¿Hacer un Protocolo Familiar? ¿para qué? ¿cómo? ¿cuándo?
En cierta oportunidad un empresario exitoso le comentaba, con orgullo, a un consultor amigo “mi hijo está por terminar su MBA en una escuela de prestigio mundial…” ante lo cual el amigo le preguntó: “¿has definido qué rol tendrá al incorporarse a la empresa? ten en cuenta que hasta antes de ir a estudiar ha sido solo un soporte operativo para ti, ¿has determinado como se repartirá la propiedad entre los hermanos? ¿quién será tu sucesor en la conducción de la empresa?”.
Ante estas preguntas el empresario se quedó pensativo y comenzó a percatarse de que el momento de tener las cosas claras para la siguiente generación y para la continuidad de la empresa había llegado.
Si se encuentra en una situación similar y no tiene idea de cómo empezar a poner las “cosas claras”, aunque el documento final del protocolo es importante, más importante aún es el proceso de “construcción” del protocolo. Es como construir una casa, empezamos por “la arquitectura”, luego la “estructura” y el “contenido”. Estas son algunas ideas que se puede tener en cuenta para su elaboración.
¿Qué es el protocolo familiar?
“Es un acuerdo entre la familia (accionistas familiares titulares de bienes o derechos) sobre el modo de actuar al hacer negocios juntos, voluntariamente querido y vivido, donde la familia establece acuerdos de carácter moral, no necesariamente jurídicos, aunque puede ir adjunto a los estatutos de la empresa” (Gonzalo Gomez Betancourt). Estos acuerdos se concretan en un documento que se debe ir completando y perfeccionando con el paso del tiempo.
¿Cuál es su finalidad?
Tiene por finalidad que la familia permanezca unida en la realización y consecución de un proyecto empresarial común, a lo largo de varias generaciones (Gonzalo Gomez Betancourt). Finalidad última: mantener la unidad de los miembros de la familia y el compromiso en la toma de decisiones en bien de toda la familia. Unidad y compromiso son como las dos caras de una misma moneda, son la base de cualquier organización.
¿En qué momento se debe hacer?
Cuanto antes mejor, deberá evaluar la circunstancia por la que pasa su empresa (reducción de ventas, falta de liquidez, etc.). El protocolo ayuda a evitar futuros conflictos, aprovechar en llevar a cabo las reuniones en épocas en que la familia está más unida y no cuando hay luchas por el poder. Tener en cuenta métodos participativos para que todos puedan aportar en los acuerdos.
Finalmente, lo que más importa del protocolo no es el “producto final” sino el “proceso”. Es una oportunidad para que la familia se reúna, conozca más el proyecto familiar, fortalezca su compromiso y unidad.
El compromiso se manifiesta en actos libres, y para que sean libres hace falta conocer y querer. Para conocer hay que confiar, pues muchas veces obtenemos conocimientos de las aportaciones de otras personas de la empresa y la familia. Y para querer hace falta amar la realidad de la empresa familiar. Como dice un dicho popular: no se puede amar lo que no se conoce, y cuanto más se ama, más se desea conocer para amar mejor.
La elaboración del protocolo debe servir para “aclarar” todos aquellos aspectos que puedan desunir a la familia y puedan generar “falta de energía (compromiso)” que impidan la continuidad del proyecto familiar de generación en generación.
En el próximo post comentaré con detalle qué debe incluir el protocolo.