¿Los nuevos lazos familiares, debilitan el lazo principal?
Conforme va pasando el tiempo es inevitable que las familias se hagan cada vez más grandes. Los hijos crecen, se casan y forman sus propios núcleos familiares. En este caso los cónyuges e hijos deberían convertirse en su prioridad fundamental, pasando los padres, es decir, los ahora abuelos a un plano secundario.
Esto que ocurre comúnmente en una familia, puede convertirse en un tema complejo cuando existe un negocio familiar de por medio. Los fundadores suelen encontrarse con esta nueva realidad, en varias ocasiones con resultados poco alentadores.
Dentro de los Planeamientos Familiares, solemos considerar la opinión de los familiares políticos. ¿Por qué? Porque para bien o para mal se han convertido en miembros activos de la familia, y su opinión suele ser muy significativa para el cónyuge. Sólo por ello debería ser muy importante acogerlos y comprometerlos, generando lazos de confianza que fortalezcan a la familia.
A muchos miembros de la primera generación, no les gusta abordar este tema. Generalmente prefieren mantener a los familiares políticos lo más lejos posible, sobre todo si han pensado mantener en el futuro la propiedad de la empresa dentro de la familia nuclear. Sin embargo, como dice Josep Tápies “Lo mejor que pueden hacer los empresarios familiares es que los familiares políticos se sientan confiados y animarles a que expresen sus opiniones sobre cómo ven y cómo se sienten en su nueva familia…no se les debe ver como intrusos, sino como observadores…”
Otro punto importante para evitar posibles conflictos es el establecer normas claras para los familiares políticos, esto permite mantener relaciones sanas. Cuanto más pronto la segunda generación logre definir estas reglas, mucho menor será el riesgo de tener problemas en el futuro.
Respecto a nuestra pregunta inicial sobre si estas nuevas relaciones debilitan la relación principal con los padres, en una familia con buenos valores, sana y transparente, ambos lazos deberían mantenerse fuertes. Uno no debe debilitar al otro, sin embargo no debemos olvidar que el núcleo familiar, entendiendo a este como papá, mamá e hijos, tengan pocos o muchos años, es lo que más debe cuidarse.