos, tuvo la idea de plantar cabernet sauvignon en el Valle del Maipo. Fue así como trajo plantas de la cepa desde Médoc. Su buena intuición permitió a sus descendientes producir un vino único, de excelente calidad”.
Entre los vinos que la publicación destaca están Antiguas Reservas Chardonnay 2013; Don Matías cabernet sauvignon, el vino emblemático de Cousiño Macul y el ícono Lota.
jamessuckling.com, calificó con 92 puntos a los vinos Lota 2009, Finis Terrae 2011 y Antiguas Reservas Chardonnay 2013.
Estos son unos de los tantos premios, puntajes y reconocimientos que esta bodega sigue acumulando.
Mi forma de ver el vino es como la de todos. Solamente que al ser sommelier, trato de darme cuenta del estilo o la fórmula secreta del viñatero, así podré trasmitirle al público su significado.
Los sentidos siempre reaccionan con el sonar del descorche, te hace pensar en que todo inicia, todo nace. Todo arranca. Y es así que destapo un Finis Terrae, de Cousiño Macul, en un día especial para mí.
Para los conocedores Cousiño guarda ese encanto del vino clásico chileno de antes. Sabores no tan apretados, taninos no tan rimbombantes, una fuerza frutal muy afrancesada y saco inglés en su andar. Es una mezcla creada por cientos de combinaciones que encontró el balance ideal de fruta, acidez, taninos, alcohol y encina francesa. De 14 % de volumen de alcohol, valle del Maipo.
Nos relata el enólogo: “luego de una minuciosa cosecha a mano en pequeñas cajas de 10 kilos, se realizó una selección de racimos y luego una selección de bayas para asegurarnos que sólo granos de uva entraran a la cuba. Se maceró en frío a 7°C (45°F) por una semana y posteriormente se inoculó con levaduras. La fermentación se realizó a una temperatura controlada entre 26°C y 27°C, lo que tardó alrededor de 10 días. La maceración post fermentativa duró cerca de 2 semanas y luego el vino fue trasegado a barricas nuevas donde maduró durante 18 meses”
Así que ya se imaginan, explosión de sabores, una fruta confitada ahumada generosa, pero en su punto. Un equilibrio nunca antes visto, crema como el dulce de leche, remixeado con higos y cerezas. Largo final en boca, carnosito y sincero. Un clásico puesto en Lima, sobrio y elegante. Invítaselo a alguien.