Fin del Mundo
El invierno ahora sí que pegó con todo. Cada año en esta época yo soy muy feliz, el vino se vende más en mi país y eso es porque al peruano y al resto del mundo le gusta saborear más el tinto que el blanco (casi un 70 %), por lo tanto la temperatura ayuda y las ganas de acurrucarse también. El cepaje tinto nos acompaña hasta enero que regresa el calor.
Estuve en esta bodega, me sorprendí al ver cuánto nos demorábamos para llegar. Horas de horas en el bus esperando por esta gloriosa sorpresa de la que todos comentaban. El hecho es que no me imaginaba qué estaba por experimentar. El desierto de la Patagonia argentina. En este ambiente patagónico, naturalmente sano y sobre suelos arenosos y pedregosos crecen más de 870 hectáreas de viñedos. La distribución se compone de variedades tintas y blancas, entre las que se destacan: Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Pinot Noir, Tannat, Cabernet Franc y Syrah entre las primeras, y Sauvignon Blanc, Chardonnay, Semillón y Viognier entre las últimas. Los viñedos, plantados a partir de 1999, son conducidos en espaldera baja con cordón bilateral en alta densidad. El riego presurizado de alta frecuencia permite el milagro de la vida en el desierto a través de mangueras de goteo. El agua proviene del Río Neuquén, originado por los deshielos estivales de la Cordillera de Los Andes. La cosecha se realiza entre febrero y abril. Es la primera bodega de la Provincia de Neuquén, sus increíbles viñedos se encuentran en San Patricio del Chañar, a 55 km. de Neuquén, donde las condiciones agro-ecológicas son ideales para el cultivo de la vid. La excepcional amplitud térmica –más de 20 ºC entre el día y la noche– generada por días soleados cálidos y noches frescas, otorga a la uva un equilibrio que dará al vino color, acidez, aromas y estructura. Los intensos rayos de sol que pasan a través de un cielo casi siempre despejado permiten una correcta maduración de las uvas, mientras que la baja humedad relativa y las escasas precipitaciones –apenas 180 mm anuales– mantienen al viñedo con una extraordinaria sanidad. La bodega ya cuenta con más de 200 tanques de acero inoxidable, 104 piletas de hormigón, 2200 barricas de roble y 4 cubas de roble francés de 6000 litros cada una.
Hoy les traigo algo más que especial, un Pinot Noir Premium, desértico, cepa emblemática de terrenos difíciles, cepa engreída que no crece en cualquier lugar. Este es un vino de noche, de pescado magro al horno en reducción de fresas, zarzamoras, legumbres salteadas de guarnición y la vida entera.
Se llama FIN, de la bodega Fin del Mundo, el mismo nombre lo explica, donde solo vive el vino, donde hay vientos al atardecer de 60 kilómetros, donde verdaderamente todo es más sano, más vivo, más natural.
Esta línea es la última creación Ultra Premium de la bodega, 18 largos meses de barrica francesa y americana. De parcelas únicas, el FIN Single Vineyard, explota en tu boca con la marca acme, es un horno hermoso, atabacado, lleno de confites y tostados sobrenaturales. Una altura, un desierto, un lugar alejado de la contaminación. Un foco de oxígeno, el mundo sigue admirando a Sudamérica. Vinos de alta gama. Respíralo 25 minutos, 16 grados como buen Pinot Noir. Te sonríe, te acaricia, te convida, te hace dormir, te hace vivir. Bebe vinos como este y ayuda a salvar el planeta.