La Sucesión vista por el Sucesor
Casi en todos los casos el proceso de Sucesión se ve siempre desde el punto de vista del fundador o predecesor, en muy pocos casos se pregunta sobre cómo ve este proceso el futuro sucesor, cuáles son sus temores, sus sueños, los sentimientos encontrados que puede generar este difícil pero necesario proceso.
Desde niños los miembros de la segunda generación suelen escuchar a sus padres sobre las dificultades que pasan en sus empresas, comparten con ellos de alguna manera los éxitos y fracasos, en la mayoría de situaciones suelen sentirse hasta un poco relegados porque lo que más requiere un negocio que recién empieza es dedicación y tiempo, tiempo que “papá” o “mamá” no pueden pasar con ellos, todos estos sentimientos van desarrollándose y creciendo con la segunda generación, de donde saldrá el futuro sucesor de la empresa.
En algunos casos el Sucesor aparece entre los miembros de la segunda generación de manera natural, alguien que encontró el gusto en el negocio familiar y que empieza a conocerlo de una manera diferente al resto y que además cuenta con capacidades de dirección y vocación de servicio. En otros casos el Sucesor puede sentir más obligación que deseo de continuar con el legado familiar, generando conflictos en su interior, sentimientos de culpa y algunas veces el temido resentimiento.
Finalmente, de una u otra forma, cuando se decide a tomar la posta del fundador, el sucesor se encuentra ante la necesidad de cubrir una serie de expectativas, entre otras “dar la talla”. Porque detrás hay una persona que ha le ha dejado la valla muy alta, que ha tenido unas “formas de proceder” que ha forjado a toda una generación de trabajadores con un estilo de dirección y gobierno particular. Trabajadores que además en algunas ocasiones suelen ser reacios al cambio, cambios que junto con la sucesión son inevitables y necesarios.
Esta reflexión no busca desanimar a los futuros sucesores de empresas familiares, por el contrario buscamos que también se tome en cuenta un punto de vista cargado de mucha emotividad, con una tarea muy difícil, pero que será menos complicada en la medida que el predecesor o fundador desde un principio haya sentado las pautas necesarias para que este proceso fluya como cualquier otro dentro de la organización y de la familia, como siempre en temas familiares el anticipar, el formar, el amar, son acciones que dan como resultados relaciones sanas a todo nivel, pero sobretodo permiten que el traspaso de la dirección, del gobierno, de la propiedad y sobretodo del liderazgo mantengan la solidez y la unidad tanto de la empresa como de la familia.