¿El espíritu emprendedor se forja en la empresa o en la familia?
La longevidad de la empresa familiar, el que perdure de generación en generación, depende de una serie de factores internos y externos; sin embargo consideramos que entre los más relevantes están: conducir un proceso de sucesión exitoso, mantener la unidad entre los miembros de la familia, y desarrollar una orientación emprendedora en la familia. Puede sonar obvio pero algo que tienen en común estos tres aspectos, que determinarán si continua o no la empresa, es que dependen de la familia.
De estos tres aspectos el que mayor atención suele recibir es el de sucesión, hay mucha información al respecto: cómo evitar retrasar la sucesión, como formalizar el proceso, como elegir y formar al sucesor, etc.
En cuanto a la unidad se reconoce que es un aspecto importante teniendo en cuenta que depende del “amor y compromiso”, dos puntos clave que hoy en día tambalean. A medida que las familias crecen se vuelve difícil mantener el compromiso con la empresa; sobretodo si hay conflictos internos que no son conducidos de manera apropiada. Conviene destacar que los conflictos familiares son difícilmente solucionables en el corto plazo, lo que requieren es un manejo prudente que evite su profundización y más bien establezca gradualmente las bases para que a futuro se diluya o resuelva.
En cuanto al tercer aspecto “orientación emprendedora” se habla muy poco de ella, Lumpkin y Dess la definen como:
“los procesos, prácticas y actividades de toma de decisiones que conducen a nuevos emprendimientos, caracterizado por una o más de las siguientes dimensiones: una propensión a actuar de forma autónoma, una voluntad de innovar y tomar riesgos, y una tendencia a ser agresivos frente a la competencia y proactivos ante las oportunidades de mercado”.
La capacidad de la familia para continuar generando valor a través de las generaciones dependerá del grado en que las primeras generaciones impulsen el desarrollo de lo que hemos definido como “orientación emprendedora”. Esta generación de valor se podrá dar mediante el desarrollo de los negocios o de inversiones financieras.
Así la orientación emprendedora se puede convertir en una capacidad muy valiosa para la familia, ya que le permitirá superar las crisis; mediante la innovación, la diversificación, la apertura de nuevos negocios, etc.
La orientación emprendedora no sólo incide en los negocios sino también en el aspecto social y económico ya que esta generación de valor contribuye no solo al progreso de la familia, sino también de la sociedad.
Para aumentar el nivel de orientación emprededora de la familia es necesario cuidar:
- Las actitudes, valores y creencias de la familia.
- Actuar de forma autónoma.
- Fomentar la innovación.
- Voluntad de tomar riesgos.
- Respuesta agresiva a la competencia.
- Respuesta proactiva a las oportunidades de mercado.
En nuestra experiencia asesorando a empresas familiares, hemos podido observar que la orientación emprendedora que logre transmitir el fundador a la siguiente generación, suele ser determinante, y forma parte del legado que contribuye al desarrollo continuo de las organizaciones de carácter familiar. Hemos visto como en algunos casos la carencia de un emprendimiento de dimensión familiar, y no sólo del fundador, ha llevado a algunas empresas a situaciones poco favorables por falta de innovación, y voluntad para tomar riesgos, y sobretodo ha convertido a las siguientes generaciones en jóvenes pasivos sin iniciativa, sin capacidad de desarrollar lo que recibieron de sus padres.