El Vino Blanco del Perú
el vino de la semana
El Vino Blanco del Perú
Viña Tacama
El comensal peruano goza de un abanico de sabores, cada día más restaurantes se abren y nuestras recetas se vuelven infinitas para el mundo. El turismo gastronómico aumenta y el vino peruano más pedido es el Tacama. En honor a ello, hoy hablaré de sus delicados ejemplares que están en tendencia.
Dignas expresiones de sus cepas y muestras generosas de las condiciones naturales del terroir de viña Tacama, los vinos Blanco de Blancos Tres Cepas y Blanco de Blancos Sauvignon Blanc son los protagonistas de esta historia.
La línea Triunfo, la más abundante y la más premiada de Tacama, incluye en su gama a dos vinos blancos, además de cinco tintos y uno rosado. Uno de ellos es el llamado
Blanco de Blancos Tres Cepas, un blend elaborado con las uvas Chardonnay, Sauvignon Blanc y Viognier, variedades muy conocidas y sembradas en el mundo, pero rara vez asociadas. “En Ica hemos logrado que las tres cepas lleguen a un buen nivel y se complementen”, explica el enólogo Frédéric Thibaut.
Así pues, este blanco es muy reconocido a nivel nacional e internacional. Ha recibido reconocimientos como las medallas de oro en el Vinalies Internationales 2019 y en el Bacchus 2018, y los galardones de plata en el ExpoVino Wong 2017 y en el Citadelles Du Vin 2016. Incluso, ha sido considerado en Descorchados 2022, una guía de vinos muy importante en la región sur. Allí aparece con 86 puntos, es decir, entre los que son apuestas más complejas y adecuadas para beber a diario.
“Es emblemático de la bodega, con un corte que lo hace único. Enamora desde la vista, con su color amarillo pajizo y sus destellos verdosos”, asegura Gaby Rovati, sommelier argentina con formación en enología. En nariz, según Rovati, es un vino muy agradable, donde podemos percibir aromas a frutas tropicales como la piña. También de melocotón, manzana verde, pera, ralladura de limón, flores blancas y algo herbal, como la hierbaluisa.
Para Pedro Cuenca, sommelier y experto en vinos de Supermercados Wong y director de Peruvino, se trata de un vino muy expresivo en nariz. “En boca, tiene un ingreso seco, fresco, de buena acidez. Predominan las notas frutales, donde resalta la combinación entre pera, lima y cáscara de piña. Tiene retrogusto medio a más, no es corto ni muy largo, cuerpo medio. Definitivamente, es una muestra interesante”, afirma tras catarlo.
Para el maridaje, indica la sommelier Gaby Rovati, será ideal una causa limeña, una papa a la huancaína y un ají de gallina. “También va muy bien con la comida marina y tenemos un sinfín de posibilidades, solo hay que animarse a probar y jugar”, señala. Pedro Cuenca, por su lado, sugiere cebiches y choritos a la chalaca, platos que tengan algo de acidez media. Y, si se desea un plato típico de Ica (el hogar de viña Tacama), puede ser una ensalada de pallares con un ligero toque de aceite de oliva. Para qué más.
El otro vino blanco de la familia Triunfo es el Blanco de Blancos Sauvignon Blanc. Entre sus premios, destacan el oro en Le Citadelles Du Vin 2019, la plata en Le Citadelles Du Vin 2020 y el bronce en el International Wine Challenge 2016. De igual forma, ha sido mencionado en la guía Descorchados 2022 como un vino simple y directo, lleno de notas herbales, fresco, vivo.
Sus aromas tienen presencia de maracuyá, piña madura, durazno, frutos cítricos y notas florales. En paladar, hay notas cítricas y de frutas exóticas; y tiene un final con carácter, agradable y estructurado. Como todo vino blanco, este 100 % Sauvignon Blanc debe servirse a una temperatura de 12° C. Puede enfriarse en la heladera por al menos una hora y, acompañado de pescados, mariscos y aves, va perfecto. Ahora, a descorchar la botella.
Por cierto, la línea a la que pertenecen estos vinos blancos pasó recientemente por un rebranding. De esta forma, tomó el nombre que merece: Triunfo. Además, en su etiqueta, incorporó unas buganvilias, como si fueran laureles —un símbolo muy icónico— y una tipografía de lo más moderna.
Sommelier José Bracamonte
el vino de la semana
Siempre recomienden vino peruano a un turista, para que pruebe lo nuestro. Nuestro carácter, nuestro terroir, nuestra sangre, y así, se siga enamorando de aquel maridaje de corazón, calidez y amabilidad que tenemos.